Dentro del cristianismo, el postmodernismo ha permeado a través del movimiento emergente, que se ha caracterizado por insistir en la relatividad de la verdad, con lo cual ha querido, mediante sus líderes re-pensar las doctrinas que han sido mantenidas por el cristianismo por siglos.
¿Cuáles doctrinas? Bueno, hombres como Doug Pagitt han dicho públicamente que se debe redefinir la doctrina de la Trinidad; Rob Bell, ha luchado por desechar la autoridad de la Biblia; Brian McLaren, quien ha sido el impulsador del inclusivismo en la iglesia americana.
McLaren y sus secuaces son los liberales de principios del siglo XX contra los que luchó Machen. Estos postmodernistas/emergentes representan las mismas doctrinas de hombres como Fosdick y Finney a principios del siglo pasado.
Este libro surgió de un discurso que Machen presentó a los Ancianos del Presbiterio Chester y que luego publicó en el Princeton Theological Review (vol. xx, 1922) el 3 de Noviembre de 1921, y al cual tituló, “Liberalism or Christianity” (Liberalismo o Cristianismo). De este discurso resultó un tratamiento más complejo y profundo, que trajo consigo la publicación del libro. En él, el autor escribe,
“En la esfera de la religión, particularmente, el tiempo presente es un tiempo de conflicto; la gran religión redentora que ha sido conocida desde siempre como Cristianismo está batallando contra un tipo de creencia totalmente diferente, que es más destructivo de la fe cristiana debido a que utiliza terminología cristiana tradicional. Esta religión moderna no redentora es llamada “modernismo” o “liberalismo”…la raíz del movimiento es uno: naturalismo.”
La crítica de Machen en contra del liberalismo es que no es cristianismo, pero sobre todo no es científico. Para demostrar los errores del liberalismo, el autor describe las diferencias que existen entre el cristianismo y el primero, con respecto a seis aspectos: Doctrina, Dios y el Hombre, la Biblia, Cristo, Salvación y la Iglesia. Machen analiza lo que el cristianismo ha creído a través de 1900 años de historia, y lo compara con las nuevas proposiciones liberales, quienes enseñaban que la doctrina no era importante, sino que lo importante para el cristiano era imitar a Cristo. “Fuera con la teología!” gritan los liberales.
Pero Machen pregunta, ¿cómo seguir a Cristo si desechamos la doctrina? Doctrina es enseñanza, y lo que el cristianismo enseña se basa en un hecho histórico. Este hecho histórico es lo que debemos comprender. Si no comprendemos ese hecho histórico no podemos llamarnos cristianos, pues el seguidor de Cristo debe comprender sus enseñanzas y lo que vino a hacer a la tierra. Los liberales decían que el cristianismo es un estilo de vida, pero Machen demuestra que para la iglesia primitiva y los primeros cristianos, era un estilo de vida basado en un mensaje.
Con respecto a Dios, Machen muestra la enseñanza liberal. Estos enseñaban que Dios sólo podía ser conocido a través de Cristo, con esto desechando la revelación especial como el medio para mostrarnos a Dios. El liberalismo del siglo XX creía que Dios era el Padre universal de la humanidad. No tiene enemigos. Era panteísta, es decir, enseñaba que Dios era todo. No había diferencia entre Dios y Su creación. Todo esto hace del liberalismo cualquier cosa menos cristianismo.
Con respecto a la Biblia, Machen nos muestra lo que los liberales creían. Estos, dice el autor, rechazaban la doctrina de la inspiración. La Biblia era tan sólo un conjunto de enseñanzas que habían sido heredadas de generación en generación, sin la intervención del Espíritu Santo. Otros liberales, decían que rechazaban la Biblia, pero que sólo seguían los dichos y enseñanzas de Cristo. Todo esto, dice el autor, es contradictorio y lleva a una persona al escepticismo y no al cristianismo.
En el caso de Cristo, Machen muestra como para los liberales lo que el cristiano debía hacer era seguir el ejemplo de Cristo. Pero, en el cristianismo, como lo deja claro Machen, lo importante era la redención lograda por Cristo, siendo el objeto de nuestra fe. No era sólo seguir Su ejemplo, sino poner nuestra fe en Él para ser redimidos. “Cristo está por encima de nosotros,” dicen los liberales, “pero si fue o no un pecador no tiene importancia.” Este es un ejemplo provisto por el autor, en el cual vemos la herejía del liberalismo, y a lo que puede llegar si no es contrarrestado. Continuará
(tomado de sujetosalaroca.org)