Sermón: Salmo 119:68 Los atributos de Dios, la bondad

Salmo 119:68 “Bueno eres tú, y bienhechor; Enséñame tus estatutos.”

            William Carey, 1761-1834, es conocido como el “padre de las misiones modernas”. Cuenta la historia que Carey predicaba mucho acerca de la importancia de llevar el evangelio a otras partes del mundo. Y un día decidió que ya había predicado mucho sobre ese tema y que lo único que le faltaba era poner las manos a la obra. Así que Carey se embarcó hacia la India en el 1793. Cuenta la historia que Carey se enfermó gravemente y una de las personas que fue a visitarlo le preguntó: Mr. Carey, ¿si esta enfermedad suya terminara, Dios no lo quiera, en su muerte, cuál pasaje bíblico le gustaría que se usara para el sermón del funeral? A lo cual Carey respondió: de esta pobre criatura pecadora no se debe decir nada, pero si fuera a escoger un pasaje para el sermón en mi funeral escogería Ten piedad de mí, oh Dios, del Salmo 51:1.  Sin olvidar lo que sigue diciendo el Salmo conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
En el mismo sentido de reconocer la bondad de Dios sobre su vida Carey pidió que se escribiera en su lápida lo siguiente: “William Carey, nació el 17 de abril de 1761, murió un pobre gusano indefenso. Caigo en Tus manos misericordiosas”.

            Hermanos, Dios es un Dios de misericordia porque Dios es un Dios de bondad. La misericordia, la gracia y el amor de Dios fluyen de su bondad. Fluyen de maneras diversas, pero fluyen de su bondad. La misericordia se extiende sobre el que está en miserias, y allí llega a socorrerlo. La gracia se extiende no meramente sobre el culpable, sino sobre aquel que no merece nada, porque lo que tiene es deméritos. En el amor, Dios no solo da cosas buenas, sino que Dios se da a Sí mismo. Todos estos atributos éticos y morales fluyen de la bondad de Dios.

            Ahora qué significa que Dios es bueno. Cuando le atribuimos bondad a Dios, como se le atribuye en el versículo 68, qué queremos decir.

 

I. Dios es bueno en Sí mismo

             Eso lo que dice claramente el versículo 68: Bueno eres tú. Y porque Dios es bueno El hace el bien. Ahora bien, qué quiere decir la Biblia cuando reconoce en Dios el atributo de bondad. Lo que hace es reconocer lo que Dios es en Sí mismo. Dios es en Sí mismo bueno. Su naturaleza esencial es pura bondad. Su naturaleza física es buena. Y su carácter moral es perfecta bondad. Y cuando hablamos así de Dios lo que estamos diciendo es que Dios es perfecto en Su ser. Por ejemplo: “cuándo preguntamos ¿y cómo está ese pernil? Y decimos: muchacho ese pernil está bueno, lo que queremos decir es que está como debe ser. Está en su punto. Está bien hecho como para chuparse los dedos. Se enfatiza, entonces, la perfección de ese objeto, de esa cosa.”

            Cuando decimos que Dios es bueno, lo que estamos diciendo es que Él es perfecto.  Que Dios es lo que debe ser. Que cuando pensamos cómo debe ser Dios o cómo debe ser un Ser al cual llamamos Dios, concluimos: ese no es otro que Jehová de los ejércitos. Todo lo que nosotros necesitamos de Dios: sea amor, bondad, protección, sabiduría, justicia, santidad, verdad, compañía, compasión, presencia, control, etc. todo esto lo encontramos, en ningún otro, solo en Jehová de los ejércitos. Solo Él es Dios. Solo Él es bueno.

            Por eso Jesús dijo en Mateo 19:17 “Ninguno hay bueno sino uno: Dios.” Dios es el único que es bueno en Sí mismo y por Sí mismo. Porque solo Él es perfecto en Su ser y en todo lo que hace.

            Generalmente se habla de que Dios es el Bien Supremo: Summum Bonus. Pero a la luz de la Biblia Él no es el Bien Supremo, Él es el único Bien. Él es el Bien absoluto. Por eso el tener a Dios como nuestro Dios es tenerlo todo, aunque no tengamos nada. No hay bien sino en El. Por eso dice el Salmo 16:2 “Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti.” Fuera de Dios no hay bien, porque Él es el único bien. El bien que es perfecto. Y como bien perfecto que es El tenerlo como nuestro Señor y Salvador es lo mejor de la vida. Salmo 73:28 “Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.” El estar cerca de Dios es lo mejor que podemos hacer. Poner toda nuestra confianza, no en nosotros, sino en Jehová. Y como Dios es el único Bien en el mundo solo Él es el único que puede satisfacer todas nuestras necesidades. Nuestra felicidad se encuentra únicamente en El. Salmo 73:25-26 “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.”

            Nuestra felicidad reside en El. Nuestra verdadera, solida, permanente y plena satisfacción se encuentra solo en El. No se encuentra en las cosas: no se encuentra en los celulares, en los ipad, en los playstations, en los Nintendo wii o Nintendo switch, ni en la ropa, ni en los relojes, sin en las casas, los carros, los hijos, los cónyuges, etc. Nuestra plena felicidad se encuentra solo en poseer a Dios como nuestra Señor y Salvador y el único Bien de nuestra vida.   

            Pero la única manera de poseer a Dios lo es por medio de la fe salvadora en Cristo Jesús. Solo los que se rinden a Jesús como el Dios de sus vidas, para vivir para El y descansar en su sacrificio para el perdón de los pecados disfrutan a Dios como el único Bien en este mundo.

            El Salmo 119:68 nos dice algo más. Nos dice: “Bueno eres tú, y bienhechor”.  Dios no solo es Bueno en Sí mismo sino también El hace bien.

II. Dios es bueno en todo lo que hace

            Toda la sección desde el versículo 65 hasta el 72 menciona la bondad de Dios cinco veces.  Y su énfasis es el hecho de que Dios hace bien a su pueblo. Por ejemplo: V. 65 “Bien has hecho con tu siervo”. V. 68 “Bueno eres tú, y bienhechor”. V. 71 “Bueno me es haber sido humillado”.  

            Ahora bien, hay una bondad general, una bondad común sobre todas las criaturas. Dios hace bien a todas sus criaturas porque son sus criaturas. Como nos dice el Salmo 145:9 “Bueno es Jehová para con todos, Y sus misericordias sobre todas sus obras.” Y el Salmo 33:5 “El ama justicia y juicio; De la misericordia de Jehová está llena la tierra.” Por tanto, no hay ninguna criatura que no reciba de parte de Dios cosas buenas. Por eso decimos que todo bien que encontramos en el mundo tiene su origen en Dios. Es Dios quien creó los alimentos, los árboles, las montañas, nuestro propio cuerpo, los colores que admiramos, los sonidos que nos deleitan, el fresco de la mañana, el rocío, el amanecer, el anochecer, el amor, el disfrute de las cosas creadas, el calor de la piel, etc. Todo tiene su origen en Dios porque El es bueno.

            Dios no solo nos da estas cosas, sino que nos la da para que incluso disfrutemos de ellas. 1 Timoteo 6:17 “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Dios pudo haber hecho la comida para que la comamos y nada más. Pero Dios en su bondad no solo nos da la comida sino también las glándulas gustativas para que disfrutemos lo que comemos. Nos da variedad de colores, olores, sabores. Todo esto y mucho más para que las disfrutemos. Pero nuestra esperanza y felicidad solo en el Dios vivo. Todo lo demás es incierto. Solo Dios es permanente.

            Su bondad se extiende sobre todas las criaturas por ser sus criaturas. Y no solo eso. Dios hace bien incluso a las criaturas que le odian y aborrecen. En Mateo 5:45 “vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.” Dios hace salir su sol sobre los malos y envía lluvia sobre los injustos. Nadie puede decir que no recibe cosas buenas de Dios.

            Pero sobre esa bondad general y común sobre todas las criaturas hay una bondad especial sobre sus hijos. Dios es bueno con todas sus criaturas, pero sobre sus hijos sus bendiciones son superiores. Porque los hijos reciben las cosas buenas de Dios como su Padre celestial que les ama y sobre los demás como el Dios Creador. Todo lo recibimos por amor a Cristo y de Cristo. Por eso es una bondad especial. Dice el  Salmo 73:1 “Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los limpios de corazón.” Fíjate que el salmista describe quiénes son el Israel de Dios. El Israel de Dios son los de limpio corazón. Es decir, los que aman a Dios, viven para Dios, desean agradarle todos los días de su vida y viven en obediencia a sus mandamientos. Para ellos hay una bondad especial de parte de Dios. Por eso Dios no retiene nada bueno de sus hijos. Salmo 84:11 “Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.” Mateo 7:11 “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”. Es más, Dios es bueno con sus hijos aun antes de ser convertidos. Romanos 5:8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

            Todo lo que Dios hace en nuestra vida es bueno. David lo aprendió así en las palabras de esta sección del salmo. El aprendió que Dios le había hecho bien según Dios había prometido en su Palabra. Y que aún el ser humillado ante los hombres fue bueno para él. Porque Dios lo humilló para que aprendiera obediencia. V. 71-72 “Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda tus estatutos. Mejor me es la ley de tu boca Que millares de oro y plata.” Así que la aflicción que el salmista padeció fue algo bueno para él.

            De igual manera pasa con nosotros. Aflicciones vienen a nuestras vidas por diversas razones: por pecados nuestros, por pecados de otros, por el hecho de que hay pecado en el mundo, o porque Dios ha decidido probar nuestra fe más preciada que el oro. Y la tendencia normal es pedirle a Dios: oh, Dios quita de mí esta aflicción. Pero lo más sabio sería decir: “oh, Dios ayúdame a sobrellevar esta aflicción, ayúdame a aprender lo que deseas que aprenda, ayúdame a depender de ti, confiar en ti y recordar que soy extranjero y peregrino aquí en la tierra. Voy camino a Canaán y hay piedras en el camino.  Ayúdame a no tropezar, pero si tropiezo: levántame Señor, Auméntame la fe para que no dude de ti bondad para conmigo”. 

            El salmista dice “Bueno eres tú, y bienhechor; Enséñame tus estatutos.” Hay una petición a Jehová en respuesta a reconocer que Dios es bueno en nuestras vidas. ¿Cuál es la respuesta a la bondad recibida de parte de Dios?

 

III. La Respuesta a la bondad de Dios

            La respuesta a la bondad de Dios es obediencia: “Enséñame tus estatutos”. Hermanos, la bondad de Dios, su misericordia sobre nosotros, incluso al disciplinarnos, es un incentivo a mayor amor a Dios y mayor obediencia a sus mandamientos.

            Pero no solo eso. David le pide a Dios que le enseñe sus estatutos: sus leyes, sus mandamientos, su Palabra. Y la petición no es meramente: ayúdame Señor a entender tu Palabra sino ayúdame a obedecer tu Palabra. David reconoce que no siempre ha sido fiel, que hay una tendencia a desobedecer la Palabra, que hay una tendencia a olvidarse de la misma. Aun cuando Dios es bueno y ha sido bueno todos los días de la vida de David y lo ha bendecido abundantemente, todavía hay desobediencia en su vida para no vivir en obediencia a la Palabra de Dios. Y él le suplica a Dios: hazme obediente. Enséñame tus estatutos, enséñame a guardar tu Palabra, a creer en ellos como la verdad absoluta, a guardarlos de todo corazón, aprenda a valorarlos más “Que millares de oro y plata. Nada tiene más valor en este mundo que “la ley de tu boca”, oh, Dios. En otras palabras, David ora por un corazón enseñable, humilde, obediencia, un corazón que crea a Dios.

            ¿Es esa tu oración constante? ¿Acaso Dios no ha sido bueno contigo? ¿Cómo le pagas por Su bondad?

Aplicaciones:

1. El que Dios haga su sol salir sobre los malos y que la lluvia caiga sobre los injustos no es evidencia de que ellos gozan del favor de Dios. El no creyente puede creer que Dios está de su lado porque Dios le ha enviado cosas buenas en su vida. Posiblemente Dios le ha prosperado en su trabajo, la ha dado una buena esposa, buenos hijos, buena salud. Y podría creer que Dios está de su lado. Pero eso no es cierto. Como el presidiario no debe pensar que el hecho de que le den comida tres veces al día o le den en su última cena antes de la ejecución un filete mingón con langosta, no es sinónimo de que él goza el favor del gobierno que lo va a ejecutar. De igual manera lo es el que Dios le envíe cosas buenas a los no creyentes. Ellos no gozan del favor de Dios. Mientras vivan en incredulidad están bajo su ira y maldición. Así lo enseña la Biblia. El ejemplo más claro lo tenemos en Adán y Eva. Dios los expulsó del jardín del Edén por su pecado. Indicando que perdieron la comunión con Dios. Y Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. La única solución es venir a Cristo en fe y arrepentimiento antes que sea demasiado tarde.

2. El que Dios a veces no haga salir su sol sobre los buenos ni que caiga lluvia sobre los justos no es evidencia de que no gozan del favor de Dios. Dios envía aflicciones sobre su pueblo: de diversas clases, tamaños y colores. Pero ninguna de ellas, en ningún momento testifican de que no gozan del favor salvador de Dios. Podrían testificar del desagrado paternal de Dios si estamos en pecado o por nuestros pecados pasados. Pero jamás testifican que no gozamos del favor salvador. ¿Por qué? Pablo nos dice en Romanos 11:29 “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.

3. Sabemos que Dios es bueno. ¿Podemos creerlo cuando la aflicción nos visita? ¿O solo lo decimos cuando todo sale bien? Pon tu fe solo en Dios y confía en que todo lo que sucede en tu vida proviene de un Dios de bondad y fluyen del amor sacrificial de Cristo.

            Hermanos, Dios es bueno porque Él es perfecto. Y Él no puede sino hacer bien a todas sus criaturas, pero sobre todo a sus hijos. Cuenta las bendiciones que Dios te ha dado. Estas son un llamado amarle más y más en santa obediencia.