Texto: Santiago 1:9-11 “El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba. Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas.”
No es fácil tomar fotografías. No todo el mundo sabe tomar fotos. A veces cuando alguien te toma una foto no le queda bien. Unas veces te corta la cabeza o parte del cuerpo. A veces la persona no le dice a uno que uno no está parado o que hay algo que podría hacer que la foto no salga bien. Otras veces es el foco de la cámara. Te toman una foto y esa cámara no estaba bien enfocada. Generalmente ese es mi problema. Yo estoy bien pendiente de que todo salga bien, pero fallo en el enfoque y la foto se borrosa. Porque cuando la foto sale borrosa pues tienes la imagen, pero distorsionada.
Claro está como una medida de corregir esto hoy día hay cámaras que te ayudan con eso de evitar que la foto te salga borrosa. Curiosamente a veces los cristianos tenemos ideas borrosas acerca de la vida cristiana. Tenemos una imagen de la vida cristiana pero esa imagen está algo borrosa. Nuestros lentes espirituales a veces se desenfocan de lo que debe ser una percepción correcta de la vida cristiana. Y por el hecho de que nosotros hacemos las mismas cosas que todos los seres humanos en esta vida a veces eso ayuda a que nos desenfoquemos.
De eso trata el pasaje que tenemos hoy para la predicación. Santiago trata aquí de dos grupos de cristianos en la iglesia, los pobres y los ricos. En un sentido son polos opuestos, pero cuando los examinamos con detenimiento veremos que son más parecidos de lo que a simple vista parecen ser. Y a ambos Santiago busca guiar a que enfoquen la vida desde una perspectiva diferente a la cual están acostumbrados a enfocarla.
Y a ambos les dice que la vida cristiana conlleva el deber de gloriarnos. A ambos les dice lo mismo, pero con una leve diferencia. ¿Cuál es esa diferencia? Vemos:
V. 9 “El hermano que es de humilde condición”. Cuando habla aquí del hermano de humilde condición, la palabra humilde, en griego, [tapeinos], significa de baja condición. Y puede referirse a una persona de bajos recursos económicos, como también puede referirse a la condición de ser humilde espiritualmente. Pero como este hermano es contrastado con el rico, entonces, entendemos que se refiere al pobre, al indigente. En aquella época solo había dos clases sociales: los ricos y los pobres. La clase media no vino a existir sino hasta el siglo 15 con la aparición de la burguesía.
Si te das cuenta habían pobres y ricos adorando juntos en la misma iglesia. Así es como debe ser. Yo no creo que es la voluntad de Dios que haya iglesia de pobres e iglesias de ricos. Todos somos uno en Cristo. Como dice Pablo en Gálatas 3:28 “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”
¿Qué es lo que les dice Santiago a los pobres? Les dice “que se gloríen”. Es un imperativo es un mandato. Aquí en sentido positivo. Gloríate, regocíjate, enorgullécete. ¿En qué? No en su condición de pobreza. Santiago no está diciendo que la pobreza sea una cosa fácil. Sin lugar a dudas la pobreza es una prueba dura. Y la mayoría en la iglesia de los primeros siglos eran pobres. Y la tendencia de muchos en esa condición es la deprimirse, entristecerse o incluso justificarse delante de Dios y de los hombres.
A lo cual Santiago les dice: “gloríese en su exaltación”. Es decir, en medio de la prueba que la pobreza trae, es tu deber no poner tu mirada en tu condición de pobreza material sino en tu condición de riqueza espiritual, en tu exaltación. Tu enfoque debes ajustarlo. Y este debe ser dirigido a comprender lo que Dios ha hecho por ti en Cristo Jesús. ¿Qué ha hecho? Te ha exaltado. Te ha dado el privilegio de ser hijo de Dios. Te ha dado el privilegio de ser considerado el VIP del reino de los cielos. Te da dado el privilegio de que todos tus pecados han sido perdonados. Y no solo que Dios en virtud de la imputación de la justicia de Cristo sobre ti Dios te considera justo delante de Él. Él te ha despojado de tus ropas de pordiosero espiritual y te ha vestido de la ropa de la justicia de Cristo. Al Dios verte te ve vestido de Cristo. Dios te ha dado el privilegio de que el Espíritu Santo mora en ti para siempre. Y quien hace que cada día mueras más y más al pecado y sea restaurada la imagen de Dios en tu vida. El hace que seas cada día más semejante al Señor Jesucristo. Te ha dado el privilegio de que los ángeles que, aunque físicamente son más poderosos que nosotros, ellos son enviados para servirnos. Y que eres heredero de todas las riquezas espirituales que Dios ha preparado para nosotros.
Hermanos, no pongamos nuestra mirada en la falta de bienes que no tenemos. Nuestra mirada debe estar puesta en los cielos y en la exaltación que Dios nos ha dado en Cristo Jesús.
Santiago tiene también unas palabras para los ricos. V. 10 “pero el que es rico, en su humillación”. ¿Cómo es eso? Santiago se expresa como libro sapiensal en donde presenta varios contrastes. El contrasta el pobre con el rico y la exaltación con la humillación. A los pobres Santiago les dijo: gloríense, regocíjense, enorgullézcanse en su exaltación. Pero a los ricos les dice que se gloríen también. Pero no en sus riquezas. No en las increíbles habilidades que tiene para amasar dinero o producir dinero. Para ellos las riquezas son también una prueba de fe. Para los pobres su pobreza es su prueba de fe. Y para los ricos su riqueza es su prueba de fe. ¿Por qué?
Por la facilidad que tienen de poner su felicidad en los bienes materiales y no en Dios. Por el increíble peligro que tienen de endiosarse. Creerse que son intocables, invencibles. Y que a diferencia de otros ellos no necesitan de la ayuda de Dios. Algunos han hecho de las riquezas su dios, su mamón. Y se pueden olvidar de lo que dijo Jesús en Lucas 12:15 “porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.”
Por eso Santiago les dice: “pero el que es rico, [gloríese] en su humillación”. ¿Qué significa esto? Recuérdate quién tú eres. Tú eres hombre como todos los demás. Tú eres un ser humano como todos los demás. Tú no eres inmortal.
Me imagino que muchos aquí saben quién era Steve Jobs. Steve Jobs fue el co-fundador y CEO de la compañía Apple. Apple es una de las compañías más poderosas económicamente en el mundo. Fue un hombre billonario. Se estima que su riqueza consistía de alrededor de 5.5 billones de dólares. Pero ni con su dinero ni con ninguno de sus grandes inventos tecnológicos pudo evitar que muriera a los 56 años de cáncer en el páncreas.
A los ricos cristianos Santiago les dice: no se gloríen en sus riquezas sino en su humillación. Recuerden que son hombre y no dioses. Por eso Santiago sigue diciendo en el versículo 10 “pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba”. La hierba es de corta duración. Así es la vida de todo ser humano inclusive la vida de los ricos. “Gloríate en tu humillación”.
En otras palabras, gloríate en tu debilidad. Gloríate en que tú no eres el Señor de este mundo sino Dios en Cristo Jesús. Aprende a humillarte al reconocer que la verdadera riqueza no consiste en las riquezas materiales sino en el hecho de ser adoptado por Dios como hijo por medio de la fe en virtud de la muerte y resurrección de Cristo. Ese debe ser tú enfoques. Así debes aclarar los lentes de la vida cristiana.
Y les dice algo más en el versículo 11 “Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas.” En este versículo 11 Santiago tiene en mente Isaías 40:6-7 “Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo.” Les dice no te olvides que tú eres como la flor del campo. La hierba se seca y la flor se marchita. ¿Por qué? Por el soplo de Jehová. Solo el soplo de Jehová es suficiente para que cualquiera de nosotros partamos de este mundo. Y no te olvides, les dice Santiago a los ricos: ninguna de tus empresas lo podrá evitar. “El rico se marchitará en todas sus empresas”. Es decir, ninguna de ellas podrá evitar que pases de este mundo a la eternidad. Y nada de lo que hiciste te podrás llevar. Como dice Eclesiastés 5:15 “Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino; y nada tiene de su trabajo para llevar en su mano.”
Hermanos, ¿Cómo está tu enfoque espiritual? ¿Cómo ves la vida que te ha tocado vivir? Vives deprimido por tus carencias o vives añorando las riquezas del rico. O vives gloriándote, regocijando en lo que has podido lograr en tu vida. Ninguno, nos dice Santiago ve las cosas con el enfoque correcto. Todos debemos ver las cosas y medir las cosas desde la perspectiva de la eternidad. Debemos gloriarnos en el hecho de que somos hijos de Dios y herederos de las verdaderas riquezas que Cristo compró para nosotros. Riquezas donde los ladrones no hurtan ni el hollín corrompen. ¿En dónde está tu corazón? En las riquezas que no tienes y deseas, o en las riquezas que tienes. A ambos Dios nos llama a gloriarnos no en nosotros sino en Dios mismos. Dice Jeremías 9:23-24 “Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.” Nuestro gloriarnos descansa en Dios mismo. En lo que Dios es en sí mismo y lo que Él ha hecho en Cristo Jesús. ¿Es esa tu perspectiva? ¿Es ese el enfoque de tu vida? ¿Es en Cristo donde descansa tu felicidad? Quiera Dios que sea siempre y solo Cristo para la gloria de Dios.