CUIDE SU SALUD Y VIVA MEJOR
No sé si a usted le sucede los mismo cada vez que es bombardeado por informaciones cambiantes y contradictorias. Primero tal o cual medicamento nos lo presentan como un tiro para tal o cual condición. Luego de un tiempo, cuando ya se ha vendido millonariamente, lo retiran del mercado porque “se ha descubierto” que ocasiona una enfermedad que la que pretendía curar. ¡Se queda uno bobo!
Lo mismo sucede con ciertos alimentos o productos. A veces nos han dicho que el café, el vino, la carne y la grasa son cosas que hacen daño. Luego, cambia la dirección de la propaganda, y nos los venden como buenos para la salud. ¡Y qué me dice de las dietas! De repente están los que promueven una dieta a base proteínas. Otros, todo lo contrario, a base de carbohidratos. Luego vienen los que predican un vegetarianismo ortodoxo. Le siguen los no ortodoxos, que consumen productos lácteos y huevos. Y así por el estilo, los fanáticos de las monodietas, y hasta del “ayuno sustentado” a base de consumir solamente papas, zanahorias y remolacha. Y a este escenario, ya tan confuso, se añade el agravante de los alimentos contaminados con antibióticos, hormonas, insecticidas, y los genéticamente manipulados.
¿Qué hacer? Bueno, tratemos de hacer un análisis desapasionado de todo esto. La Biblia dice que todo lo que Dios hizo es bueno, y que podemos comer de todo con acción de gracias. Lo que quiere decir que comer de todo con moderación (todos los excesos son malos) y combinando bien los alimentos es una medida sabia. .
Sin embargo, entre todo lo bueno que Dios ha hecho hay cosas que son mejores que otras para la salud. Consumir más frutas, vegetales y verduras ha demostrado ser más saludable que consumir más carne. No obstante, me parece que lo más sabio es tener el cuerpo funcionando óptimamente para no privarnos de todo lo bueno que Dios ha hecho. Así como cambiamos el filtro de aceite, de gasolina y de aire de los autos, debemos “limpiar” órganos vitales de nuestros cuerpos para lograr su mejor funcionamiento. Sus intestinos, hígado, vesícula, riñones, corazón y sistema circulatorio necesitan mantenimiento preventivo.
Para cada uno de estos órganos y sistemas corporales hay suplementos y tratamientos adecuados. Cada cierto tiempo hay que darles un “tune-up”. Hágalo a tiempo y con frecuencia. Recuerde que ninguno de sus órganos vitales los venden en la farmacia.