Proverbios 29:25 “El temor del hombre pondrá lazo; Mas el que confía en Jehová será exaltado.”
Hace más de 30 años atrás se acuerdo que mi suegra nos dijo que había ocurrido una tragedia. Cuando escuché esa palabra lo primero que pensé fue que alguien había tenido un accidente aparatoso. O que alguien había fallecido trágicamente.
Al poco tiempo descubrimos que unos pillos le habían robado el carro a mi cuñado de donde lo había estacionado. Era un carro que había adquirido con sacrificio.
Hermanos y amigos, nadie está exento de sufrir aflicciones y tribulaciones en esta vida. Ni por ser hijos de Dios, hijos del Gran Rey y Creador del universo estamos libres e inmunes de padecer cosas terribles. Pero a la luz de este pasaje y de toda la Palabra de Dios inspirada, podemos decir que el creyente está libre de tragedias. Sí hermanos; esto es lo que enseña toda la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis. El que confía en Jehová está libre de tragedias.
Pero me dirás, hermano pastor, usted se acaba de contradecir. ¿Cómo usted puede decir que ningún hijo de Dios está exento de padecer tribulaciones pero está libre de padecer tragedias? ¿No es esto una contradicción?
Bueno lo primero que debemos hacer es definir qué es una tragedia a la luz de la Biblia. No vamos a definir tragedia según lo define el Diccionario de la Real Academia Española. No porque creamos que es una mala definición sin porque es una definición que no toma en consideración la Biblia. Nuestra definición está basada en el hecho de que Dios gobierna los cielos y la tierra. Es una definición tomando en cuenta la perspectiva de la eternidad. La tragedia decía Jonathan Edwards: es todo lo bueno y lo malo que le sucede a los impíos. Escucha bien. Todo lo bueno y todo lo malo que le ocurre al impíos eso y solo eso es tragedia. Generalmente pensamos que la tragedia solo tiene que ver con las cosas malas. pero a la luz de la eternidad, a la luz del juicio final, la tragedia incluye las cosas buenas que le ocurren a los impíos ya que estas incrementan el castigo que sufrirán en el infierno. Eso es lo que enseña toda la Biblia y este pasaje breve del libro de Proverbios.
Vamos a ver el pasaje un poco más de cerca. Lo primero que voy a decir de este pasaje es que me voy a concentrar únicamente en la segunda oración del mismo. Y aunque esta segunda oración está coordinada con la primera, lo cierto es que cada una establece un principio general que se puede tomar aislado e independiente si se interpreta correctamente. El libro de Proverbios tiene muchos dichos inspirados por Dios que muchas veces no están relacionados con los versículos anteriores ni posteriores. Pero al hacerlo tomamos en cuenta el contexto no solo del libro de Proverbios sino también de toda la Biblia para que nos guie en la correcta interpretación.
Dice la segunda oración de Proverbios 29:25 “mas el que confía en Jehová será exaltado”. Ahora bien, la palabra “exaltado” en hebreo es un término militar que connota la idea de ser puesto en un lugar a salvo y seguro, tal como poner algo sobre una pared alta o sobre una montaña. Y la idea es que el que confía en Jehová está libre, es inalcanzable y les da el sentido de seguridad y de estar a salvo.
Por eso otra posible traducción que captura la idea del pasaje es la que da LBLA cuando traduce: “pero el que confía en el Señor estará seguro”. O como lo traduce la BJ: “el que confía en Yahveh está seguro”. O como lo traduce la ESV: “but whoever trusts in the Lord is safe”.
Ahora bien, En primer lugar.
I. ¿De quién está hablando el pasaje?
El pasaje está hablando de todo aquel. De toda aquella persona sin distinción de posición social sea de la clase alta o de la clase baja. Sin importar la edad sea joven o viejo. Sin importar posición económica sea rico o pobre.
Y esto es importante, ¿sabes por qué? Porque nuestra tendencia es a pensar que esta promesa de estar seguros solo aplica a u grupo en particular. No, están seguros los ricos porque ellos tienen el capital para tener esa seguridad. Ellos tienen las comodidades y el respaldo del billete apara estar seguros. O pensamos que esto aplica a los jóvenes solamente. Ellos tiene toda la fuerza, la salud, toda la energía y la vida por delante y en ese sentido están seguros; por los menos por muchos años.
Pero el pasaje no dice eso. Todo aquel que confía en Jehová está seguro, está protegido, está a salvo. No es una promesa para un grupo social, económico o de edad que este pasaje promete. La promesa es para todo aquel que confía en Jehová.
Ahora bien. En segundo lugar.
II. ¿Qué es confiar en Jehová?
Si te das cuenta el pasaje sí pone un límite: “el que confía en Jehová”. Es para todo aquel, Sí. Pero hay una condición: “es para el que confía en Jehová”. Solo él, solo ella está seguro. Oh, hermanos, “no echemos las perlas a los cerdos” como dijo Jesús en Mateo 7:6. Ese es uno de los problemas de las iglesias evangélicas que toman de las promesas que son solo para los creyentes y distribuyen para todo el mundo.
¿Qué es confiar en Jehová? Pero antes de explicar esto debemos contestar: ¿qué no es confiar en Jehová.
No es meramente desear que Dios nos libre de algún mal como un mero deseo aunque realmente no confiamos plenamente en El porque no descansamos en El. Una persona podría pensar que confía en Jehová cuando realmente no es cierto. ¿Cómo lo sabemos si realmente confiamos en Jehová? Lo sabemos porque no produce paz en esa vida. Si ponemos todas nuestras cargas en Jehová: “la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardarás vuestros pensamientos y vuestros corazones en Cristo Jesús”. Filipenses 4:6-7.
Ni tampoco es desear que Dios nos libre de algún mal cuando a la vez no le amamos, ni le servimos, ni le adoramos ni El es nuestro Dios ni Salvador.
Ahora bien, qué es confiar en Dios?
Cuando confiamos en Dios realmente entonces no solo le amamos sino también reconocemos que El es todo suficiente y todo poderoso y no necesitamos nada más. Nuestra confianza descansa en El en vez de cualquier otra cosa. Muchas veces somos como los israelitas que confiaban en Dios y en Baal para que le diera una ayudita a Jehová. Y a veces nosotros podemos igual confianza en Jehová y en los médicos, en Jehová y en las medicinas, en Jehová y nuestra astucia o inteligencia, nuestras habilidades, etc. Y no es que rechacemos esas cosas que en sí mismas no son malas, pero nuestra confianza debe ser totalmente en Jehová y no en las otras cosas; porque las otras cosas no son nada, absolutamente nada sin la bendición de Dios.
Cuando realmente confiamos en Dios creemos en su misericordia, creemos en sus promesas y a la verdad de su Palabra más que a nada. Y nos entregamos en sus brazos porque creemos que “todo aquel que confía en Jehová está seguro”, porque Dios lo ha dicho y para mí eso lo es todo. Dios tiene la última palabra en todo en Cristo Jesús. Sea Dios verás y todo hombre mentiroso.
En tercer lugar.
III. ¿Qué significa e implica estar seguros?
Estar seguros implica estar protegido. E implica que por ser hijo e hija de Dios Él nos ha puesto en un lugar alto de tal manera que ningún mal nos dañará. No que no vendrán “males” sobre nosotros sino que no nos dañarán. Sí hermanos, que ningún mal: sea enfermedades, sean problemas económicos o de trabajo, sean problemas matrimoniales, problemas con los hijos, problemas en la escuela, problemas con los compañeros de clase, problemas con la vejez: ninguno de ellos nos dañará. Por eso dijimos al principio que estrictamente hablando no hay tragedia para el creyente. Todo lo bueno y lo malo que le sucede al no creyente es una tragedia.
Pero nosotros estamos seguros: nada nos dañará. ¿Cómo así? “Porque absolutamente todas las cosas obran para bien a aquellos que aman a Dios, a los que conforme a su propósito han sido llamados”. Romanos 8:28.
O sí hermanos, vendrán “males” sobre los creyentes pero ninguno de ellos nos dañará. Ni siquiera la muerte. Jesús al salvarnos nos ha puesto en un lugar alto, en un lugar inalcanzable de todo mal que nos fuera hacer daño. El dijo en Mateo 10:28 “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” Podrán tocar el cuerpo pero jamás podrán tocar el alma. Jamás podrán quitarnos nuestra salvación ni nuestro galardón. Jamás podrán quitarnos nuestro estatus de ser hijos de Dios y coherederos con Cristo porque ellos es permanente para cada creyente por la sangre preciosa de Jesús.
Por eso Pablo nos dice que aunque no seremos librados de la muerte ninguno de nosotros, la muerte ha perdido su aguijón. 1 Corintios 15:55-57 “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.” Por la muerte y resurrección de Jesús por nosotros los creyentes, tenemos la victoria sobre la muerte, sobre el sepulcro porque Cristo le dio la muerte a la muerte cuando él murió y resucitó. De aquí que la muerte para el creyente es la entrada a la vida. Es la entrada a la vida eterna: llena de paz, de alegría, de santidad. Es llegar al hogar. ¿Y quién no quiere llegar al hogar luego de varios día de estar afuera o un día entero afuera? Allí están los que me aman, allí yo estoy seguro, allí yo tengo paz.
Continuamos hermanos. El que confía en Jehová está seguro de todo mal. ¿En qué sentido? En el sentido que todo mal cuando viene a nosotros viene con un propósito: el caso de Job. Puede venir como una disciplina por nuestros pecados pasados o presentes. Pero cada uno de ellos si confiamos en Jehová de todo corazón, son enviados para “que participemos de su santidad”, Hebreos 12:10. Son los medios que Dios utiliza para limpiar nuestra suciedad y probar nuestra fe “más preciosa que el oro”, 1 Pedro 1:7.
El que confía en Jehová está seguro porque ha sido librado del peor mal que puede venir al ser humano: “ser lanzado al infierno de fuego”. Cristo Jesús nos ha librado de la ira venidera. Y nos ha librado de la maldición de la ley habiendo El asumido nuestra maldición y clavándola en la cruz.
En fin hermanos. Los que confían de verás en Jehová están seguros. Hermanos estamos protegidos, estamos a salvo gracias no a nuestros éxitos, ni a nuestra justicia, ni a nuestra bondad, buenas obras, dignidad, sino solo por Jesucristo. Estás protegido, estás seguro. Has sido puesto sobre una montaña y nada ni nadie puede dañarte. ¿Es esa tu fe? ¿Es esa tu seguridad? ¿Crees a esa promesa? ¿Descansas en el Dios de esa promesa? Si tienes dificultad en creer esa promesa pídele a Dios que te aumente la fe para que confíes en Jehová de todo corazón y creas que realmente, por Cristo Jesús, estás seguro. Amén.