Respuesta a algunos argumentos usados a favor de la ordenación femenina

En este artículo analizaremos los argumentos generalmente empleados en favor de la ordenación de mujeres para el ejercicio de actividades en la Iglesia de Jesucristo.


Pregunta #4 Hay evidencia en la Biblia de que Hulda, Débora, Priscila Febe eran líderes y ejercían autoridad. ¿Esto no es prueba bíblica suficiente para la ordenación de mujeres?

Respuesta: Hay dos puntos a tenerse presentes en cuanto al ministerio de estas mujeres. 1) El hecho de que la Biblia describe cómo Dios usó determinadas personas en épocas específicas para propósitos especiales no hace de esto una norma. Recordemos la importantísima distinción entre lo descriptivo y lo normativo en la Biblia. Dios usó el profeta falso Balaam (Número 22:35) y hasta una burra para transmitir su Palabra (Núm. 22:28;2 Pedro 2:16). El desobediente Saúl también profetizó en varias ocasiones (1 Sam. 10:10; 19:23), al igual que los mensajeros enviados a Samuel (1 Sam. 19:20,21). La descripción de estos casos no establece una norma para ser seguida por las iglesias en la ordenación de los oficiales. El hecho de que Dios transmitió su mensaje a través de una mujer no hace de ella un oficial en la iglesia. Hay otros requisitos en el Nuevo Testamento para los puestos oficiales conforme a lo que leemos en las especificaciones explícitas de 1Timoteo 3 y Tito 1.

2) Los profetas de Israel no recibían un oficio mediante la imposición de manos para ejercer autoridad eclesiástica oficial. Los reyes y sacerdotes, al contrario, eran ‘ordenados’ para aquellas funciones, y las ejercían con autoridad. No hay sacerdotisas ‘ordenadas’ en Israel, por lo menos en las épocas cuando prevalecía el culto verdadero. Hulda fue una profetisa en Israel, recibiendo consultas en su casa (2 Reyes 22:13-15). Lo mismo puede ser dicho de Débora, que fue juez en Israel en una época en que no había rey, y tampoco funcionaba el sacerdocio - todos hacían lo que bien les parecía a sus propios ojos. El ministerio de Débora fue una denuncia de lo débil y la falta de valor de los hombres de la época (Jueces 4:4-9; compare con Isa. 3:12). Sobre Priscila, su liderazgo parece evidente, sin embargo, es menos evidente que ella fuera pastora o presbítera. En cuanto a Febe, ver la pregunta sobre ella más adelante.

Pregunta #5 ¿No podemos afirmar que el patriarcado, conforme a lo que encontramos en la Biblia, especialmente el Antiguo Testamento, es una institución nociva y perversa, que denigra y humilla a la mujer?

Respuesta: El patriarcado, como lo encontramos en la Biblia, y especialmente en el Antiguo Testamento, no es simplemente una afirmación de la masculinidad, no es jamás sinónimo de dominio del macho o un sistema de valores en el cual el hombre trata a la mujer con desprecio, desvalorándola y super-valorándose a sí mismo. El patriarcado es el sistema en el cual los padres cuidan de sus familias. La imagen del padre en el Antiguo Testamento no es primeramente de aquél que ejerce autoridad y poder, sino de amor adoptivo, de lazos páctales de bondad y compasión. Solamente en las Escrituras hebreas podemos encontrar a un Dios Padre Todopoderoso y Todo-bondadoso. Los patriarcas reflejan la paternidad de Dios, aunque pobremente. El Dios de los hebreos no es como los dioses masculinos irresponsables de las culturas paganas alrededor de Israel, porque Él jamás abandona a sus hijos que engendra, al contrario, los cuida. Los patriarcas siguen el ejemplo de Dios. En aquella cultura se le enseñaba al hombre judío que él no era simplemente un animal, agresivo, asertivo, y violento, sino que era padre, cuya agresividad debía ser transformada por la responsabilidad, y que habría que manifestar la gentileza, y que el cuidado de los hijos era la expresión completa de masculinidad, y que debería unirse con el ser femenino y el mundo femenino de la familia, al mismo tiempo que mantenía una separación necesaria para ejercer la autoridad. El machismo es una versión totalmente distorsionada de algunos aspectos del patriarcado, y oprime a las mujeres. Debemos luchar contra el machismo, y no dejar de reconocer la verdad sobre el patriarcado.

Pregunta #6 ¿Febe no era una diaconisa, conforme a Romanos 16:1,2? ¿No prueba esto que las mujeres pueden ejercer autoridad eclesiástica en la Iglesia?

Respuesta: Tenemos que considerar los siguientes aspectos. 1) No es claro que Febe fue realmente una diaconisa. A pesar de que el griego original use el término ‘diácono’ para referirse a ella, recordemos que este término en el Nuevo Testamento no siempre significa el oficio de diácono. Puede ser traducido como siervo, ministro, etc. Por tanto, nuestra traducción: «Les recomiendo nuestra hermana Febe, que está sirviendo la iglesia de Cencrea» es perfectamente posible y no es una traducción prejuzgada.