Sermón: Santiago 1:2-4 Gozo en las Pruebas
Texto: Santiago 1:2-4 “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud. Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”
Esta semana pasada fue una semana interesante para mí. Eso es si podemos llamarla interesante. El martes pasado se supone que yo, como todos los martes, suba hacia la iglesia por la mañana. Pero Dios tenía otros planes. Resulta que Joel fue a hacer su matrícula de verano en CORA y la matrícula nos costó prácticamente el triple de lo que normalmente cuesta. Luego de enterarme de la noticia, “tranquilizarme” y aliviarme del síncope cardíaco fui a CORA para averiguar el porqué del precio y saber si estaba correcto o no. La triste noticia es que ese era el precio que había que pagar ya que hace cinco años habían aumentado ese precio, un precio fijo y sale más caro por ser estudiante de ciencias naturales.
Luego de eso voy de regreso a casa y me llama Jonathan indicándome que se dañó la cerradura de la puerta que va a la marquesina y que no hay manera de entrar a la casa. Llego a casa y efectivamente estaba dañada, no hay llave de las otras dos puertas así que estamos en la calle. Irma sale del trabajo a las 11:00 am para ver si una llave que ella tiene es de una de las otras puertas. Lamentablemente no era de ninguna de ellas. Me comunico con los ancianos para indicarles que no voy a llegar a la iglesia por la mañana pero que sí iba a llegar por la noche para la visita pastoral. Entonces rompo una de las cerraduras, la más frágil ya que la que se dañó es marca Toledo y es a prueba de golpes. Así que tengo que poner dos cerraduras.
Voy a Wal-mart y compro las cerraduras y comienzo a montarlas. Ya eran las dos de la tarde. Pero las cerraduras son de doble llave y esas sí que dan trabajo. Yo no sé porque dice la caja que son fáciles de montar porque honestamente no es cierto. Y comienzo a montarlas y no cuadran. Y las pongo y las quito, y las pongo y las quito. Y me funcionan por un lado y no por el otro. Y el tornillo no entra. Después de varias horas a uno le comienzan a doler los dedos de tanto poner y quitar tornillos. A las cuatro llamo de nuevo para informar que no voy a poder llegar ya que todavía no había podido montar tan siquiera una de las dos. Y me excuso de la visitación pastoral y les digo que no voy a ir a la iglesia. Bueno, luego de 4 horas de trabajo por fin monto las contrallas perillas. Subo a lavarme las manos en el baño del segundo piso y el jabón no podía sacar la grasa de las manos así que decido bajar para usar líquido de fregar. Y cuando iba bajando me caigo por las escaleras. Me doy un cantazo en la rodilla derecha. Así finalizó ese día, lo más interesante.
El miércoles voy de camino a la iglesia y luego de que paso el peaje de Arecibo se enciende la luz del aceite del carro. Y eso es serio. Se supone que uno lo apague inmediatamente. Pero estoy en el expreso, no hay garaje allí. Me estuvo raro porque hacía una semana y media se le había cambiado el aceite y el filtro. A duras penas llego a los Outlets de Barceloneta y me acuerdo que allí hay un car-wash y que cambian también aceite. Cuando llego estaba cerrado. Me voy a una gasolinera que hay cerca y compro dos aceites, pero el tapón del aceite no abre. Lo habían apretado demasiado. Pero veo que detrás del garaje trabajan con mecánica liviana, llevo el carro hacía allá y lo pueden abrir y le echamos el aceite. Gloria a Dios que la luz roja se apagó porque si no tendría que regresar a Isabela.
Hermanos, aflicciones y problemas siempre visitan nuestras vidas. Unas más serias que otras. Unas relativamente fáciles y otras terriblemente difíciles. Y la pregunta que debemos hacernos es, cuál debe ser nuestra actitud ante las aflicciones y las pruebas que nos visitan. De eso trata el pasaje que hemos leído. ¿Cuál debe ser nuestra actitud ante cualquier aflicción y prueba que nos visite? ¿Cuál debe ser nuestra actitud? Y Santiago nos dice que debemos tener una actitud…
I. Positiva: alegre
V. 2 “tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas”. Cuál debe ser nuestra actitud ante las pruebas: debe ser una actitud de alegría y gozo. ¿Cóóóómo? Así es. Es más Santiago dice no meramente tened gozo sino sumo gozo. En el original griego es: “Πᾶσαν χαρὰν”, literalmente: todo gozo. Ese es el énfasis del pasaje. Pero, ¿qué quiere decir Santiago cuando dice que debemos tener todo gozo o sumo gozo cuando os halléis en medio de las pruebas? Bueno no significa que nos gozamos por las pruebas en sí mismas. No es decir: me quedé sin trabajo, no tengo dinero para pagar la renta, ni para comida o tengo una enfermedad terrible. ¡Eso es lo mejor que me ha pasado en la vida! Hermanos, la Biblia no nos llama a pensar así. Pero sí nos llama a decir como dijo Job en Job 1:21 “Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.”
Así que no es un gozo irracional. No es que no podamos llorar en algún momento. No es que no podamos sentirnos aturdidos en algún momento. Ni tampoco que no podamos traer nuestras quejas delante de Dios como vemos constantemente en los salmos. Si no que la actitud predominante en nuestra vida debe ser la de estar alegres en medio de las pruebas. Debemos tener una actitud positiva en medio de las pruebas. “Tened sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas”. Es un mandato de parte de Dios, no es una sugerencia.
Así que no es un gozo irracional, ni tampoco un gozo parcial: como el payaso que ríe por fuera, pero llora por dentro. Dios dice: tened sumo gozo o todo gozo. Tiene que ser un gozo verdadero. No que estemos enseñando el doble seis en todo momento, pero una actitud positiva y de gozo debe caracterizar nuestras vidas cuando estemos en medio de cualquier prueba.
Fíjate que Santiago nos dice que debemos tener sumo gozo cuando “os halléis en diversas pruebas”. Y aquí hay dos palabras interesantes. Una es el verbo halléis “περιπέσητε”: que significa: caer en las manos de. E implica lo inesperado de las pruebas. Se usa en Lucas 10:30 del hombre que “cayó en manos de ladrones” pero fue socorrido por el buen samaritano. Hermanos, cuando menos nos lo imaginamos los problemas y las pruebas vienen a nuestra vida. Pero son pruebas no buscadas por nosotros lo que Santiago habla aquí. No producto de nuestro pecado sino producto de la providencia divina. Y la segunda palabra es la palabra traducida: diversas “ποικίλοις”, que significa: de varias clases o de todas clases. Es decir, no es cuando las pruebas sean sencillas, como las que yo tuve esta semana, sino cualesquiera que sean esas pruebas: sean de salud, económicas, familiares, de todas clases y de cualquier intensidad. La palabra es toda inclusiva: no importa que sea la pérdida de un trabajo, la pérdida de la salud, la pérdida de un ser querido, el mandamiento es el mismo: “Tened sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas”. Debemos tener una actitud positiva ante las pruebas. No debemos tener una actitud derrotista antes las pruebas. Ni una actitud depresiva ante las pruebas. Esa no debe ser nuestra actitud. Y, ¿cómo yo puedo hacer esto? Teniendo nuestros ojos puestos en Jesús.
Hebreos 12:2-3 “corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” Hermanos, no solo debemos poner nuestra mirada en Jesús como nuestro ejemplo a seguir sino también como nuestro salvador. Y tenemos que tener la actitud que Cristo tuvo en medio de las pruebas. Por el gozo del resultado Jesús menospreció el oprobio, el odio, la burla y el menosprecio del mundo. Y, ¿cuál otra actitud debemos tener?
II. Solidaria
V. 2 “Hermanos míos”. En esta pequeña carta Santiago se dirige a los creyentes con esta frase “hermanos míos”. En el original griego el orden de las palabras es importante. ¿Sabes por qué en este caso? Porque Santiago pone esa frase en medio de tened gozo y os halléis en diversas pruebas. Es decir, Santiago se presenta como un intercesor por ellos. Hermanos, en medio de las pruebas no debemos olvidar que no estamos solos. Santiago les quiso comunicar eso mismo a sus hermanos. Ustedes están sufriendo bajo persecución, los ricos los oprimen, han tenido que dejar su país natal, han dejado atrás sus casas, sus familias, sus trabajos. Pero en medio de ello Santiago les dice que hay un pastor que les ama y que está intercediendo por ellos. Y si hay un pastor orando por ellos, hay también una iglesia orando por ellos.
Es bien común sentirnos solos en medio de las pruebas. Sentirnos que nos hemos quedado solos aquí en el mundo. Pero eso no es cierto. Hermanos, en medio de la prueba mantén una actitud solidaria. No estás solo en las pruebas. Hay una iglesia que te ama, que se duele de tu dolor, que se identifica con tu dolor y sobre todo que ora a Dios por ti: que Dios te bendiga, te dé fuerzas, te guíe en medio de la oscuridad, que te provea lo necesario para enfrentar las pruebas. Mantén una actitud solidaria.
III. Teleológica: propósito
V. 3 “sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”. ¿Por qué podemos enfrentar, con gozo, cualquier tipo de prueba que venga a nuestras vidas? Porque sabemos que Dios tiene un propósito para enviarnos las pruebas, cuál es, que crezcamos en paciencia. Santiago dice: “la prueba… produce paciencia”. Y esto es algo bueno para nosotros. Fíjate lo que está diciendo aquí la palabra de Dios. Dios tiene un propósito en las pruebas. Las pruebas no vienen a nosotros por la casualidad. Dios gobierna este mundo. Y no solo eso. Como nos vienen diversas pruebas y su propósito es que crezcamos en la paciencia, entonces concluimos que Dios se interesa más por nuestro carácter que por nuestro confort. Lamentablemente nosotros somos al revés: nos interesamos más por nuestro confort que por nuestro carácter. Por eso Dios es Dios. Él sabe lo que hace.
La palabra paciencia es una palabra interesante. La palabra es “ὑπομονήν”. Es una palabra compuesta de “ὑπο”, debajo, y “μονήν”, permanecer. Es una palabra activa, es decir, no significa resignación, sino permanecer. En Puerto Rico diríamos “yo no me quito”, es decir, yo me quedo y lucho. No me resigno sino: yo peleo la buena batalla. ¡Cuán distinta es la sicología a la sabiduría de Dios! La sicología te dice: tienes que aceptar que tu padre es alcohólico. Eso es buena sicología, pero mal cristianismo. A lo cual diríamos: yo sé que él es alcohólico, su pecado lo llevó al alcoholismo y él tiene que cambiar.
Dios, quien es infinito, eterno e inmutable en su sabiduría nos dice: permanece en la batalla, no te rindas, sigue siendo fiel, confía en mí en medio de tus pruebas. Yo estoy contigo. Esa debe ser nuestra actitud ante las pruebas.
IV. Espiritual: visión espiritual
V. 3-4 “la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” Lo primero que deseo que vean es que las pruebas no son otra cosa que “la prueba de vuestra fe”. Es decir, debemos tener una perspectiva espiritual más que física de las pruebas. Yo sé que muchas de las pruebas que vienen a nuestra vida tocan el cuerpo: dolores de espalda, de pies, de rodillas, de cabeza, de estómagos, del corazón, de la sangre, etc. Pero Dios nos enseña en su palabra que todas y cada una de las pruebas que nos vienen son pruebas de nuestra fe. Dios prueba nuestra fe para ver si somos fieles a El― inamovibles en nuestra fe y fidelidad.
Pero nos dice algo más el pasaje. Nos dice: “Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”. LBLA lo traduce así: “y que la paciencia ha de tener su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada.” ¿Qué significa eso? Significa que hay que dejar que la paciencia llegué a término. No debemos interrumpir el proceso santificador que Dios tiene con respecto a la paciencia. Si interrumpimos el proceso éste no se completa. Por ejemplo: Una persona se rompe una pierna y se le pone un yeso. Y el yeso lo tiene que tener puesto por 3 meses. Pero qué es lo que pasa. Muchas personas no esperan por los 3 meses y se quitan el yeso antes de tiempo. Eso no está bien. La paciencia “ha de tener su perfecto resultado”. Hay que permitir que el escultor termine su obra, finalice su obra. Y, ¿cuál va a ser el resultado? “Para que seáis perfectos y cabales o completos, sin que os falte nada”. Es decir, para que madures en la totalidad de las áreas de tu vida. No solo que crezcas en la paciencia sino también en la esperanza, en el dominio propio, en el gozo, en la paz, en la mansedumbre, en la templanza; en todo el fruto del Espíritu.
Así que hermanos, cultivemos estas actitudes en medio de las pruebas. Seamos positivos: tengamos gozo en medio de las pruebas, seamos solidarios: no estamos solos en medio de ellas, veamos que hay un propósito en las mismas: que seamos pacientes, y que toda prueba es la prueba de vuestra fe: dejemos que el escultor termine su obra en nosotros. Porque el resultado traerá un impacto increíble a favor del cristianismo para la gloria de Dios.