Otro Culto Falso
Aprenda a Vivir
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Serie Éxodo #57 Por Milton Villanueva
OTRO CULTO FALSO
¿Cómo sabe usted si es practicante de él?
Hace algunos años Mark Buchanan publicó en la revista “Chistianity Today” el siguiente artículo titulado “Atrapado en el culto de la próxima cosa”: “Pertenezco al culto del ¿Qué es lo próximo?. Es peligrosamente fácil caer en este grupo. Sucede por defecto, y no por elección del culto, cuando no se logra resistirle. El culto del ¿Qué es lo próximo? es el consumismo en términos religiosos. Tiene su propia letanía de palabras sagradas: más, tú te lo mereces, nuevo, más rápido, más limpio, más brillante. Tiene su propia liturgia tradicional: cárguelo, crédito instantáneo, sin pronto pago, pago diferido, sin intereses por tres meses. Tiene sus propios predicadores, evangelistas, profetas y apóstoles: publicistas, jugadores y patrocinadores de celebridades. Tiene, por supuesto, sus propios santuarios, capillas, templos, mecas: centros comerciales, supertiendas, almacenes. Tiene sus propios sacramentos: tarjetas de crédito y de débito. Tiene su propia experiencia de éxtasis: las compras compulsivas. El mensaje central del culto del ¿Qué es lo próximo? proclama: “Desea y compra porque el reino de las cosas se ha acercado.”
Muy atinadamente comenta Philip Graham Ryken: “Mucha de nuestra frustración en la vida viene de querer cosas que Dios no nos ha dado. En nuestro deseo codicioso, nos concentramos más en lo que no tenemos que en lo que tenemos . Toda nuestra inconformidad viene de este mismo tipo de razonamiento.” Y así gastamos la vida, deseando y deseando más, porque en el fondo, la verdad es que no hemos encontrado nada que nos satisfaga .
Hay un poema que dice:
Era primavera, pero yo deseaba que fuera verano:
Los días cálidos y las actividades al aire libre.
Era verano, pero yo deseaba que fuera otoño:
Las hojas coloridas y el aire frío y seco.
Era invierno, pero yo deseaba que fuera primavera:
El calor y el despertar de la naturaleza.
Era un niño y ya deseaba ser adulto:
La libertad y el respeto.
Tenía 20 años, pero deseaba ya 30:
Para ser maduro y sofisticado.
Era de mediana edad, pero deseaba ser de 20:
La libertad y la libertad de espíritu.
Era jubilado, pero deseaba ser de mediana edad:
Disponer de la mente sin limitaciones.
Mi vida se terminó,
Y nunca tuve lo que quise.
El gusano oculto de la insatisfacción produce la codicia que puede echarlo todo a perder. La insatisfacción pecaminosa con lo que Dios nos hizo y nos ha dado, nunca conducirán a nada bueno sino a pasar toda la vida sin apreciar ni disfrutar nada.
¡Aprenda a Vivir!