Corazón
Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo
-Salmos 61:2
Dios hizo tu corazón, ¿puedes creerlo? este centro de vida que desde nuestro pecho bombea, oxigena y regula nuestro bienestar.
En hebreo, corazón (לֵב leb) significa forma de corazón y fue usado para describir sentimientos, intelecto y la voluntad refiriéndose al centro de cualquier cosa. ¿Sabes cuánto dolor ha recibido tu corazón? el centro de tu voluntad, de tu intelecto y de tus sentimientos? Y todavía ruge, bombea o al menos trata.
El meollo del asunto.
¿Qué hacer cuando este centro es un corazón que desmaya? ¿Desfallece? ¿Un corazón cansado, abatido, triste sin razón, insatisfecho? ¿O cuándo es un corazón rebelde, insistentemente pecador, altamente imaginario, traicionero de uno mismo?
Nuestra cultura a relegado la importancia de la existencia y la toma de desiciones al reino de las emociones. Muchos dicen "Haz lo que te dicte el corazón" y aunque podría haber un aparente sentido de integridad y autenticidad en esto, ciertamente nuestro corazón no es un centro confiable de información, ni muchos menos nuestro mejor consejero.
La biblia afirma que;
“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.”
—Jeremías 17:9-10 (RV1960)
Tu corazón necesita a Jesús
No solamente es por causa de la caída que nuestro corazón no es un recurso de apoyo fiable. Nuestro corazón, que es el centro de nuestra voluntad, nuestro intelecto y emociones está diseñado para encontrar satisfacción solo en Dios. No para ser fábricas de ídolos, sino para ser centros de adoración sublime, no para ser cuarteles de melancolía y auto complacencia, sino de oxigenación intelectual, creativa y centros de apoyo al necesitado. Están diseñados para ser centros laboriosos de acciones para su gloria, de completo descanso y contentamiento en Dios y en la búsqueda constante de glorificarlo a Él.
¿Te has encontrado, como yo, rodeado de un esplendor de un amanecer radiante y no tienes emociones adecuadas de cómo responder de acuerdo a lo que estas viendo? Estas aletargado, soñoliento, inmune.
Pablo oraba para que fueran alumbrados los ojos del centro de la voluntad y el intelecto de aquellos cristianos que estaban en la iglesia de Efesios. Pablo oraba :
“...alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.”
-Efesios 1:18 (RV1960)
No podemos ni tan siquiera ver y disfrutar de nuestra esperanza y herencia si el Señor no nos ayuda alumbrando nuestro corazón oscuro todos los días.
Desde el extremo de la tierra
Posiblemente en este Salmo 61, David escribía buscando refugio de Absalom. Su hijo traicionaría al padre por razones políticas y ahora lo convoca para amenazarle y quedarse con su trono.
David le imploraba a Dios diciendo:
“Llévame a la roca que es más alta que yo” (v.2)
Interesantemente, usa en el principio de este verso "Desde el cabo de la tierra clamaré a ti" y parece como decir: "clamo a ti desde el fin del mundo" o "te llamo desde lo mas lejos que puedo estar de ti" o "me siento tan alejado como si estuviera en una isla solitaria llamando por tu ayuda" Lejos. Me lo puedo imaginar en los desiertos desfalleciendo, sudando, cansado.
Desde ese extremo en el que ya no puedes mas, tu corazón clama al Señor por ayuda.
David le dice:
“Llévame a la roca que es más alta que yo”(v.2)
Oh que roca sublime, la roca inconmovible de los siglos, la piedra a que desecharon los edificadores, la roca que vino a derribar todos los reinos. Esa roca, Jesús es la única que es más alta que tú. La única que te puedes apoyar y refugiar. En Él puedes subirte para ver la vida desde el punto de vista de su sacrificio, desde la ventaja gloriosa y fresca de su revelación , desde su cuidado hermoso de su inmutable carácter. La roca más alta que tú te rescata una vez más del extremo de la tierra.
Qué hoy puedas tener mejor visión, enjuagar tus ojos con el colirio de su sangre y que tu corazón se alarme, se vivifiqué, se recuperé y se refugie al ver en el Evangelio cosas que ojos no vió, ni oídos han escuchado .