La puerta de escape de la depresión no es un secreto profesional sino bíblico.
El cuadro sintomático que presenta una persona deprimida puede ser asombrosamente complejo. Puede ir desde los trastornos de apetito y sueño, falta de concentración, sentimientos de culpa y vergüenza, llanto espontáneo, pensamientos suicidas, baja autoestima, dolores de cabeza, trastornos gastrointestinales, y por ahí sigue la lista. Pero como nos indica el Dr. Jay E. Adams, padre de la consejería bíblica: “El hecho importante que hay que recordar es una depresión no resulta de ninguno de estos factores, sino que viene de un proceso cíclico en el cual el problema inicial es tratado mal, de tal forma que se agranda en espirales descendentes, y que al final acaban en la desesperanza.” Digámoslo así; que con nuestra forma de actuar o reaccionar hemos ido creando un remolino dentro de nosotros que ha terminado arrastrándonos hacia el fondo, y agotando nuestra capacidad para luchar y ponernos a salvo.
Ilustremos el proceso con un caso bíblico. Caín actuó irresponsablemente al ofrecerle al Creador y dador de todas las cosas, una ofrenda descuidada y en una actitud poco entusiasta y digna de Dios. La cosa comienza a complicarse cuando Dios rechaza su ofrenda y reprocha su ausencia de fe. Caín reacciona con ira y saña contra su hermano Abel, quién sabe por envidia, por celo o por vergüenza. Dios advierte su semblante decaído y sombrío, y le alienta a desistir de ese patrón de conducta depresivo, y a hacer lo que le corresponde hacer para que vuelva sentirse bien. Pero, Caín optó por entregarse al remolino erróneo de sus emociones y correspondiente conducta, hasta desembocar en el asesinato de su hermano. “El alimentar su agravio, su amor propio, el compadecerse de sí mismo y la ira, fueron los elementos depresivos de Caín, sobre los cuales Dios le había advertido seriamente.”
La depresión es el residual acumulativo de emociones y sentimientos producidos por el manejo de nuestras vidas a nuestra manera, y no a la manera de Dios. Es la dominancia de nuestras emociones sobre el deber y la obediencia a la Palabra de Dios. Y la puerta de escape de la depresión, en realidad, no es un secreto profesional sino bíblico. Dios le dijo la Caín: “Si hicieres el bien, como te he dicho, ¿no serás enaltecido?”
Una emoción indebida, incorrecta o pecaminosa como reacción a un acontecimiento, persona o situación, si no se corrige a tiempo, añadirá de por sí otras, que lo irán sumiendo en un estado depresivo. Y mientras este proceso no se revierta, más se complicará su depresión.
Nadie podrá sacarle de su depresión, o lo que es mejor, mantenerle al margen de ella, si en vez de estarse lamentando y huyendo de la realidad siguiendo sus emociones pecaminosas, se decide ahora mismo a obedecer la voluntad de Dios. Y Dios le asegura en su Palabra que cuando haga las cosas como deben de ser hechas, se comenzará a sentir como un campeón.
¡Aprenda a Vivir!