Catecismo Menor de Westminster

Sermón: Los atributos de Dios, la absoluta verdad

Jeremías 10:10 “Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación.” Tito 1:1-2 “Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad, en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, [Biblia Textual: que no puede mentir] prometió desde antes del principio de los siglos,” 2 Timoteo 2:13 “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.”

 

            Cuan distinto es la fe cristiana al pensamiento del mundo. Si hay un área en la cual podemos decir que las diferencias son grandes lo es en el área del conocimiento. El pensamiento moderno dice que no hay verdad absoluta. Excepto, claro está, la verdad absoluta que no hay verdades absolutas. Dicen que existen muchas verdades. E incluso que no importa si esas “verdades” son contradictorias la una con la otra. No hay verdad absoluta, dicen, y por tanto no es importante si tu “verdad” choca con mi “verdad”, porque en última instancia: la verdad         depende de cómo veamos las cosas.

            En contra de tal mentalidad irracional, le fe cristiana descansa en una verdad absoluta: Dios. Dios es y Él se ha revelado. Él ha creado todo lo que existe. La realidad la ha definido Dios. Y como Dios se ha revelado nosotros conocemos la verdad. Es más, Dios es infinito, eterno e inmutable en su verdad. La verdad de Dios es el fundamento de todo conocimiento y el fundamento de nuestra fe. Ahora bien, ¿Qué significa que Dios es verdad? ¿Qué implica para nosotros y el mundo que Dios es verdad? Significa e implica que…

I. Dios es verdad en Sí mismo

            Cuando la Biblia nos habla de la verdad de Dios lo primero que señala es el hecho de que Jehová es el único Dios que existe. No existe ningún otro Dios que no sea Jehová. Él es el único Dios verdadero. Como dice Jeremías 10:10 “Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación.” En el capítulo 10 de Jeremías se contrasta al Dios verdadero con los dioses falsos. Se nos dice en Jeremías 10:4-5 “Con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva. Derechos están como palmera, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder.” Son dioses adornados con oro y plata. Se construyen con martillos y clavos. Hay que usar clavos para que no se caigan. Están derechos como las palmas, pero no pueden andar, por eso son llevados de aquí para allá. Tendrán boca, pero no pueden hablar. Esos son los dioses falsos. Pero dice Jeremías algo más. “No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder.” Esos dioses no tienen poder contra nosotros para hacernos mal. Porque temerles. Porque temer a los amuletos, a las muñecas del vudú, a las cartas del Tarot. Ellos no tienen poder para hacernos daño. Ni tampoco pongamos nuestra esperanza en ellos, ni busquemos de ellos bien, prosperidad, éxito, fama, ni bienestar. No hay poder en ellos para hacernos bien.

            En cambio, Jehová es diferente a ellos. V. 6 “No hay semejante a ti, oh Jehová; grande eres tú, y grande tu nombre en poderío. Nadie es igual a Jehová. Él es verdaderamente grande. Los dioses falsos no son grandes. Los harán grandes, pero realmente no lo son. Esos dioses son pequeños. En cambio, el poderío de Dios es grande. Como dice el corito: No hay Dios tan grande como tú, no lo hay, no lo hay, no hay Dios que pueda hacer las cosas como las que haces tú.

            Hermanos, no nos equivoquemos. El único Dios real, que realmente está vivo, es Jehová de los ejércitos. “Él es Dios vivo y Rey eterno”. Los demás dioses están muertos. Solo Él es eterno. No existe Alá, Brahama, Vishnu, ni cualquier otro que se mencione por allí. Solo Jehová es el “Dios verdadero”.

            Pero hermanos, aunque esto es así, no negamos que los seres humanos son creadores de muchos dioses falsos. Calvino decía: “que el corazón del hombre es una fábrica de dioses”. Todas las culturas y sociedades crean sus propios dioses. Dioses en los cuales buscan seguridad, paz, felicidad y prosperidad. Dios es en los cuales ponen su confianza. Algunos son hechos de palo y madera, bien anticuados. Pero hay otros más sofisticados. Y que podrían pasar desapercibidos. E incluso hacernos pensar que son tonterías. Que no hay nada de malo en tenerlos, usarlos y llenar nuestra vida de alegría con ellos. Tenemos que cuidarnos de los dioses de nuestros días. Sí hermanos, hoy día tenemos otros dioses. El pueblo de Israel tenía el templo en Jerusalén para adorar a Dios como Él ordenó. Pero aparte de eso, los israelitas también tenían los lugares altos; tenían miles de ellos. En las colinas, debajo de árboles frondosos, habían altares pequeños para adorar otros dioses. En esto tenemos que cuidarnos. Hay lugares altos en medio nuestro. Y tenemos que cuidarnos de no adorar en esos lugares. Solo Jehová es la Dios verdadero. Como le dijo Jesús a Satanás en Mateo 4:10 “Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. Es fácil pensar que es poca cosa tener lugares altos de adoración aparte de adorar exclusivamente a Jehová. ¿Cuáles son los lugares altos de nuestros tiempos? Los lugares altos de nuestros tiempos son: “Los malles y el materialismo asociado con ellos (el comprar, comprar, comprar). Los deportes, que compiten con la adoración a Dios ya que la mayoría se realizan los domingos. Los juegos de videos, el celular, las redes sociales, la televisión, la diversión. El vivir mi vida como yo quiera vivirla sin que Dios me diga cómo hacerlo”. Y hay miles más. Lo interesante del caso es que muchas de estas cosas no son malas en sí mismas. Pero ellas compiten contra nuestros deberes para con Dios. Ellas anhelan nuestro corazón, buscan nuestra felicidad y paz, en competencia con Dios.

            Pero solo Jehová es el Dios verdadero. Nada debe competir con nuestra íntima relación con Dios. Con nuestro deber de adorarle, servirle, leer su Palabra, orarle y trabajar en su reino. Solo Él puede llenar nuestra alma, darnos paz duradera y sólida, llenar nuestros corazones de alegría permanente, y librarnos de la esclavitud que esos dioses siempre traen con ellos. Solo Jehová es el verdadero Dios. Dios es verdad en Sí mismo. El único que realmente es Dios. Todos los demás dioses son fantasía.  Cuidémonos de no hacer de esas cosas nuestros dioses. La felicidad que venden es pasajera, es temporal, es terrenal. No tienen poder en sí mismos. Y nos esclavizan.

II. Dios es verdad en Su Palabra

            En segundo lugar, cuando hablamos de la verdad de Dios, la Biblia nos lleva a contemplar su Palabra. Todas las Palabras que Dios ha revelado son la verdad, porque Dios es verdad. Fue Jesús quien dijo en Juan 17:17 “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Porque Dios es un Dios de verdad todas sus Palabras son la verdad. Hay una sola verdad y es la verdad de Dios. Lo que Dios ha revelado es la verdad sobre cualquier otra aparente verdad. Y como es así, solo ella tiene un poder transformador. Jesús nos dice que somos santificados por la verdad y esa verdad es su Palabra. La Palabra tiene poder santificador, es decir, transformador, de adentro hacia afuera. No solo cambia nuestra conducta exterior, sino que cambia nuestro corazón. Transforma nuestra forma de pensar, nuestra voluntad, nuestras emociones. Cura la pecaminosidad de nuestra alma. Por eso solamente cuando vivimos bajo esa Palabra y llevamos cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo es que hay transformación que lleva a la vida eterna y encontramos verdadera felicidad. ¿Es esa tu fe? ¿Cuánto realmente confiamos en que lo que Dios revela en la Biblia es la verdad suprema?

            Solo los matrimonios fundados en obediencia a la Palabra de Dios son los que son verdaderamente felices. Pero me dirán: yo conozco matrimonios de cristianos que son infelices y conozco matrimonios entre no cristianos que son felices. ¿Qué respondemos a ello? Respondemos que el matrimonio infeliz de esos cristianos lo es porque no viven en obediencia a la Palabra de Dios. Cristo no es el centro de ese matrimonio. El poder transformador del evangelio no se experimenta allí. Y los matrimonios felices entre no cristianos se debe a la misericordia de Dios quien hace salir su sol sobre justos e injustos. Pero ellos no cumplen el fin por el cual Dios instituyó el matrimonio. ¿Cuál es? Que sean ayudas idóneas, ayudándose mutuamente a servir a Dios. En este camino a la ciudad celestial Dios nos da un compañero(a) de viaje para que juntos nos ayudemos a perseverar en obediencia y fidelidad a Dios. Ese es el propósito principal del matrimonio: la mutua ayuda.

            Solo cuando permitimos que la Palabra de Dios dirija nuestras vidas es que poseeremos la verdad y esa verdad nos hará libres. Juan 8:30-32 “Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él. Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Si permanecemos en la Palabra de Cristo… conoceréis la verdad. Además, si permanecemos en la Palabra de Dios, en obediencia, siguiendo sus directrices, seréis verdaderamente mis discípulos. Y cuando permanecemos en esa verdad seréis verdaderamente libres. ¿Libres de qué? Libres de la condenación del pecado y del poder reinante del pecado. Y libre en todas las áreas de la verdad.  

            Porque Dios es un Dios de verdad todas sus promesas se cumplen. Ninguna de sus Palabras y promesas caen por tierra. Si Dios lo prometió Él lo cumplirá, porque Dios es un Dios de verdad. ¡Si El no cumpliera con sus promesas El no sería Dios! El cumple todas sus promesas porque todas están fundadas en Cristo. Por eso Pablo dice en 2 Corintios 1:20 “porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios. Pero, aunque sus promesas siempre se cumplen, ellas se cumplen en el tiempo del Señor y de la manera que Dios considere es mejor para nosotros. Por ejemplo, una promesa temporal Dios puede “cambiarla” por una promesa espiritual. Puede que a este cristiano no llene sus bolsillos de dinero, pero llena su vida de la gracia de la fe, de paz en su alma, de humildad, etc. que son riquezas más grandes que el mismo dinero. Por eso el apóstol Juan dice en 1 Juan 5:4 “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. Es la obra de Dios en nosotros la que vence el mundo, no las riquezas. Es la fe que Dios nos da la que vence el mundo. No las posesiones.

            Porque Dios es un Dios de verdad Sus juicios también se cumplen. Eso es lo que se implica en Jeremías 10:10 “Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación.” ¿A qué ira se refiere? Al castigo que Dios dará a su pueblo por sus pecados. Dios es un Dios de paciencia. Pero su paciencia tiene un límite. Dios es un Dios de salvación, pero el día de salvación tiene un límite. Habrá un momento donde no habrá más salvación. Y habrá un momento donde Dios dirá basta, no soportaré más tu pecado. Eso fue lo que Dios le dijo al reino del Norte y del Sur. Y les dijo por medio del profeta Amos en el capítulo 7:8 “no lo toleraré más. El que Dios se “tarde” en castigar no significa que nunca vendrá el castigo, porque Dios es un Dios de verdad. Y así como Dios cumple sus promesas de igual forma el cumple sus castigos. Y Dios no solo disciplina a su pueblo. El visita con castigo a los pecadores. Porque Dios es un Dios de verdad Sus juicios también se cumplen. A su tiempo el pie de los pecadores resbalará.

III. Dios es fiel a su pacto

            Dios ha prometido ser nuestro Dios para siempre. Él ha prometido salvarnos, cuidarnos, socorrernos, guiarnos, protegernos, llevarnos a la gloria. Y El cumple su pacto. El siempre permanece fiel a su pacto. 2 Timoteo 2:13 “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.” Si fallaremos, Él nos disciplinará, pero jamás nos abandonará. ¿Por qué? Porque en su pacto, El prometió ser nuestro Dios eternamente y para siempre. Como dice Hebreos 13:5-6 “No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.” La obra de salvación que El comenzó la terminará (Filipenses 1:6). Pero junto con ello no nos olvidemos 2 Timoteo 2:12 “Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.” El que niega a Dios con su vida, su conducta, con su falta de perseverancia no verá la vida eterna, porque Dios es un Dios de verdad.

            Como Dios es fiel a su pacto El castiga la desobediencia de sus hijos. Amós 3:2 “A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades. Porque ustedes son mis hijos yo os castigaré por vuestros pecados. Dios nos corrige cuando nos desviamos porque El es un Dios de verdad.

            Y como Dios es fiel a su pacto Él no puede mentir. Tito 1:1-2 “Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad, en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, [Biblia Textual: que no puede mentir] prometió desde antes del principio de los siglos,” El pacto de gracia que Dios ha establecido con nosotros está fundado en la verdad de Dios. ¿Qué significa? Significa que todo lo que allí se contiene es verdadero. Su salvación es verdadera salvación, su paz verdadera paz, la felicidad en los cielos es real no fantasía. Por tanto, nos dice Pablo, la esperanza de la vida eterna es verdadera porque Dios no puede mentir. Nuestra fe no descansa en la fantasía, en un Dios que no existe, pero que se nos hace creer que sí existe. Nuestra fe descansa en el hecho de que Dios es y se ha revelado y nos ha revelado al Salvador Jesucristo. Él es el verdadero Dios y la vida eterna (1 Juan 5:20). 

 

Aplicaciones:

1. Porque Dios es verdad, Él nos llama a hablar la verdad. Efesios 5:1 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Por tanto, desechamos toda mentira. 1 Pedro 2:1-3 “Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor”. Una media verdad no es una verdad completa. No hay mentiras piadosas. Debemos ser sinceros unos con otros. Ser lo que profesamos ser. Todo engaño, falsedad, mentira, hipocresía debe ser desechado por nosotros. Efesios 4:25 “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

2. Confía plenamente en el Señor. Dios es la Verdad. Confía en su Palabra, en sus doctrinas, en sus enseñanzas. Por encima de lo que dicen los hombres la Verdad de Dios es suprema. Ella te enseña lo que es la realidad de las cosas y cómo estas funcionan correctamente. Por ejemplo: somos criaturas de Dios no el producto del azar. Los hombres son la cabeza en la familia y las mujeres están llamadas a someterse a los maridos. Solo así seremos verdaderamente felices y libres, porque descansamos en el Dios de verdad.

 

Sermón: Los atributos de Dios, el poder de Dios

Jeremías 32:17 “¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti;”

 

            El verso bíblico que tenemos delante de nosotros nos habla acerca del poder de Dios. Es una oración la que tenemos aquí de parte de Jeremías. Cuando el profeta hace esta oración Dios le había revelado que el pueblo de Dios iba a sufrir un exilio. Dios le ordena al profeta que comprara un campo, una heredad. El iba a comprar un campo en Jerusalén antes de la destrucción de la misma y la llegada del exilio. ¿Por qué Dios le ordenó al profeta que comprara un campo? Con este acto de comprar un campo, Dios le decía que, aunque el pueblo iba a sufrir un exilio por parte de los babilonios, llegaría un día en el cual Dios restauraría al pueblo de Israel del exilio. La compra de este campo es la certeza de que Dios, al final, restaurará a su pueblo. Dios es Dios. Es decir, Dios es un Dios justo. El es juez justo que castiga la maldad. Pero también El es un Dios misericordioso. Un Dios dispuesto a perdonar a todo aquel que con arrepentimiento viene a El.

            Jeremías comienza esta oración, de la cual sólo hemos leído una parte, invocando a Dios como Señor. La palabra en el hebreo es Adonai, la cual se traduce como Señor. La idea de este título es la de enfatizar el Señorío de Dios. Tu oh Dios eres Señor de todo. Todo te pertenece por derecho. Dios tiene poder sobre todas las cosas. Es decir, El tiene autoridad sobre todo lo que existe porque todo le pertenece. El es Adonai de todo, es decir, El es Dueño y Señor de todo. Así que cuando hablamos del poder de Dios, la Biblia a veces lo usa para enseñarnos acerca de su autoridad. Su autoridad o poder sobre sus criaturas es absoluto. El tiene Señorío sobre nosotros. Y porque El es Adonai, es Señor, y tiene poder y autoridad sobre todo, Él no tiene que dar cuenta a nadie de lo que hace. Nadie tiene el derecho de cuestionar a Dios el por qué El hace lo que hace. A veces no entendemos lo que El hace. ¿Por qué Dios permite que una niña de tres años de edad muera a manos de su padrastro? ¿Por qué Dios permite que niños vengan al mundo a sufrir de hambre y luego morir? Muchos de nosotros nos hacemos estás preguntas y muchas más. ¿De verdad Dios existe? Y si El es todo poderoso por qué permite tanto mal en el mundo. Y si Dios ama a su pueblo como es posible que El determinara que su pueblo sufra el ataque de sus enemigos y el ser llevados cautivos.

            A lo cual Jeremías en su oración nos enseña a pensar correctamente. Tú, oh Dios, eres soberano. Tú sólo eres Adonai. Y por tanto tienes el derecho y el poder de hacer tu santa voluntad. De hacer cualquier cosa que te plazca. Y esto es suficiente para que callemos ante Dios y le adoremos. Job nos enseña esto mismo. Nadie puede pelear contra Dios y vencer. El hace lo que le plazca. Job. 9:12 “He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir? ¿Quién le dirá: ¿Qué haces?” Job reconoce que Dios es soberano y sabio. El tiene el derecho de hacer lo que le plazca y nadie tiene el derecho de pelear contra El. Aún el justo y El inocente no pueden reclamarle a Dios. ¿Por qué? Job. 9:3 “Si quisiere contender con él, No le podrá responder a una cosa entre mil.” ¿Hay alguien en este mundo completamente justo? No. No hay hombre que no peque. Y por tanto nadie tiene el derecho de cuestionar a Dios. Dios hace lo que le plazca y qué bueno que sea así. Para nosotros los cristianos el que Dios haga lo que le plazca debe movernos, no a asustarnos, sino a alegrarnos. ¿Por qué?  Porque sabemos que todo lo que Dios hace es bueno. El jamás se equivoca. Todo lo que hace es excelente. Todo lo que hace es perfecto. Y qué deseamos Oh Dios tú que eres perfecto y no hay maldad en ti haz lo que te plazca porque sabemos que es lo mejor. Sigue haciéndolo. Y qué bueno que lo haces. Nosotros muchas veces no sabemos lo que hacemos y esperamos haber hecho lo mejor. Pero no tú Dios. Tú nunca te equivocas. Sigue haciendo tu voluntad que nosotros confiamos incondicionalmente en ti. Debemos tener más respeto a Dios. Debemos reconocerlo por lo que El es, un Dios soberano. Daniel 4:35 “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” Así lo expresó el rey Nabucodonosor. Pero alguien dirá ese es el Dios del AT. Para quien piense así mira las palabras de Jesús acerca de sí mismo. En Mateo 20:15a “¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío?” Jesús reconoce y declara que El es Adonai. El es Señor. Y tiene el poder y la autoridad de hacer lo que bien le plazca con lo suyo. En el contexto de Mateo Jesús habla acerca de hacer que los primeros que entren al reino de los cielos recibirán la misma herencia que los últimos que entran al reino. Los primeros creyentes no son más salvos ni más amados por Dios que los últimos creyentes. Todos ellos, los primeros y los últimos reciben la misma salvación. ¿Por qué? Porque Jesús es soberano. El hace lo que quiera con lo suyo.

            Entonces, cuando Jeremías comienza a orar él comienza adorando a Dios. Y así deben comenzar todas nuestras oraciones. Antes de traer delante de Dios tus peticiones, tus sufrimientos, tus necesidades, adora al Rey de los siglos. Reconócelo como Señor de la historia. Como el Señor que dirige este mundo y tu vida. Como aquel que tiene el derecho de juzgar y castigar el pecado. Y hacer y deshacer reinos. El es Adonai.

            Luego, Jeremías reconoce que este Señor es Jehová. El es el Dios eterno. El Dios inmutable. El Dios que no miente. Que cumple sus promesas. El Dios que para sus hijos no es un Dios de lejos sino de cerca. No es un ser extraño sino su Padre celestial. El Dios en quien estamos unidos. El Dios del pacto. Jeremías además reconoce que Dios es omnipotente. El es el creador de los cielos y de la tierra. Y por tanto su poder es infinito. “¡He aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido! Y nada hay difícil para ti.  Jeremías le atribuye a Dios poder sin límite.

Doctrina: Dios es un ser absoluto poder.

I. ¿En qué consiste el poder de Dios?

II. ¿Qué cosas Dios no puede hacer?

III. Aplicaciones prácticas

Veamos:

I. ¿En qué consiste el poder de Dios?

            Por el poder de Dios debemos entender su omnipotencia. Dios puede hacer cualquier cosa que desee. Dios es infinito. Y por tanto su poder no puede incrementar ni disminuir. Es decir, Dios puede hacer cualquier cosa que El desee en la forma en la cual El desee. Las Escrituras le atribuyen a Dios poder sin límite. Veamos.

            En Génesis 18:14 “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” Y la respuesta es NO. No hay nada difícil para Dios. Para El hacer cualquier cosa es algo extremadamente fácil. Salmo 115:3 “Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho.” Apocalipsis 19:6 “¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!” Y podríamos seguir multiplicando pasajes tras pasaje en los cuales se dice de forma positiva o de forma negativa que Dios es omnipotente.

            Hermanos, cuan importante es esto. La doctrina de la omnipotencia de Dios nos enseña que el Cristianismo es una religión sobrenatural. Hablar de milagros es parte esencial del Cristianismo. Un Cristianismo en el cual el poder de sanar enfermos, de resucitar muertos, de convertir agua en vino, de caminar sobre las aguas no es posible, no es el Cristianismo bíblico. Algunos nos preguntarán cómo es posible que un mero hombre camine por las aguas. A lo cual les debemos responder un mero hombre no puede hacerlo. Pero Dios sí puede porque El es omnipotente. No es cosa difícil que Dios camine por las aguas. Creer que Dios puede resucitar a los muertos es algo totalmente racional. Creer que un mero hombre puede convertir el agua en vino es ser irracional. Porque el hombre no es omnipotente. El Cristianismo es consistente al postular que Cristo ofreció un sacrificio de valor infinito, que El resucitó de los muertos, que El subió a los cielos y vendrá por segunda vez y todo ojo lo verá, porque nada es imposible para Dios. Para ti y para mí hay cosas imposibles no así para Dios.

            ¿Cómo es el poder de Dios?

1. Su poder es irresistible. Cuando Dios dijo hágase la luz, esta no podía resistir al poder de la voz de Dios. Por eso nos dice la Biblia y fue la luz. Cuando Jesús llamó a Lázaro a salir de la tumba Lázaro no podía resistir. Cuando Jesús con su voz gritó a la tormenta: calla enmudece, ella no podía hacer otra cosa que callar y enmudecer. Porque Jesús es Dios y su poder es irresistible.

2. Su poder no necesita medios. Dios puede hacer su voluntad con medios, sobre los medios, contra los medios o sin medios. Cuando decimos esto lo que queremos decir es que Dios tiene la más perfecta libertad para hacer cualquier cosa. Nosotros necesitamos de materiales para poder hacer las cosas. Dios puede crear de la nada sin utilizar materiales. El puede usar de los medios como utilizó el agua para hacer vino. Puede ir en contra de los medios cuando hizo que un muerto resucitara. O puede no utilizar ninguna como cuando creó. Romanos 4:17 “[Dios] llama las cosas que no son, como si fuesen.”

II. ¿Qué cosas Dios no puede hacer?

            Cuando hablamos de la omnipotencia de Dios nosotros no queremos decir que Dios puede hacerlo todo. El no puede hacer nada que sea contrario a su ser y nada que sea contrario a su naturaleza santa. El no puede mentir, Tito 1:2 “Dios… no miente”; El no puede romper sus promesas, 2 Corintios. 1:20 “porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén,”; el no puede negarse así mismo, 2 Timoteo 2:13 “Él no puede negarse a sí mismo”; ni puede cambiar, Números 23:19 “Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”.

            Además, Dios no puede hacer lo irracional o lo que se contradice así mismo. Esto es importante. Me imagino que te has encontrado con gente burlona acerca de Dios. Ellos les gusta atacar el cristianismo. Sobre todo, en las universidades. Algunas personas que no saben lo que dicen y se creen muy inteligentes procurarán confundirte y confundir a tus hijos o familiares acerca de Dios. Y algunas de sus burlas lo es en contra el poder de Dios. Y nos dicen que, si Dios todo lo puede, entonces ¿puede hacer un círculo cuadrado? ¿Puede Dios hacer una piedra tan y tan grande que El mismo no la pueda cargar? ¿Puede Dios hacer que dos más dos sean cinco? Hermanos, me tomo el tiempo en esto porque necesitamos estar preparados para responder a tales ataques. Y la respuesta es que Dios no hace cosas irracionales. Dios no hace cosas contradictorias. ¿Por qué? Porque Dios es absoluta razón. Su mente es perfecta y una mente perfecta no acepta como correcto lo irracional, lo que se contradice. Cuando decimos que Dios es omnipotente no queremos decir que Dios lo puede hacer todo. Sino que todo lo que Dios quiere hacer El lo puede hacer con suma facilidad. Dios puede hacer y hace toda su santa voluntad y nadie puede detener su mano y cuestionarle lo que hace.

            No solamente eso. Dios tiene el poder de hacer aún lo que El no quiere hacer. Repito: Dios tiene el poder de hacer aún lo que El no quiere hacer. Y la única razón del por qué Dios no hace algunas cosas, es que El, por razones soberanas, no ha querido hacerlas. Dios tiene autoridad y control sobre su propio poder. Pero cualquier cosa que El quiera hacer El tiene el poder absoluto para hacerlo. Nada es difícil para El. Dios tiene el poder de eliminar el pecado y el sufrimiento del mundo si El quisiera. Dios tiene el poder de salvar a todos los seres humanos y llevarlos a todos a los cielos, pero El no lo hace. Por sabias y santas razones El determinó desde antes de la fundación del mundo, que El no quiere hacerlo.

III. Aplicaciones prácticas.

1. Rechazamos el arminianismo. Si Dios no puede cumplir su voluntad El no es Dios. Si alguien o algo pueden detener o frustrar su propósito entonces Dios no es digno de respeto. Si la criatura puede determinar los planes de Dios, entonces, Dios no es Dios. Es por eso que decimos sin equivocarnos que todas las doctrinas que presenten a un Dios débil, incapaz de hacer algo a menos que se le dé permiso llevan al ateísmo. Es por eso que no podemos aceptar el arminianismo. Esa doctrina que predomina en casi todas las iglesias de Puerto Rico es una doctrina que deshonra a Dios. Niega que Dios sea soberano. O limita la soberanía a los animales o las cosas inanimadas. Si cae un rayo sobre una palma Dios lo envió. Pero si cae sobre una persona fue casualidad. O dicen Dios no puede entrar a mi corazón a menos que yo le dé permiso. Dios puede hacer muchas cosas, pero no puede convertirme. Cristo es un caballero y El no puede entrar a la casa de mi corazón sin que yo se lo permita. ¿Qué clase de Dios es ese? Tal dios nos es digno se ser amado, temido, adorado y servido. Tal dios es un dios que da lástima. Hermanos, Dios es soberano. El es omnipotente. Nada ni nadie puede detener su mano. No hay corazón humano que le resista. No hay voluntad humana que le pueda frenar. Todos los corazones, todas las voluntades están bajo su control y El hace lo que le plazca en el ejército de los cielos y en la tierra. Por eso dice Proverbios 21:1 “Como los repartimientos de las aguas, Así está el corazón del rey en la mano de Jehová; A todo lo que quiere lo inclina.” Mira además Proverbios 16:1 “Del hombre son las disposiciones del corazón; Mas de Jehová es la respuesta de la lengua.”

2. Para los no cristianos. Teme a Dios. Porque el Dios omnipotente está en contra tuya. Tú no puedes vencer contra Dios. ¡Qué locura echarse al Dios omnipotente de enemigo! No hay lugar en el mundo en que te puedas esconder de Dios. Nada ni nadie te puede proteger de este Dios airado contigo. Dios está airado contra el impío todos los días. Y El busca hacer justicia. El busca castigar a los malvados por amor a su nombre. Hebreos 10:31 “¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” ¡Qué horror, que terrible, es la ira vengativa de Dios!

3. Para los cristianos. No te olvides de la omnipotencia de Dios. Y consuélate en El. Si Dios es contigo quién es contra ti. Romanos 8:37 “Antes, en todas estas cosas [tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada] somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” En toda necesidad Dios tiene el poder de hacer más de lo que pedimos. Aunque no haya medios disponibles Dios puede hacer las cosas sin medios o contra los medios, El es omnipotente. Ten siempre presente esta verdad que Abraham nos enseña en Génesis 22:14 “Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.” Hay algo difícil para Dios. No la hay. Pero nosotros debemos aprender a esperar en Dios. Aunque no veas solución a tus problemas El puede darte los deseos de tu corazón con una sola palabra. Refúgiate en el Señor.

 

 

Sermón: Romanos 16:27 Los Atributos de Dios: Perfecto en Sabiduría (6 de 10)

Romanos 16:27 “al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén.”

 

            La semana pasada estuve con Irma en la playa de Jobos, cerca de las cabañas de Hau. El día estaba precioso: claro, fresco, ventoso. Y el agua tenía un color bello: era un azul verdoso. Verdaderamente espectacular. Merecía un momento Kodak.  Parecía de postales.

            Y hace poco estuvimos en Orocovis, en el miradero. La vista era espectacular. Valía la pena estar allí y venir desde Isabela para contemplar las cosas hermosas que hay en Puerto Rico. Podíamos habernos quedado horas contemplando la hermosura de la creación.

            Verdaderamente podemos decir con el salmista en el Salmo 104:24 “¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios.” Todo lo que Dios ha hecho lo ha hecho con sabiduría. ¿Por qué? Porque Dios es sabio. Más aún, Él es el único sabio Dios. Romanos nos dice que por el hecho de que Dios es el único sabio Dios El merece ser adorado. Entonces, su sabiduría nos debe llevar a admirarlo, buscar de Él la sabiduría que necesitamos y confiar plenamente en todo lo que Él hace en el mundo y en nuestras vidas. 

            Ahora bien, ¿qué significa que Dios es sabio? ¿Y que todo lo que Él hace en el mundo es hecho con sabiduría? Significa que…

I. Dios siempre escoge los mejores fines posibles

            Todo lo que Dios ha planificado tiene un fin que no puede ser mejorado. Todo lo que Dios se propone hacer es lo mejor que debe ser hecho. El no actúa alocadamente. Él tiene un fin claro, definido y que es el mejor fin entre otros fines. Su propósito al hacer las cosas en el mundo y en nuestras vidas es perfecto, porque son hechas en sabiduría. Él es el único sabio Dios.

            El fin último por el cual El hace todas las cosas es su propia gloria. Mejor fin no puede haber. Así como el fin principal de todo ser humano es el de glorificar a Dios. El fin último de Dios al hacer todas las cosas es buscar su propia gloria.

            Pero aparte de ese fin último, Dios tiene otros fines secundarios. Aun estos fines secundarios, subordinados al fin supremo, son los mejores fines que pueden existir. Mira el ejemplo de Job. El fin último en todo lo que le sucedió a Job lo fue la gloria de Dios. Pero, hay otros fines secundarios. Dios buscó probar la fe de Job. ¿Con qué fin? Con el fin de que descubriera cuán frágil es él, con el fin de fortalecer su fe, confirmarlo, entre otros fines o propósitos. Dios no saca nada de la manga. El no improvisa. ¿Por qué? Porque Él es sabio e infinito en su entendimiento. Salmo 147:5 “Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; Y su entendimiento es infinito.” Él sabe lo que hace.

            Porque su entendimiento es infinito El conoce todas las cosas. El conoce todas las cosas que son posibles en la vida. Por lo infinito de su entendimiento El conoce todas las posibilidades. Pero Él también sabe todas las cosas que son y las que serán. El futuro es desconocido para nosotros, pero no para Él. Dios conoce el futuro porque Él lo ha decretado. Él lo ha planificado. Por tanto, el fin último y los fines secundarios son los mejores que pudo haber escogido. Y yo te pregunto: crees esto. ¿Crees que todo lo que Dios ha planificado en el mundo y en tu vida ha sido planificado sabiamente por Dios? Nada de lo que sucede en tu vida está fuera el propósito de Dios. Absolutamente todo está bajo el propósito de Aquel que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, incluso el permitir nuestros pecados. No para justificarlos sino misteriosamente para su gloria.

            ¿Qué significa que Dios es sabio? Significa que…

II. Dios siempre escoge los mejores medios para lograr sus fines

            Dios no solo escoge los mejores fines que puedan existir sino también escoge los mejores medios posibles para alcanzar sus propósitos. Todo es hecho de una manera armoniosa. Dios es el único sabio en el mundo. 

            Por ejemplo, Dios determinó que el mejor medio para probar a Job lo era por medio de Satanás. Impresionante. Para nosotros parece increíble. Para nosotros eso es incomprensible que Dios utilice incluso a Satanás para llevar a cabo su propósito sin que Dios se contamine con el uso de ese terrible instrumento que es Satanás. Hermanos, Dios es sabio en lo que hace y en cómo lo hace. Para nosotros es incomprensible, pero no para Dios. ¿Por qué? Porque sus pensamientos son superiores a los nuestros. Dice Isaías 55:8-9 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”

            Hermanos, en nuestra vida hay muchas cosas que no podemos entender. Es normal que sea así. Ninguno de nosotros es Dios para comprenderlo todo exhaustivamente. Solo Dios posee tal conocimiento. Pero tenemos que entender que Dios es sabio en todo lo que Él hace y permite que suceda en nuestra vida y en lo que hace en el mundo.

            Ayer estaba leyendo que el actor español Antonio Bandera había sufrido un ataque al corazón el 26 de enero de este año. Él tiene 56 años. Pero esto que parece terrible y lo es le sirvió a él de lección. Dijo él: “he venido castigando mi cuerpo por 37 años porque soy un adicto al trabajo”. Su cuerpo le pagó la factura. Su cuerpo le estaba diciendo esa no es la mejor manera de tratarme y este es el resultado. Ahora aprendió a cuidarse como debía. Tuvo que pasar una experiencia así para que recapacitara. Para que pusiera su vida en orden.

            En la vida de nosotros Dios hace eso y mucho más. Sabes porqué, porque el fin de lo que Dios hace en nuestra vida y en el mundo es el mejor fin posible. Y los medios, la manera en que Dios hace lo que hace es revestido de sabiduría. Por tanto, por qué dudar lo que Dios hace. Él sabe lo que hace. Él sabe el por qué lo hace de esa manera.  Y en esto no debemos dudar.

            A Dios no tenemos que darle el beneficio de la duda. Todo lo que Dios hace es fundado en sabiduría. Ese es el testimonio de toda la Biblia.

            Job 9:4 “Él es sabio de corazón, y poderoso en fuerzas; ¿Quién se endureció contra él, y le fue bien?”.

            Job 12:13 “Con Dios está la sabiduría y el poder; Suyo es el consejo y la inteligencia.”

            Salmo 19:7 “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.”

            Apocalipsis 7:12 “La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.

            En la creación, en la providencia y gobierno del mundo y en nuestra salvación Dios revela su sabiduría. Por tanto, Dios merece toda gloria. Como dice Pablo en Romanos 11:33-36 “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.”

 

Aplicación:

1. Proverbios 3:5-8 “Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos.” Que es lo que dice Proverbios. Nos dice cuatro cosas:

            1. Cree.  Confía plenamente en Dios, de todo corazón, no parcialmente, ríndete completamente a Él. No descanses en tu aparente sabiduría. No te creas sabio, reconoce tu debilidad y el hecho de que por naturaleza no somos sabios. Aprende a desconfiar en ti.

            2. Ora. Pon todos tus planes delante de Él. Antes de cada plan lleva a Dios en oración. Pregúntate si lo que haces está basado en la voluntad de Dios. Porque si no lo está, no disfrutarás de la bendición de Dios.

            3. Agradece. Confía que en lo que no sabes que deparará del futuro has puesto tus planes en sus manos y El pondrá en orden todas las cosas.

            4. Humilde sumisión. Teme a Dios, busca agradarle en todo lo que haces, vive para Dios y conságrate a Él, apártate del mal.

            5. Cosecha. Y si haces esto recuérdate que si así vives esto te dará aliento para seguir adelante y sanará los males en tu vida. Esa es la verdadera terapia que necesitamos. La salud mental depende de una vida en obediencia a los mandamientos de Dios.

            Quiera Dios que nosotros creamos y descansemos en el hecho de que Dios es sabio en este universo y admiremos su sabiduría, la busquemos de Él y adoremos al único sabio Dios con un corazón que confía plenamente en El para siempre.

Sermón: Los atributos de Dios, la santidad de Dios (5 de 10)

Isaías 6:1-5 “En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. 5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.”

 

            Tenemos delante de nosotros la visión de la presencia de Dios que tuvo el profeta Isaías.

            El profeta Isaías vivió en Jerusalén en el siglo 8 a. de C. El es llamado el “profeta evangélico” porque en su libro habla mucho acerca de la venida del Mesías, del nacimiento del Mesías de una virgen, de su sabiduría, de su reino glorioso y de su muerte violenta.

            En este capítulo tenemos a Isaías diciendo que él tuvo una visión de Dios en el año en que murió el rey Uzías. Este rey murió para el año 740 a.C. Este Uzías era el rey leproso. Lo interesante de este hombre y su lepra es el por qué Uzías padecía de lepra. Esa lepra fue el castigo de Dios por su pecado. Uzías comienza a reinar en Judea cuando tenía 16 años. Y él era un joven temeroso de Dios. El fue un rey que obedecía a la voz de Dios. El fue un rey que trajo mucho bien a las tribus del sur. Y Dios lo prosperó mucho. Recibió de parte de Dios mucha bendición. Pero lamentablemente como muchas veces pasa el rey en vez de mantenerse humilde y agradecido de las bendiciones de Dios se llenó de orgullo. Creía que él era lo más grande. Y como él era el rey creía que tenía derecho a hacer cualquier cosa que quisiera. Y quiso hacer las funciones de sacerdote. El quería ofrecer el incienso a Dios que les correspondía solamente a los sacerdotes. Y cuando él trató de hacerlo los sacerdotes se le cuadraron delante. Y le dijeron que él no tenía tal derecho. Y aún así él quería hacerlo y fue así que Dios le castigo con lepra. Y de esa lepra él muere. ¿Por qué Dios castigo al rey Uzías con lepra? La respuesta es sencilla porque Dios es santo. Dios aborrece el pecado. Y Dios se separa de toda maldad.

            Y fue en ese año, en que murió el rey Uzías, que Isaías “vio al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.”  El vio una teofanía o una manifestación visible de Dios. El vio al Hijo de Dios, la segunda persona de la Trinidad, según Juan 12:38-4 “para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor? Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías: Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane. Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él.” Jesús es el Señor sentado sobre un trono alto y sublime y sus faldas, o más bien la parte de abajo de la toga o manto de un juez, que llenaban el templo. Que la referencia lo es a la ropa de un juez en vez de un rey o de un rey actuando como juez, se basa en el hecho de que Dios envía a Isaías a traer juicio de endurecimiento al pueblo de Dios por su pecado.

            Y “por encima de él [Dios] había serafines [ángeles]; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban”. Estos serafines son ángeles de pie ante Dios en espera de sus órdenes, dispuestos a cumplir sus mandamientos a toda prisa, como todo hijo de Dios debe hacer, debe obedecer los mandamientos de Dios sin tardar. Y aunque tenían seis alas volaban con dos, se cubrían el rostro con dos alas y con las otras dos cubrían sus pies. No podían tolerar la gloria del Hijo de Dios. Tenían que cubrir sus caras por el increíble resplandor de su gloria. Pero además cubrían sus pies, lo cual puede significar su condición de criaturas o sus partes privadas como a veces así se utiliza en las Escrituras.

            “Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.” Los ángeles daban voces diciendo que Jehová de los ejércitos de tres veces santo, y los encajes de las puertas del templo se estremecieron al clamor del ángel. Y tan pronto Isaías vio al Señor él se sintió morir y dice: “¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.” Al ver la santidad de Dios y conociendo que era un pecador pensó que moriría. Y esto es verdaderamente importante para nosotros. Nos da una enseñanza impresionante. Cuando una persona ve realmente a Dios, no con los ojos de nuestras caras, sino a través del espejo de las Escrituras es inevitable que vea también su pecado. Se reconozca como pecador e indigno de estar delante de la presencia de Dios. Toda soberbia es destruida y un sentido de que Dios es lo más grande que existe y no ser nada delante de Dios es el resultado. Un hombre distinto sale de allí. Un hombre humilde, dependiente de Dios, un vaso dispuesto a ser usado por el Señor. Todo eso produce la santidad de Dios. Dios es santo. Es más, Dios es un Espíritu infinito, eterno e inmutable en su santidad. Pero, ¿Qué es la santidad de Dios? ¿En qué cosas Dios manifiesta su santidad? Y, ¿qué aplicaciones prácticas podemos extraer de esta doctrina? De eso trata el sermón de hoy. Veamos.

I. ¿Qué es la santidad de Dios?

            Cuando hablamos de la santidad de Dios hablamos de la perfección ética y moral de Dios. Y generalmente hablamos acerca de la pureza de Dios. Pero antes de hablar de eso es importante entender que la palabra santo en hebreo proviene de una palabra que significa cortar, separar. Por tanto, por la santidad de Dios debemos entender primeramente su separación de todo lo que existe. Dios es separado de todo. Dios es distinto de todo. Nada ni nadie es igual a Dios. El es único. Busquemos Isaías 40:25 “¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo.Lo mismo dijo Moisés en Éxodo 15:11 “¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?” En última instancia Dios no puede ser comparado con nada ni nadie. Dios no está a la par con nadie. La gente se cree que conoce a Dios. Pero si esa fe no descansa en la Palabra de Dios, en su auto-revelación jamás conocerán correctamente a Dios porque Dios es santo, Él es distinto a todo lo que existe.  

            Este atributo o esta perfección de su ser enfatiza la trascendencia de Dios. El es más allá de este mundo. Él es exaltado sobre todo lo que existe en infinita majestad.  Él es separado de todas sus criaturas. Esto lo podemos ver en el pasaje de Isaías. Lo impresionante de esta visión es el hecho de lo que hacen los ángeles. Los ángeles son seres sin pecado. No hay maldad en ellos. Y aún así tienen que cubrir sus rostros ante el resplandor de la santidad del Hijo de Dios. Para ellos, la santidad de Dios fue la separación, que la presencia del ser de Dios produce en las criaturas.

            La santidad de Dios es, en un sentido, su propio nombre. En su santidad Él es Dios. Habacuc 3:3 “Dios vendrá de Temán, Y el Santo desde el monte de Parán. Su gloria cubrió los cielos, Y la tierra se llenó de su alabanza.” No solo eso. El pasaje nos dice que su santidad es su gloria. La santidad de Dios es Dios mismo.

            La santidad de Dios es también su separación del pecado. Dios es éticamente santo. Dios es separado de todo mal moral. Y en virtud de eso Dios no tiene comunión con el pecado. En Habacuc 1:13 “Muy limpio eres de ojos para ver el mal”. Dios no ve el mal, es decir, El no lo aprueba, ni se deleita en el pecado. El no cree que el pecado sea una tontería. Dios no sólo detesta el pecado, El lo aborrece con todo su ser. Salmo 5:4-6 “Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El malo no habitará junto a ti. 5 Los insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad. 6 Destruirás a los que hablan mentira; Al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.” 1 Juan 1:5 “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas [maldad] en él.”

            La santidad de Dios es también su excelencia moral y perfección ética. E implica su absoluta pureza. Por tanto, Dios eternamente desea, busca y se consagra a Sí mismo como el único bien que existe. Dios no solo es el bien supremo sino el único bien.

II. ¿En qué cosas Dios manifiesta su santidad?

            Dios revela su santidad de diversas maneras. El revela su santidad en todas sus obras. Como, por ejemplo:

1. En la creación del hombre. En Eclesiastés 7:29 “Dios hizo al hombre recto”. Y Moisés nos dice que Dios creó al hombre en su imagen. Y Pablo nos dice que esa imagen consiste en conocimiento, justicia y santidad. Y es de ese estado de santidad que todos nosotros caímos.

2. En su Providencia, en el gobierno de este universo. Dios muestra su santidad en el castigo con el cual El visita a los pecadores. Thomas Boston: “Todos los terribles juicios los cuales El ha derramado sobre los pecadores surgen de la santidad de Dios y su odio al pecado. Todas las terribles tormentas, enfermedades, guerras, pestilencias, plagas, etc. son enviadas con el propósito de vindicar su santidad y odio al pecado”. El odio al pecado lo vemos cuando Dios decide no salvar a los ángeles que pecaron. No hay salvación para su pecado. Lo vemos también en condenar al infierno de fuego, para ser atormentados, perfectamente, de día y noche, por toda la eternidad, a los pecadores: a los que no creen en Cristo como su Señor y Salvador o no obedecen al evangelio.

            Su odio al pecado lo vemos cuando Dios visita a su propio pueblo con castigo disciplinario. Dios disciplina a sus propios hijos. Dios no tolera el pecado en sus hijos. A veces Dios castiga, en esta vida, más fuertemente, a sus hijos, que a los no creyentes. Mira las vidas de David, Salomón y Jonás. Mira a Moisés, incapaz de entrar a la Tierra Prometida por su pecado. El castigo de Dios sobre su propio pueblo demuestra que Dios odia el pecado como pecado y no porque fue hecho por los peores hombres.

3. En la obra de salvación hecha por Jesús. Aunque Jesús era el Hijo de Dios, El castigo a su Hijo por nuestros pecados. Jesús sufrió. El fue torturado, escupido, azotado, burlado, y asesinado en la cruz del Calvario. ¿Y por qué? Porque El llevó sobre Sí mismo nuestros pecados. 2 Corintios 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.. Y porque por nosotros fue hecho pecador, Dios castigo el pecado en su carne. El murió agonizando. El murió sufriendo. El fue abandonado judicialmente por su Padre. Y tal separación fue tan horrible que le llevó a exclamar: “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado”. Jesús sufrió el infierno por nosotros. Sus sufrimientos equivalen a los que sufren los que están en el infierno. Dios odia el pecado. Lo odia porque El es santo.

III. Aplicaciones prácticas.

1. La santidad de Dios me recuerda que yo no soy santo. Me recuerda que yo soy pecador. Y que ningún pecador podrá estar en la presencia de Dios. Me recuerda que jamás podré ofrecer por mí mismo un sacrificio perfecto para poder expiar, cubrir, limpiar y pagar por mi pecado. La santidad de Dios nos debe llevar a la santidad de Jesús. Es porque Jesús es Dios verdadera, hombre verdadero y perfectamente santo que su sacrificio en la Cruz satisface la justicia de Dios. Solo vestido de su santidad, sus méritos, su justicia es que podemos estar presentes delante de Dios.

2. Y esto me recuerda la misericordia de Dios. Yo no puedo ofrecer un sacrificio puro y santo que pague mi deuda de pecado delante de Dios. Porque solo contra Dios pecamos. Pero Dios en su misericordia proveyó un sacrificio, el sacrificio de Cristo en la Cruz. Él no tenía que hacerlo. ¿Por qué tenía que hacerlo? Él nos debe algo. ¿Acaso no caímos y caemos en pecado libre y voluntariamente? ¿No es el pecado rebelión contra Dios? Todo eso es cierto, pero Dios es misericordioso. Podemos caer lo más bajo que alguien se pueda imaginar. Aun allí su misericordia nos puede alcanzar.

3. La santidad de Dios me recuerda lo pequeño e insignificante que somos nosotros en comparación con Dios. Y esto debe producir en nosotros un sentido de humildad y mansedumbre. Isaías 29:19 “Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová, y aun los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel. Esa es la actitud correcta ante la santidad de Dios. Y nos debe llevar a preguntar, ¿Quién soy yo para que Dios tenga de mí memoria? ¿Quién soy yo para que Dios me provea de alimento y me colme de bienes todos los días? ¿Quién soy yo para exaltarme por encima de los demás como superiores a mi prójimo, o mi hermano en la fe? Ellos son tan insignificantes que yo en comparación con Dios.

4. La santidad de Dios me debe llevar a vivir una vida consagrada a Dios. Dios se consagra a Sí mismo. Y nosotros, como sus hijos, debemos vivir vidas consagradas, es decir, separadas del pecado y orientadas hacia Dios. Dios requiere esto de nosotros. “Sed santos, porque Yo soy santo” (1 Pedro 1:16).  Y esto implica que mi vida debe girar en torno a Dios. Todo lo que hago, lo que hablo, lo que vivo debe ser consagrado a Dios. Él debe ser la prioridad en mi vida. Su reino, su Palabra, su adoración, su servicio, debe ser lo primero. ¿Es así en tu vida?

            Quiera Dios que así sea en la vida de cada uno de nosotros.

 

Sermón: Los atributos de Dios, su inmutabilidad (4 de 10)

Malaquías 3:6 “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.”

 

            El profeta Malaquías es el último profeta del AT. El escribe durante el ministerio de Esdras y Nehemías. Durante ese tiempo el pueblo de Dios había regresado de su exilio. Y en vez de estar alegres por haber regresado a su tierra natal el pueblo está desmotivado. Están viviendo en la tierra prometida, pero es un pueblo deprimido. El profeta Malaquías los llama a renovar su fe en Dios.

            El pueblo de Dios era un pueblo corrompido por el pecado y fue por eso que fueron llevados en cautiverio durante 70 años. Malaquías les anuncia que el Mesías vendría. Y que este Mesías vendría a purificar la nación. Aunque el pueblo de Dios era un pueblo rebelde Dios prometió perdón de pecados. El Mesías purificaría la nación, pero también castigaría al impío. El justo recibirá la recompensa de Dios, pero el impío recibirá el justo castigo de Dios.

            Fíjate cómo se revela Dios. El se revela como un Dios dispuesto a perdonar a su pueblo. Un Dios dispuesto a bendecir a su pueblo. ¿Y Por qué? ¿Por qué Dios actúa de esa manera con un pueblo rebelde, de dura cerviz, un pueblo que le ha fallado a Dios miles de veces? ¿Por qué Dios está dispuesto a tener misericordia del pueblo de Israel?  El profeta nos dice: porque nuestro Dios es Jehová.  ¡Dios es Jehová! El es el Dios eterno y más aún El es el Dios inmutable. “Porque yo Jehová no cambio”. Jehová es el nombre del Dios del pacto. Dios ha hecho una promesa de ser el Dios de su pueblo para siempre. Aunque el pueblo le abandonó, Dios no abandonó a su pueblo. Dios castiga a su pueblo, pero jamás lo abandona. Su castigo parecerá como un abandono. Pero realmente no es así. Dios es el mismo. El no cambia ni puede ser cambiado. El es inmutable. El es el Dios del pacto. Y es por eso que ustedes hijos de Jacob no habéis sido consumidos. Es porque nuestro Dios es fiel a sus promesas que ustedes no han sido destruidos de la faz de la tierra. Dios no es inconsistente sino todo lo contrario. Dios posee una inmutable constancia.

            Esta expresión es en respuesta a una queja del pueblo de Dios. El pueblo de Israel se estaba quejando de Dios. Quejándose de porqué Dios tardó en rescatarlos de la tierra de cautividad. El pueblo estaba acusando a Dios de crueldad y de negligencia. Dios te tardaste tanto es sacarnos de nuestro sufrir. A lo cual Dios les responde: ¿Tú sabes porque tú estás vivo todavía?, ¿Tú sabes el por qué tú respiras todavía? Tú estás vivo porque yo soy Jehová. Asómbrate de que no hayas sido destruido del todo o fulminado terminantemente. Yo no te he dado lo que tú mereces por tu pecado. Tú estás aquí hoy en la tierra prometida no porque tú eras excelente como pueblo, no porque te has portado bien conmigo sino porque yo soy Jehová que no cambio. Y tú en vez de humillarte ante mí te crees que eres la última coca-cola del mundo.  Estás vivo hoy porque yo soy Jehová. Yo soy inmutable en mi ser, en mis atributos y en mis propósitos.

I. Dios es inmutable en su esencia

II. Dios es inmutable en sus atributos

III. Dios es inmutable en sus propósitos

IV. Aplicación práctica.

 

I. Dios es inmutable en su ser o esencia:

            Todo lo que Dios es hoy El siempre lo ha sido. Dios no puede crecer, desarrollarse o mejorarse, El es inmutable. El no puede cambiar porque si cambia o sería para lo mejor, pero esto no es necesario porque El es perfecto. El no puede cambiar porque si cambia podría ser para lo peor, lo cual es imposible porque El es perfecto. Nada puede cambiar a Dios. Nadie puede cambiar a Dios. Su esencia es perfecta. No puede envejecerse. No puede deteriorarse. El no puede matarse así mismo. El es inmutable en su esencia.

            No solo no hay cambio en Dios, sino que no hay posibilidad alguna de cambio en Dios. ¿Por qué? Porque Él es bueno, es decir, perfecto. La bondad absoluta significa la absoluta perfección de su ser.  

            Todo cambia nuestro alrededor. Hay cambio, hay crecimiento y desarrollo. Inclusive la naturaleza humana de Jesús cambió. El como Dios, en su naturaleza divina no cambia. Hebreos 13:8 “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Pero Jesús sí cambió en su naturaleza humana. El nació como bebé, se hizo niño y creció hasta convertirse en adulto. No solo su cuerpo creció sino también su alma maduró. Nos dice Lucas 2:52 “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres. Pero en su naturaleza divina Jesús no cambia porque Él es Dios sobre todas las cosas y bendito por toda la eternidad.

                       

II. Dios es in mutable en sus atributos:

            Todos los atributos o perfecciones de Dios son siempre los mismos. Es imposible que Dios sea algo distinto de lo que El es hoy. Es imposible que Dios deje de ser misericordioso. Nosotros cambiamos. Constantemente cambiamos. Hoy estamos bien mañana mal. Hoy hacemos el bien y mañana hacemos el mal. Hoy prometemos algo y mañana rompemos nuestras promesas. Pero Dios no es así. Dios es santo y siempre será santo. Dios es justo y perpetuamente será así. Dios es fuego consumidor, ira destructora y El siempre permanecerá así. El no puede llamar hoy pecado a lo malo y mañana llamar bueno al pecado. Eso es lo que el mundo espera de Dios que El llame a lo bueno malo y a lo malo bueno. El mundo no soporta la inmutabilidad de Dios. El mundo no puede vivir con ella, porque sabe que la perfección moral de Dios les alcanzará.

            Pero para la Iglesia es un consuelo el saber que Dios no cambia en sus atributos y perfecciones. Su amor es el mismo, su santidad es la misma, su bondad es la misma y jamás se agotará. Nada de lo que El hace agota sus perfecciones. Cuando el creó los cielos y la tierra El no se cansó. Cuando El usa de su omnipotencia El no agota su poder. Todo para El es extremadamente fácil. El no cambia. Cuando trabajamos nos fatigamos, cuando practicamos un deporte por igual. Pero en Dios no existe el cansancio. Nada fatiga a Dios. El es inmutable en sus atributos. Es por eso que la Biblia dice que su verdad permanece para siempre. Salmo 119:89 “Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos.” Y su misericordia es para siempre, Salmo 100:5 “Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones.”

III. El es inmutable en su propósito:

            La voluntad de Dios no cambia. Sus propósitos jamás pueden ser cambiados. No pueden ser cambiados por El ni por nadie. Sus propósitos son eternos. Como Dios es perfecto entonces no hay necesidad de que cambie sus planes.  Salmo 33:11 “El consejo de Jehová permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.” Isaías 46:9-10Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;”

            Pero si el consejo de Jehová no cambia, entonces sus propósitos no cambian. Pero si esto es así cómo explicamos que la Biblia nos habla del arrepentimiento de Dios. Y esto implica frustración de parte de Dios. Por ejemplo, en Génesis 6:6 “Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.” Algunos toman estas palabras literalmente y dicen que Génesis da a entender que Dios se arrepintió como si después de haber hecho al hombre y el hombre pecar Dios dijera me equivoqué al crear al hombre. Dios estuvo frustrado.

            Para poder entender este pasaje es importante tener presente toda la Biblia. La Biblia habla de que Dios no cambia. De que sus propósitos no cambian, porque Dios es prefecto en todo lo que hace. Y un pasaje explícitamente dice que es imposible que Dios se arrepienta verdaderamente. Números 23:19Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta [lit. para que El cambie su mente]. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”.  Este pasaje confirma lo que estamos diciendo que Dios es inmutable en sus propósitos. El no cambia su mente. Lo que El dice El lo cumple. El no miente y por tanto no se arrepiente porque no puede hacer nada malo. Teniendo esto presente, entonces, cuando Génesis habla del arrepentimiento de Dios no podemos entenderlo de un arrepentimiento en el sentido de frustración en Dios o cambio en el ser de Dios o en sus planes. Moisés habla metafóricamente, figuradamente. Y lo que quiere decir es Dios en su plan eterno e inmutable había incluido un cambio en sus tratos con el hombre, y Dios describe ese cambio en lenguaje humano como si fuera un arrepentimiento. Hermanos, en su propósito eterno Dios incluye muchos cambios en el mismo. Hablamos de antes de Cristo o después de Cristo. Hablamos del pacto de la circuncisión y la abolición del pacto de la circuncisión. Tales cambios fueron cambios establecidos en el plan eterno de Dios. Algunos parecen contradictorios para nosotros, como crear al hombre y después destruirlo. Pero tal cambio no ocurre ni el ser de Dios, ni en sus atributos ni en sus propósitos, porque Dios es inmutable.

IV. Aplicaciones prácticas:

1. Mira el amor tan grande que Dios tiene por su pueblo. Su amor por nosotros es inmutable. Su plan de redimirnos y llevarnos a la gloria es inmutable. Dios nunca nos desechará. Aunque nosotros merecemos que nos deseche. Fíjate lo que Dios le dice al pueblo de Israel. Malaquías 3:6-7 “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos?” Dios nos destruyó a su pueblo, aunque tenía razones suficientes para hacerlo. Durante toda su vida el pueblo de Israel ha sido desobediente. “Desde el día de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes y no las guardasteis”. ¿Acaso no tenía razones Dios para desechar a un pueblo rebelde y de dura cerviz, es decir, orgulloso? Y la respuesta es que sí. Aun así, Dios es fiel a su pacto. Él es fiel a sus promesas. ¿Y acaso no podemos decir lo mismo de nosotros? ¿Acaso no tiene Dios razones para desecharnos? ¿Le amamos con todo nuestro, corazón nuestra mente, nuestra alma y nuestras fuerzas? ¿Acaso Dios no soporta las veces que le hemos dado una adoración superficial cuando nuestro cuerpo está aquí, pero estamos distraídos mirando a los niños, hablando con el hermano en el culto de adoración cuando deberíamos estar atentos a lo que se hace? ¿Acaso Dios no tiene razón para desecharnos cuando no leemos su Palabra que nos ha dejado para que la estudiemos? ¿Acaso no tiene razón Dios para desecharnos cuando no hemos trabajado con nuestros pecados de orgullo, impaciencia, envidia, vanagloria, pecados sexuales, descontento, mundanalidad, falta de compromiso, inconsistencia en la asistencia a la iglesia, falta de apoyo económico a la iglesia, falta de apoyo a los cultos de la iglesia, insumisión de las esposas y falta de ejercer un liderato fiel, amoroso y respetuoso a nuestras esposas, falta de oración, etc.? ¿No le damos razones todos los días para que nos abandone totalmente? La respuesta es que sí. Dios demuestra su enojo cuando no nos bendice. Si buscamos la bendición de Dios debemos buscarla acompañada de obediencia. Pero, aunque todos los días le damos razones a Dios para que nos deseche, Él ha dicho: Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Nuestra salvación descansa exclusivamente en su misericordia. ¡Cómo no debemos darle a Dios la mayor consagración de vida que Él se merece! ¡Cómo esto nos debe llevar a servirle, a servir a su Iglesia, a trabajar por el Señor, a buscar ganar almas para Cristo, a darle a Él lo mejor de nuestro esfuerzo, de nuestro tiempo, nuestros talentos! ¿Cuán agradecidos somos de su misericordia? ¿De su paciencia con nosotros? Todo esto debe impulsarnos a vivir para Dios porque su inmutabilidad implica favor eterno.

            Dios es inmutable en su ser, sus atributos y en sus propósitos. Y porque Dios es así nosotros debemos confiar plenamente en El, viviendo para Él.

 

Sermón: Los Atributos de Dios: la eternidad de Dios (3 de 10)

Salmo 90:1-17 “1. Señor, tú nos has sido refugio De generación en generación.  2. Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. 3. Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, Y dices: Convertíos, hijos de los hombres. 4. Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche. 5. Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño, Como la hierba que crece en la mañana. 6. En la mañana florece y crece; A la tarde es cortada, y se seca. 7. Porque con tu furor somos consumidos, Y con tu ira somos turbados. 8. Pusiste nuestras maldades delante de ti, Nuestros yerros a la luz de tu rostro. 9. Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; Acabamos nuestros años como un pensamiento. 10. Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos. 11. ¿Quién conoce el poder de tu ira, Y tu indignación según que debes ser temido? 12. Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría. 13. Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos. 14. De mañana sácianos de tu misericordia, Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días. 15. Alégranos conforme a los días que nos afligiste, Y los años en que vimos el mal. 16. Aparezca en tus siervos tu obra, Y tu gloria sobre sus hijos. 17. Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; Sí, la obra de nuestras manos confirma.”

 

            Enseñarles a los niños es una cosa maravillosa para hacer. Es una de las cosas más difíciles también. Nos retan para que tratemos de buscar la forma más sencilla y clara de enseñanza. Y la sabiduría que muchas veces revelan es algo que penetra el corazón. Sus preguntas a veces son preguntas que nosotros mismos no nos hemos hecho. Tal vez ni siquiera habíamos considerado lo que los niños consideran. Y si somos honestos a veces sus preguntas revelan que nosotros hemos aceptados las cosas porque se nos han dicho que ellas son así, aunque no las hayamos analizado mucho.

            Una de las doctrinas más difícil de explicar, a parte de la doctrina de la Trinidad, es la doctrina de la eternidad de Dios. Dios es eterno. Suena tan fácil, suena tan sencillo que a veces creemos que comprendemos lo que estamos diciendo. Y cuando le explicamos a nuestros los niños sobre la eternidad de Dios nos damos cuentas que es un tema difícil.

            ¿Qué significa que Dios es eterno? ¿En qué consiste la doctrina bíblica de la eternidad de Dios? ¿Qué valor práctico tiene esta doctrina? De eso vamos a hablar en el día de hoy.

I. ¿Qué significa que Dios es eterno?

            El salmo 90 es el salmo clásico para tratar acerca de la doctrina bíblica de la eternidad. Fue escrito por Moisés, según nos dice el subtítulo del salmo. Esto significa que es el salmo más antiguo del salterio. E implica que fue escrito para los años de 1446-1406 A.C. escrito durante el tiempo de la peregrinación del pueblo de Israel, posiblemente, después del reporte negativo de los 12 espías.

            Moisés escribe como uno que ha tenido que ver la muerte de la generación del pueblo de Dios. Hoy estaban con él, pero mañana no. La muerte perseguía a Moisés durante esos 40 años en el desierto. Y en medio de esa calamidad y esa desestabilidad de la vida Moisés eleva una oración a Dios. Eso es lo que es este salmo, una oración a Dios sobre la eternidad de Dios y la transitoriedad del hombre. Y nos dice en esa oración que Dios es eterno. V. 2 “Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.” Fíjate la manera tan concreta en la cual la cultura oriental define las cosas. Moisés describe la eternidad de Dios es relación a la doctrina de la creación. Antes que los montes y la tierra fuera creada ya tú, oh Dios existías. Desde el siglo pasado y hasta el siglo futuro, tú eres y tú permaneces Dios.

            Filosóficamente lo podemos decir así: si algo existe ahora, algo ha existido por toda la eternidad. Si algo existe ahora es porque antes ha existido algo. Porque si no hubiera existido algo antes nada existiría. ¿Por qué? Porque de la nada nada sale. Por tanto, si algo existe ahora, algo o alguien ha existido desde la eternidad pasada. Es inevitable entonces, que algo o alguien estable, firme, auto-definido y que exista por sí mismo debe ser. Y por tanto que sea necesariamente la primera causa de todas las cosas.  Moisés nos dice que ese alguien lo es Dios.

            ¿Qué significa que Dios es eterno? Significa:

            1. Dios nunca ha tenido un comienzo. Dios siempre ha sido. Todos nosotros venimos de alguien. Hubo un momento en el mundo en el cual ni tú ni yo existíamos. Pero no es así con Dios. Él siempre ha sido porque Él es auto-existente. El existe necesariamente. Él es un ser necesario, pero nosotros no lo somos. Salmo 93:2 “Tú eres eternamente.”

            2. Dios nunca tendrá fin. Dios vive para siempre. Dios es inmortal. Salmo 105:25-27 “Desde el principio tú fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; Y todos ellos como una vestidura se envejecerán; Como un vestido los mudarás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no se acabarán”.

            Moisés nos dice qué consuelo es el hecho de que Dios es eterno. ¿Meditas en la eternidad de Dios? Eso es lo que llevó a Moisés a esta oración. Fue la eternidad de Dios lo que le dio consuelo. ¿Por qué?

II. La eternidad de Dios nos enseña a estar seguros

            El mundo es inestable. Las cosas del mundo cambian. El hombre cambia. Hoy están con nosotros y a nuestro favor, pero maña tal vez no. Pero Dios es eterno. Y su favor con nosotros es para siempre. V. 1 “Señor, tú nos has sido refugio
De generación en generación.”
La palabra aquí para Señor es en hebreo Adonai y esta significa Señor, Dueño y Amo. Él no es una deidad débil y frágil. El posee toda autoridad y señorío.

            Dios es para nosotros, nos dice Moisés, nuestro refugio. O en otras versiones que recogen mejor el original hebreo: Dios es nuestro lugar de morada, nuestra casa, nuestro hogar. En el hogar en donde yo encuentro paz, tranquilidad, sosiego, reposo y protección. Todas estas ideas están asociadas con la idea de morada.  Eso es lo que Dios es para nosotros. En otras palabras, no debemos tener temor si estamos solos, si las tormentas azotan nuestra vida, si hay la posibilidad de que enfermedades catastróficas vengan a nuestra vida, Dios es nuestro lugar de refugio. En Él y solo en El no encuentro tal seguridad que nada ni nadie me puede dar. No tengamos temor de nada Dios es nuestro refugio perpetuo porque Él es eterno. Y es a El dónde siempre podremos recurrir. Salmo 71:3 “Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, Porque tú eres mi roca y mi fortaleza.” Salmo 91:9-10 “Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, 10 No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada”. En otras palabras, nada puede realmente dañar a los hijos de Dios. Podrán tocar nuestros cuerpos, pero jamás tocar nuestra alma.

            No solo eso, la eternidad de Dios nos enseña que Dios ha sido nuestro hogar “De generación en generación”, es decir, por toda la historia de nuestra vida. Dios ha sido nuestro refugio desde antes de nosotros haber nacido. Más aun desde la misma eternidad. Desde antes de nuestra conversión Dios ha cuidado a sus elegidos. Y Dios ordenó todas las cosas en nuestra vida y nos llamó en el día que Él ha planificado. Y nos sigue cuidando de tal manera que ninguno de los elegidos se perderá, sino que llegará a la gloria eterna.

III. La eternidad de Dios nos enseña lo breve y frágil que es la vida

            La eternidad de Dios nos enseña que nuestra vida aquí en la tierra es breve. La vida de Dios es eterna, pero nuestra vida aquí es corta. Nuestro tiempo de vida es limitado. Nuestros días son pocos y están todos contados. Nuestra vida es como el polvo. V. 3 “Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, Y dices: Convertíos, hijos de los hombres.” LBLA nos da una mejor traducción V. 3 “Haces que el hombre vuelva a ser polvo, y dices: Volved, hijos de los hombres.”  

            La eternidad de Dios pone en justa perspectiva la brevedad de la vida. Cuando comparado con Dios la vida humana es nada, unas pocas horas. V. 4 “Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche.” Las vigilias de la noche eran de 4 horas. Un milenio para Dios es como 4 horas del tiempo del ser humano. Las vigilias duraban 4 horas. Somos como una hierba que hoy es mañana no está. V. 5-6 “Como la hierba que crece en la mañana. En la mañana florece y crece; A la tarde es cortada, y se seca.” Así de corta y frágil es nuestra vida.

            Pero, aunque la vida aquí es corta, la vida después de la muerte es eterna. Hay algunos que despertarán a vida eterna, al gozo del Señor, al disfrute de Dios y la vida abundante porque han puesto su fe en Jesucristo. Han hecho de Cristo su refugio eterno. Pero hay otros que despertarán a la muerte eterna. Y esto nos dice Moisés os debe dar temor.

IV. La eternidad de Dios nos enseña a temer su ira

            ¿Por qué la eternidad nos enseña a temer su ira? Porque su ira es eterna. Su ira es justa. V. 7-8 “Porque con tu furor somos consumidos, Y con tu ira somos turbados. Pusiste nuestras maldades delante de ti, Nuestros yerros a la luz de tu rostro”. Dios es justo cuando castiga. Y su ira es fuerte. Toda la generación que salió con Moisés de Egipto, murió en el desierto, excepto Josué y Caleb. Inclusive Moisés y Aarón no entraron a la Tierra Prometida por causa de su pecado.

            Por eso Moisés nos enseña que la ira de Dios es algo incomprensible. No lo podemos entender plenamente. V. 11 “¿Quién conoce el poder de tu ira, Y tu indignación según que debes ser temido?” La respuesta es nadie. Nadie conoce el poder de la ira de Dios. Solo los que están en el infierno conocen algo de la ira de Dios. Pero nadie conoce a cabalidad el poder de su ira. Y porque Dios es eterno su ira es eterna. No habrá un momento de descanso en el infierno. No habrá la más mínima mitigación de su ira allí. Lázaro fue recibido en el seno de Abraham y allí fue consolado, pero el rico ni siquiera recibirá una gota de agua que calme el ardor de su sed, en otras palabras, no habrá la más mínima misericordia en el infierno para los pecadores.

            Pero Jesús es nuestro refugio de la ira de Dios. En la Cruz Jesús recibió la descarga de la ira de Dios por los pecados. El murió en lugar de los pecadores. Y todos los que ponen su fe en El como su Señor y Salvador son librados de la ira de Dios.

            La eternidad de Dios nos debe llevar, entonces, a temer su ira.

            Pero también la eternidad de Dios nos lleva a postrarnos delante de Él.

V. La eternidad de Dios nos enseña a orar

            A orar por sabiduría para entender sobre la brevedad de la vida. V. 12 “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.” La tendencia de los seres humanos es a actuar como si nunca fuéramos a morir. Como si el tiempo es algo barato y podemos desperdiciarlo como si nada. Pero Moisés nos enseña a que debemos contar nuestros días, discernir lo breve que es. Ver la vida con la seriedad que debemos verla.

            Solo tenemos 168 horas a la semana, 52 semanas al año y como una regla general entre 70 a 80 años de vida. Y en ese tiempo debemos hacer lo que realmente es importante. Por eso debemos orar por sabiduría para hacer lo que verdaderamente cuenta. No tenemos tiempos para perder sino para redimir.

 

            Debemos orar también para que Dios balancee nuestras aflicciones con su bendición. V. 13-15 “13. Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos. 14. De mañana sácianos de tu misericordia, Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días. 15. Alégranos conforme a los días que nos afligiste, Y los años en que vimos el mal.” En otras palabras, orémosle a Dios que en su misericordia nos envíe bendiciones y alegría a nuestras vidas. Cuando entendemos lo corto que es nuestra vida entonces apreciaremos el beneficio de una vida tranquila y quieta, vivida en santidad y piedad. Entonces apreciamos a disfrutar de las bendiciones de Dios y a evitar todo revolú innecesario. Entonces nos damos cuenta que la vida es muy corta para pelear por tonterías. Dejar de hacer de cosas pequeñas una montaña.

            Y, por último, debemos orar que Dios bendiga a nuestros hijos y perpetúe nuestra obra. V. 16-17 “16. Aparezca en tus siervos tu obra, Y tu gloria sobre sus hijos. 17. Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; Sí, la obra de nuestras manos confirma.” Cuando partimos de este mundo nosotros no tenemos control de lo que dejamos ahí. Podemos dejar un testamento para que se disponga nuestra última voluntad. Pero en última instancia nosotros no tenemos control de lo que sucede después. Y es nuestro anhelo que nuestros planes permanezcan. Que los nuestros estén bien. Que nuestros hijos sigan por el buen camino. Que la obra de la iglesia siga adelante. Pero, aunque ese es nuestro anhelo, nada de lo que hagamos lo podrá garantizar. Solo Dios puede perpetuar su bendición sobre nuestros hijos porque Dios es eterno.

            Por eso Moisés ora a Dios que El confirme, establezca y preserve a nuestros hijos. Oh Dios, preserva a nuestros hijos en tus caminos. Que sigan el camino recto que les hemos enseñados. Que sean hombres y mujeres de bien. Que sean hombres y mujeres trabajadores. Que se conviertan en los líderes de la iglesia. Que luchen por la verdad del evangelio. Que perseveren en el camino que lleva a la vida eterna. Que Jesús sea para ellos un refugio eterno. Solo Dios puede garantizar esto, porque Él es eterno.

Aplicaciones:

1. La eternidad de Dios nos enseña que Dios interviene en el tiempo. Y que Él tiene un tiempo señalado para todo. Eclesiastés 3:1 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” Por tanto, aprendamos a esperar pacientemente el tiempo del Señor. Salmo 40:1-4 “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová. Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,”.

2. Este es el tiempo de salvación y no hay otro más. Este es el tiempo que cuenta para la vida eterna o la muerte eterna. Lo que hagas ahora cuenta para siempre. ¿Es Cristo Jesús tu único refugio? ¿Es Cristo Jesús en quién te escudas de la ira de Dios sobre el pecado? Así como creer en Él es vida eterna, el rechazarle es muerte eterna. Solo hay dos caminos: vida eterna y muerte eterna. Ven a Jesús.

3. Jesús es refugio eterno a todos lo que en El confían. No temamos el mañana. No temamos la soledad. No temamos las enfermedades. No temamos las tormentas de problemas. Dios ha sido nuestro refugio de generación en generación. Él siempre ha estado con nosotros aun sin ni siquiera nosotros saberlo.  Por tanto, búscalo. Él es tu paz, tu seguridad, tu protección, tu descanso para siempre, porque Él es eterno.

Sermón: Los Atributos de Dios, La infinitud de Dios (2 de 10)

 1 Reyes 8:27 “Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?”

 

            Te gustaría tener el poder de estar en cualquier sitio sólo con el chasquido de tus dedos. Te gustaría tener el poder de estar hoy aquí y en un par de segundos en España, o en Paris, o en Italia, o en Japón. Te gustaría tal poder. Estamos aquí ahora, pero si mi hijo, que vive en Alemania, me necesitara, me gustaría tener el poder de estar allí en segundos. O si mi padre o mi madre me necesitan, poder estar allí para socorrerlos con tan sólo tronar los dedos. 

            Te gustaría que hubiera dos tú. Dos Roberto, dos Irma, dos Frank, dos Daly, dos Juanita. A veces pensamos: no tengo tiempo, tengo tantas cosas que hacer, si hubiera otro yo entonces podríaa la misma vez estudiar con mi hijo, fregar los trastes, hacer la compra, lavar los carros, leer para divertirme, etc. ¿Te gustaría poseer tales poderes?

            Bueno de algo parecido vamos a hablar hoy.

            Estamos estudiando la pregunta y respuesta del Catecismo Menor de Fe de Westminster. Este catecismo fue escrito para los niños y las personas nuevas en la fe. Contiene todo lo que debemos conocer y creer, como creyentes bíblicos y también todo lo que necesitamos conocer para poder crecer como cristianos maduros en la fe.

            La pregunta y respuesta 4 dice: ¿Qué es Dios? R. Dios es un Espíritu infinito, eterno e inmutable en su ser, sabiduría, poder, santidad, justicia, bondad y verdad.

            Aprendimos que Dios es Espíritu. El no tiene un cuerpo como nosotros. Pero si los ángeles son espíritus también y nuestras almas son espíritus qué distingue entonces a Dios quien es también Espíritu. Lo que lo distingue es que El es un Espíritu infinito, eterno e inmutable en su ser y perfecciones. Y por tanto los tres adjetivos: infinito, eterno e inmutable distinguen y cualifican los 7 nombres que se mencionan en esta respuesta. Es decir, Dios es infinito, eterno e inmutable en su ser y en todas sus perfecciones. El es infinito, eterno e inmutable, en su sabiduría; El es infinito, eterno e inmutable en su poder, en su amor, etc. El es infinito, eterno e inmutable en todas sus perfecciones. Ese es el Dios que adoramos. Ese es el Dios creador de los cielos y de la tierra. Ese es el Dios que servimos.

            Por lo tanto, para poder formar una idea correcta de lo qué es Dios debemos, en primer lugar, quitarle a Él toda imperfección que nosotros vemos en la criatura. Y al hacerlo así adquirimos los atributos incomunicables de Dios, es decir, estas perfecciones que sólo Dios posee y nadie más. Sólo Dios es infinito, eterno e inmutable. Estos son los atributos incomunicables porque no son dados a la criatura. Sólo Dios los posee. Sólo Dios es infinito, solo El es eterno y solo El es inmutable. El es distinto de nosotros. El posee atributos incomunicables.

            En segundo lugar, para formar una idea correcta acerca de lo que es Dios debemos otorgarle a Dios todas las cosas hermosas que vemos en las criaturas. Pero, se las otorgamos en un grado sin límite, en grado superlativo. Entonces decimos que Dios sabio, pero su sabiduría es infinita. Decimos que El es justo, pero su justicia es infinita. Estos son los atributos comunicables de Dios porque la criatura posee estas virtudes: conocimiento, poder, bondad, etc. aunque en grado infinitamente menor de lo que se encuentran en Dios.

            Una nota importante acerca de este ser maravilloso el cual es Dios. ¿Cuál es la relación entre el ser de Dios y sus atributos? ¿Cómo se relacionan? Decimos que todos los atributos o perfecciones en Dios son Dios mismo. Es decir, su sabiduría es Dios mismo conociendo. Su poder es Dios mismo actuando. Su amor es Dios mismo amando. Su bondad es Dios mismo siendo bondadoso. Dios y sus perfecciones son uno y lo mismo.

            Ahora bien, habiendo estudiado acerca de la espiritualidad de Dios, nuestro catecismo o manual de enseñanza, nos dice que Dios es infinito. Hoy vamos a estudiar acerca de la infinitud de Dios a la luz de la Biblia. ¿Qué nos quiere enseñar la Biblia, la Palabra de Dios, cuando dice que Dios es infinito?

I. Dios no tiene límites

            Dios no tiene límites, no tiene barreras. Nada ni nadie puede contener a Dios. Nada ni nadie puede medirle. El es sin límites. Eso es lo que nos enseña 1 Reyes 8:27. En esta oración de Salomón, él reconoce la misericordia de Dios. Dios en su misericordia habita en medio de su pueblo. Dios “desciende” para hacer su morada entre nosotros. Dios “monta” su tienda en medio de su familia. Y esto es un acto de misericordia. Por eso en asombro decía el salmista en el Salmo 8 ¿Qué es el hombre para que tengas de El memoria? No somos nada para que Dios tenga memoria de nosotros. Somos tan insignificantes en comparación con Dios para que El se preocupe por nosotros. A nosotros, que somos menos que nada, que somos como el polvo de la tierra, que somos cenizas, Dios se digna en vivir en medio nuestro y dentro de nosotros. Dios es misericordioso.

            Pero después de reconocer la misericordia y compasión de Dios Salomón reconoce que Dios es más grande que todo lo que existe. El templo construido como casa de adoración no puede contenerle. Si los cielos mismos no pueden contener a Dios cuanto menos este templo construido por nosotros mismos. Dios es infinito. El trasciende todas las cosas. Él es más allá de todo lo creado.

II. Dios es inmenso           

            El catecismo más específicamente nos dice que Dios es infinito en su ser. Y esto significa hermanos que su ser o esencia no tiene límites. Y el término teológico es que Dios es inmenso. Hablamos de la inmensidad de Dios. ¿Qué significa? Significa que Dios lo llena todo. No hay lugar en este universo donde Dios no esté. Él está en estos momentos en este lugar. Él está en su esencia en este lugar. Él está “físicamente” en este lugar. El no solo sabe lo que hacemos aquí, sino que Él está aquí en su ser. Él lo llena todo, Él es inmenso en su ser. No es que Él está en el universo sino todo lo contrario: “En el vivimos, nos movemos y somos” Hechos 17:28.

            No debemos ver esta inmensidad de Dios como cuando uno se acuesta en la cama. Por ejemplo, cuando yo me acuesto en la cama, por el hecho de que soy alto, yo “lleno” la cama con todo mi cuerpo. Pero hay partes de la cama que yo no todo y hay partes de la cama que yo toco más que otras partes. Mis brazos ocupan menos espacio que mi torso. Pero no es así con Dios. Él lo llena todo con la totalidad de su ser.  Dice Jeremías 23:24 “¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?”

            Salmo 145:3 “Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; Y su grandeza es inescrutable.” Porque Dios es grande, es digno de suprema adoración. Mira la grandeza de Dios y adórale. Algunos nos consideran tontos o ignorantes por adorar a Dios. Pero acaso no es lógico adorar lo perfecto. Acaso no es lógico adorar lo que es infinito en su ser y perfecciones. Es racional adorar a un Dios infinito. Es irracional adorar a la criatura, porque ésta no es perfecta, ni infinita en su ser.

III. Dios es omnipresente

            Porque Dios es infinito, no sólo en su ser, sino también en relación al espacio, Él es omnipresente. El está presente en todo lugar de este universo. Dios está en todas partes. El está presente en los cielos, los cielos son el trono de Dios. El está presente en la tierra, la tierra es el estrado de sus pies. El está presente en lo profundo de la mar. En medio de la iglesia El está. Dios está aun en el infierno, como el fuego de la ira que devora a los que son castigados allí. El está en todas partes. El está presente con su misma esencia, con su propio ser. Salmo 139:7-12 “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz.” Realmente no es que Dios está en todas partes, sino que todas las cosas están delante de Él. Hebreos 4: 13 “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. Todo lo que hacemos, todo lo que pensamos, sentimos, lo hacemos delante de Él, frente a Él. Nada escapa a su ojo omnisciente.

IV. Dios es infinito en todos sus atributos    

            El catecismo nos enseña que Dios es infinito en todas sus perfecciones. El es infinito en su sabiduría, en su poder, en su justicia, en todas sus perfecciones. Todo lo que Dios es y posee Él lo posee a la perfección. Su poder es perfecto, su misericordia es perfecta. Él es perfecto.

            El hecho de que Dios es infinito en su ser y perfecciones nos enseña que Dios es incomprensible. No podemos entender plenamente y a capacidad a Dios. Esta doctrina de la incomprensibilidad de Dios es importante, sobre todo en nuestra tarea de confesar a Cristo delante de los hombres. Cada uno de nosotros debe de estar procurando compartir a otras personas lo que está aprendiendo de la Biblia. Hermanos, no podemos entender plenamente a Dios. Por ejemplo: cuando nos encontramos con una persona que no cree en la doctrina de la Trinidad o nos dice que no cree en la doctrina de la Trinidad porque no la entiende, es nuestro deber decirle: Nosotros podemos entender la doctrina de la Trinidad: que Dios es uno en esencia y tres en persona. Pero, aunque lo podemos entender no lo podemos comprender. Dios es infinito es su ser y perfecciones. Y nuestra mente es finita. Nuestra mente es como un vaso de siete onzas y el ser de Dios es como los cinco océanos que hay en este planeta. Es imposible poner toda el agua de los océanos en un vaso de siete onzas. De igual manera es imposible que nuestra mente finita pueda entender a plenitud el ser de Dios. Así que la incomprensibilidad de Dios es un argumento válido en nuestra defensa de la fe y en nuestra tarea evangelística. No nos olvidemos de las palabras de Jonathan Edwards: “no te extrañes que encuentres cosas difíciles de entender acerca de Dios. Dios es infinito en su ser y perfecciones. Es lógico que si tratamos del ser de Dios haya cosas difíciles de entender”.

Aplicación:

1. Es importante el tener una concepción correcta acerca de Dios. Dios no es glorificado si tenemos una idea equivocada acerca de quién es El y cómo es El. Hoy día muchos tienen ideas distorsionadas acerca de Dios. Por eso estamos dedicando tiempo para aprender acerca de Él y así penetrar en una mayor intimidad con Dios. Mientras más conocemos a Dios más le admiramos y más le amaremos. Si nuestras ideas acerca de Dios son errores estaremos sirviendo a un dios desconocido que no el Dios verdadero. Hoy día predomina varias ideas equivocadas acerca de Dios. Para unos Dios es el verdugo que está esperando con ansias el que las personas pequen para castigarlos en el infierno. Para otros, Dios es el abuelito que lo permite todo y no quiere que sus criaturas sufran lo más mínimo. Dios no solo permite que pasemos por tribulaciones, El determina esas tribulaciones, según su sabiduría. Dios no ha prometido que tu vida será color de rosas. Que estará libre de enfermedades, injusticias, sufrimientos. Pero Dios es señor sobre todas estas cosas. Otros piensan que como todas las cosas cambian y evolucionan, Dios también cambia y evoluciona. (Teología del Proceso). Tales ideas son contrarias a la Palabra de Dios. Tal dios no es el Dios de la Biblia. Y estas personas se destruyen a sí mismos con ideas erróneas acerca de Dios. Dios es perfecto en su ser y perfecciones porque Él es infinito. Nuestra meta es conocerle cada día más según Él se nos ha revelado. Nadie tiene derecho de pensar cómo es Dios según su placer. Nuestro deber es pensar y creer acerca de Dios como Dios mismo se ha revelado en la Palabra de Dios. ¿Es tu concepto de Dios uno bíblico?

2. Dios es infinito en su Ser y perfecciones. Por eso cuando vamos delante de el en oración cree que Dios tiene el poder, la sabiduría y la misericordia perfecta para cada una de nuestras necesidades. No dudemos de lo que Dios es y de lo que Él puede hacer. Pero no te olvides, Él es un ser personal. Y Él es soberano en lo que hace. Él no es una máquina que se le pedimos las cosas tres veces El hará lo que le pedimos. Sometámonos a su señorío con la confianza de Dios todo lo puede porque Él es infinito. Pero reconozcamos que como Rey que es El decide lo mejor para nosotros. Y en esto debemos descansar.

3. No hay día que nosotros pequemos. No hay días que nosotros no nos desvíes de la Palabra de Dios. Y nuestros pecados por ser contra Dios en primer y último lugar nos separan de Dios. Pero que consuelo el saber que Dios es infinito en misericordia. No hay pecado tan grande que Dios no pueda perdonar si con verdadero arrepentimiento lo confesamos y nos apartamos de El. La sangre de Jesús es infinita para limpiarnos de toda maldad. El perdón salvador de Dios es “infinito”. El ha dicho que tomará nuestros pecados y los hundirá en lo profundo de la mar. Y dice y no me acordaré más de ellos. No me acordaré jamás de ellos.

4. El Espíritu Santo es infinito en su ser y perfecciones. Nadie puede purificar nuestra mente ni nuestro corazón sino El. Nuestra mayor lucha lo es contra el pecado. Nuestra mente tiene pensamientos impuros. Nuestro corazón deseos carnales. Y nuestros sentimientos emociones pecaminosas. En medio de nuestras tentaciones, impaciencias, temores exagerados, furias, odios, envidias, violencia, depresiones, Dios Espíritu Santo es el agente de la santidad. Busca en el Espíritu infinito la liberación del poder del pecado. Sólo El te santifica. Solo El te ilumina hacia la verdad. Solo El vence el pecado en tu vida. Solo Él te guía hacia la ciudad celestial donde había nuestro Dios infinito.

Sermón: Juan 4:24 Los Atributos de Dios: la espiritualidad de Dios (1 de 10)

 Juan 4:24 “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

 

            El contexto de este pasaje es increíble. Nos revela que Jesucristo era un verdadero cura. El es un verdadero médico del alma.            Jesús está en Samaria y se encuentra con una mujer y conversa con ella. ¿Y qué tiene de interesante eso? Mucho. Era la costumbre de la sociedad que los hombres no hablaran con las mujeres. Era mal visto socialmente. En esa cultura machista hablar con una mujer en público era socialmente reprendido. Y de todos modos vemos a Jesús hablando con una mujer en público. Jesús no se dejaba controlar por las costumbres de la sociedad que fueran en contra de la Palabra de Dios.

            Los discípulos se preguntarían, pero… qué le pasa a Jesús. ¡Nadie en la sociedad judía hace eso! ¿Por qué tú hablas con una mujer en público? A lo cual Jesús les pudo preguntar, aquí yo imaginándome la escena, ¿y dónde en la Biblia dice que yo no puedo hablar con una mujer en público? ¿Dónde en la Biblia se enseña eso? Hermanos nosotros somos llamados a imitar a Jesús en esto. Nuestra mente debe ser bíblica. Dios no nos manda a que sigamos las costumbres de la sociedad que sean contrarias a la Palabra de Dios. De aquí vemos hermanos, ¡cuán liberador es el evangelio de Jesucristo! ¡Cuán justo, compasivo, y tierno es Jesucristo! Digo es porque Jesús vive para siempre. El evangelio nos libera del pensamiento esclavista de la sociedad.

            No sólo eso. Lo interesante lo acentúa el hecho de que la mujer era samaritana. Y los judíos no se llevan con los samaritanos. Ellos rechazan la raza samaritana por ser una raza mezclada de judíos y gentiles. Pero Jesús no limita su evangelio a una sola raza. El evangelio lo es para todas las razas y lenguas del mundo. Jesús no era una racista. Y nosotros debemos aprender lo mismo de Jesús. En tu trato con personas de otras nacionalidades, ¿te preocupas por su salvación? ¿Te atreves a compartir el evangelio con esas personas? ¿Cómo te sentirías que haitianos o chinos fueran miembros de esta iglesia? El evangelio es para todos los pueblos del mundo, no importa lo distinto que sean de nosotros.

            Luego de que Jesús descubre el pecado de la mujer samaritana y le muestra que sólo El posee agua de vida eterna, Jesús se enfrasca en un debate de teología sistemática. Eso es bueno para nosotros que no nos atrevemos a debatir sobre religión, vemos a Jesús debatiendo con una mujer sobre un tema muy importante, la adoración a Dios. La mujer le dice a Jesús, que los judíos dicen, que debemos adorar a Dios en Jerusalén, mientras que los samaritanos dicen que debe ser en el monte Gerizim. A lo cual Jesús le dice: los judíos tienen la razón. Es en Jerusalén que Dios mandó que le adoráramos. Pero eso estaba a punto de cambiar. V. 21Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.” ¿Por qué no va a ser necesario que se adore en Jerusalén solamente? Porque Dios es Espíritu. El no está limitado a un lugar. El está en todas partes. Hermanos, cuán importante es esto. No podemos limitar a Dios. No debemos limitar a Dios. A Dios no lo podemos encajonar. El es Espíritu libre. El es soberano. Nadie puede controlarle, ni encajonarle. El es como el viento. El sopla de donde quiere y “va” a donde quiere y hace lo que le place. Dios es Espíritu. Y por tanto como El es Espíritu hay que adorarle espiritualmente y conforme a la verdad.

            Fíjate bien lo que Jesús está haciendo. Jesús nos da la doctrina correcta acerca de Dios, El nos da una teología correcta y luego nos da la práctica correcta de la teología. Es decir, para poder adorar a Dios correctamente debemos tener una teología correcta. Nuestra doctrina de Dios debe determinar nuestra adoración.

            Es por eso hermanos que continuamos nuestro estudio del Catecismo Menor de Fe de Westminster con la pregunta número cuatro. Solo cuando conocemos la verdad acerca de Dios es que le podemos dar la adoración correcta que Él se merece. Doctrina y práctica. Ese es el orden correcto.

            Esta pregunta y respuesta número cuatro tiene una historia impresionante. Cuando los teólogos de Westminster se reunieron para tratar acerca de qué es Dios todos ellos frisaron. No sabían cómo contestar esta pregunta tan sublime. A lo cual pensaron que lo más sabio sería buscar de Dios la respuesta. Decidieron que deberían orar de nuevo, pero esta vez deberían escoger al más joven del grupo. ¿Por qué el más joven? Porque Dios nos dice de labios de Jesús en Mateo 11:25En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.” Dios oculta Su sabiduría de los sabios, de los que buscan ser sabios en su propia opinión y no sabios según la sabiduría que da Dios. Dios revela su voluntad a los niños o más bien a los que tienen un corazón de niño. Aquellos que reconocen que no saben nada y que Dios lo sabe todo. Y luego de escoger al más joven entre ellos y preparados sus corazones para orar este joven oró así: Oh Dios tu eres un Espíritu, infinito, eterno e inmutable en tu ser, sabiduría, poder santidad, bondad, justicia y verdad. Luego de terminada la oración uno de ellos se apresuró a escribir el inicio de la oración la cual se convirtió en la contestación de la pregunta 4 del catecismo. Dios había contestado tal oración. Se cree que quien oró lo fue George Gillespie, comisionado de la iglesia de Escocia en la asamblea. ¿Por qué él? Porque él era el más joven, con 33 años de edad.

            La pregunta y respuesta número 4 es la siguiente. ¿Qué es Dios? R. Dios es un Espíritu, infinito, eterno e inmutable en su ser, sabiduría, poder santidad, bondad, justicia y verdad. Y es de esta pregunta y respuesta que nos ocuparemos los próximos domingos.

            Veamos el pasaje de Juan 4:24.

            Jesús nos dice que Dios es Espíritu. Esta oración, aunque dada a la mujer samaritana para propósitos prácticos es también, en un sentido, una definición. Decimos en un sentido porque la Biblia no nos da una definición de Dios. Si buscáramos saber cuál es una definición aproximada de lo que es Dios, Juan 4:24 es la respuesta. Jesús nos dice que Dios es Espíritu. Ahora bien, en el griego el orden es invertido [πνεῦμα ὁ θεός]. La palabra Espíritu es la primera palabra de la oración. Esto significa que el énfasis recae en la palabra Espíritu. Espíritu es Dios. Es decir, Dios es Espíritu por excelencia. Dios es Espíritu en la forma más perfecta que pueda existir. El no es un Espíritu. El es en sí mismo Espíritu en forma absoluta. Así que lo primero que nos enseña el Catecismo Menor es sobre la espiritualidad de Dios.

            Ahora bien, qué nos enseña la Biblia sobre la espiritualidad de Dios. La Biblia nos quiere enseñar varias cosas:

            I. Dios es una substancia.

            Por decir que Dios es una substancia lo que la Biblia nos enseña es que Dios es un ser real. Él no es materia.  Su esencia no es material sino espiritual. Él no es el producto de la imaginación de los hombres. Algunos piensan que Dios es un invento. Y dicen que: la idea de Dios fue inventada para poder explicar las cosas que no entendemos. Los indios taínos tenían muchos dioses. ¿Por qué? Porque para ellos todo lo que era asombroso, lo que no podían explicar, un dios. Como no entendían lo que era un huracán y viendo lo peligroso y poderoso que era decían este es el dios Juracán que viene a castigarnos.  Es por eso que muchos piensan que la idea de Dios es sólo eso, una idea.  Jesús nos dice que Dios es Espíritu. El no es una idea, El posee una substancia espiritual. El existe como un ser real. Él no es fruto es nuestra imaginación. ¿Cómo lo sabemos? Porque El mismo se ha revelado. Nosotros le conocemos porque El mismo ha tomado la iniciativa en darse a conocer. Así que el conocimiento que tenemos de Dios no es creado por nosotros sino impartido hacia nosotros por Dios mismo. Dice Pablo en Romanos 1:19 “porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.

            II. Dios posee todos los atributos que poseen los espíritus.

            Dios piensa, El actúa. El quiere y desea. El es Espíritu. El sabe lo que haces, cómo lo haces y dónde lo haces. El no solo tiene entendimiento, sino que El actúa. Ya que posee poder para actuar. Por tanto, El posee los atributos de ser consciente de Sí mismo y de actuar por Sí mismo. El entonces, nos entiende. Podemos hablar con Él y saber que Él puede comprender lo que le decimos o le pedimos. Él no es impersonal sino todo lo contrario, Él es personal. Y nos relacionamos a Él como una persona se relaciona con la otra. Y sabemos que cuando oramos y le pedimos que actúe según a Él le plazca, sabemos que El actúa. ¡Cuán absurdo es orar a una piedra, a una estatua, al universo, o a cualquier ser creado! 

            III. Dios es perfecto en su ser.

            Los ángeles son espíritus, pero son espíritus creados. Dios es Espíritu no creado. Nuestras almas son espíritu también. Pero nuestras almas son también creadas y no son absolutamente necesarias como Dios es. Dios es absolutamente necesario. Pero nosotros no. El no necesita de nada ni de nadie. Pero nosotros lo necesitamos absolutamente. Él ha creado nuestras almas. Todo lo que nosotros tenemos lo recibimos de Dios. El poder pensar, el poder desear, el gustar y saborear la comida, nuestros ojos.; todo lo tenemos de Dios. Pero Dios posee sus perfecciones de sí mismo. Nadie le ha dado a El nada. Nadie le ha dado su sabiduría. Nadie le ha dado su fuerza y poder. El lo posee todo de sí mismo. Él es un Ser absoluto. Poseemos a un Dios perfecto en todo su Ser y perfecciones. Y Él es nuestro Padre celestial.

            IV. Dios es incorpóreo.

             El espíritu no tiene un cuerpo como nosotros. Ese es uno de los atributos de todo espíritu. Jesús dijo en Lucas 24:39Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.” Pero un momentito. ¿Acaso la Biblia no habla de los ojos de Dios, del rostro de Dios, del brazo de Dios? Claro que sí. Tal lenguaje es antropomórfico, o lenguaje figurativo. Se habla así de Dios por causa de lo débil de nuestra mente para entender a Dios. Es como cuando le hablamos a un niño. Le hablamos de una manera extremadamente sencilla y concreta para que pueda entendernos. Hay un hablar de bebé en todo esto. Dios desciende a hablarnos como bebés para que podamos entenderle, ya que Él es mucho más grande que lo que nosotros nos podemos imaginar. Por eso hermanos cuando leamos en la Biblia acerca del oído de Dios, o sus ojos, no pensemos que Dios tiene ojos ni oídos, sino que la idea que nos quiere dar es que Dios es omnisciente: todo lo sabe, todo lo conoce. Cuando habla acerca del brazo de Dios debemos entender el poder omnipotente de Dios. De su rostro: su amor y bondad generalmente. Dios es incorpóreo, no tiene un cuerpo.

            V. Dios es invisible.

            No lo podemos ver con los ojos del cuerpo. Nadie lo puede ver. Ni siquiera en los cielos podremos ver a Dios. 1 Timoteo 1:17Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.” Su invisibilidad no implica que no sea real. No vemos la fuerza de la gravedad, ni vemos el dolor, no vemos el amor, pero sabemos que son reales.

Aplicaciones prácticas:

1. Como Dios es Espíritu, Él requiere que su adoración sea en espíritu y en verdad. ¿Qué significa? El busca a adoradores verdaderos, sinceros, genuinos. Dios busca a personas que le adoren con sus labios pero que le adoren con el corazón. Que haya sinceridad en la adoración. Dios aborrece una falsa adoración. Dios aborrece una adoración hipócrita. Dios aborrece un corazón que no se arrodilla, aunque esa persona se arrodilla con sus piernas. Dios no acepta como verdadera adoración cuando nuestro cuerpo está aquí pero no nuestra mente. Cuando nuestros oídos están aquí pero nuestro corazón está en otro sitio. Cuando pensamos en nuestro corazón: Ah, si yo estuviera en otro lugar, yo no sé porque yo pierdo mi tiempo aquí. Dios no acepta nuestros cánticos si no son cantados con un corazón salvado, con un corazón creyente. La adoración que Dios requiere debe ser “con una aprehensión y conocimiento salvador de quien Dios es en Cristo a los pecadores” (Thomas Boston). Dios es Espíritu y requiere por tanto una adoración del corazón. Fíjate que Jesús dice: es necesario que adoren de tal manera, en espíritu y en verdad. Hermanos adorar a Dios no es una tontería. Es algo sumamente importante. Jesús dice que debemos adorar a Dios de una manera especial. No, a nuestro capricho. Debemos ser celosos de nuestra adoración a Dios.

2. Al Jesús decir que Dios es Espíritu nos quiere decir que El es el único que hacer feliz nuestras almas que son espirituales. Nuestras almas no encuentran descanso ni paz verdadera sino en el Padre de los espíritus de toda carne. Números 16:22Y ellos se postraron sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne,” Tú posees un alma inmortal, la cual es más noble que tu mismo cuerpo. Tú te preocupas de alimentar tu cuerpo, de vestirlo, de lavarlo, de cuidarlo. Entonces, cómo no te esmerarás, te esforzarás en cuidar tu alma inmortal. Hay que alimentar el alma, así como alimentamos el cuerpo. La Biblia es la leche espiritual que nos alimenta. La predicación de la Palabra de Dios es el alimento espiritual que nutre nuestro ser. Nuestra mente necesita pensar correctamente y solo la Palabra de Dios lo puede hacer. Hay un vacío natural en nuestra alma que sólo Dios puede llenar. Sin Dios en nuestra alma, nuestra alma está muerta. Procura entonces que tu alma se una cada día más con tu Dios. Búscalo en la intimidad de tu casa. Ora a tu Padre que está en secreto. Eleva tu mente fuera de este mundo para que tu mente sea saturada del pensamiento de Dios. Que Dios llene nuestra mente.

3. Porque Dios es Espíritu, la adoración neo-testamentaria es más espiritual que la adoración carnal del AT. Jesús le dijo a la mujer samaritana y a nosotros que la manera de adorar en el AT iba a cambiar. Juan 4:21 “Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Jerusalén era el centro de adoración del pueblo de Dios en el AT. Y esa forma externa de la adoración en el AT iba a ser abolida. Jesús le decía que el lugar de adoración ya no iba a ser Jerusalén sino en todo lugar donde Dios sea adorado en espíritu y según la verdad. El cambio de lugar implica el cambio en la forma. Porque si no hay templo no hay necesidad de sacerdotes, ni de sacrificios ni nada de la forma de adoración ceremonial externa del AT. Así que no debemos esperar ni buscar reestablecer las formas de adoración del AT. ¡No es correcto entonces usar el shofar, ni construir el arca del pacto, buscar que la adoración del NT sea igual a la del AT! Eso no está bien.  4. Dios tampoco acepta una adoración que no esté basada en la verdad, en la Palabra de Dios. Dios requiere que le adoremos en espíritu, pero también según la verdad, según su Palabra. Pero qué pasa en aquellas iglesias donde se danza en medio del culto de adoración, donde se traen payasos para alegrar a los niños, donde se hacen dramas, pantomimas y el culto de adoración se convierte en un show. ¿Dónde Dios ha mandado esto en su Palabra? Tal adoración no es según la verdad. Y la verdad es lo que Dios ha dicho en su Palabra.

            Dios ha cambiado la forma de la adoración por una más sencilla, pero más espiritual y más eficaz. Dios no nos manda a tener danzores, cantores y toda aquella forma de adoración judaica. Todo eso quedó abolido.

5. Porque Dios es Espíritu, Él es invisible. Entonces es pecaminoso hacer imágenes de Dios. Dios es Espíritu y por tanto no debemos hacer una estatua de Él, un dibujo o una pintura de ninguna de las tres personas de la Trinidad. Dios prohíbe tal práctica. Y cuan común es hoy día en las iglesias evangélicas el tener retratos, dibujos o pinturas de Jesús. Dios prohíbe tal práctica. Hermanos, Dios es el objeto de nuestro entendimiento no de nuestra imaginación. Dios le dijo al pueblo de Israel en el AT en Deuteronomio 4:12, 15-16y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, mas a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis… Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra.” ¿Qué es lo que Dios le dijo al pueblo de Israel? Cuando yo descendí en el monte Sion, tú no viste ninguna figura de mí, no viste ninguna forma de mí, para qué, para que no hagáis escultura, ni imagen de mí. Por tanto, Dios prohíbe el que hagamos imágenes, dibujos, esculturas o pinturas de ninguna de las personas de la Trinidad. Como dice la contestación de la pregunta número 109 del Catecismo Mayor de Westminster: “Los pecados prohibidos en el segundo mandamiento son: todo lo que sea inventar, aconsejar, mandar, usar, y aprobar algún culto religioso, por sabio que sea, pero que no haya sido instituido por Dios; el hacer alguna representación de Dios, ya sea de todos o de alguna de las Tres Personas [de la Trinidad], sea interiormente en nuestra inteligencia, o en lo exterior por alguna clase de imagen o semejanza de alguna criatura cualquiera, toda adoración de ella, de Dios en ella o por ella, etc.” Y lo mismo dice el Catecismo de Heidelberg en la pregunta número 96 ¿Qué pide Dios en el segundo mandamiento? Que no representemos a Dios por medio de alguna imagen o figura, y sólo le rindamos culto como Él ha mandado en su Palabra.

            Cuidémonos de los libros, biblias, materiales para niños o adultos en los cuales hay imágenes de Jesús. Dios prohíbe tal práctica.

            Así que hermanos, nuestro Dios es Espíritu, real, invisible, incorpóreo, perfecto y la fuente inagotable de nuestra felicidad. Quiera Dios que haya siempre en nuestro corazón un deseo y anhelo de adorarle en espíritu y según Él ha revelado en su Palabra por toda la eternidad.

Sermón: 2 Timoteo 3:16-17 La Biblia, la única regla de fe y conducta, Parte 2

2 Timoteo 3:16-17 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

 

            El domingo pasado predicamos que la regla que Dios nos ha dado lo es su Santa Palabra. Ella es la regla que Dios nos ha dado para dirigirnos sobre cómo podemos glorificarle y disfrutar de El para siempre. Señalamos que la Palabra de Dios contenida en las Escrituras del AT y NT es la Palabra de Dios y por tanto tienen su origen en Dios. Dios es en última instancia el autor de las Escrituras. Las Escrituras son inspiradas por Dios. Mencionamos que Dios se ha revelado y que fue Dios quien puso sus propias palabras en la boca de sus profetas. También que ordenó que sus palabras fuesen dejadas por escrito. Dios ordenó que se escribiesen sus palabras siendo El el primero en hacerlo al El mismo escribir los 10 mandamientos.

            Por tanto, la Biblia por ser la Palabra de Dios, la misma Voz de Dios es nuestra única regla de lo que debemos creer: nuestra teología y de cómo debemos vivir. La Palabra de Dios va por encima de la opinión popular, la opinión de los sicólogos, sobre mi propia opinión, etc. Va por encima de todo y prevalece sobre todo lo que es contrario a la Biblia.

            Hoy vamos a continuar nuestro estudio de la segunda pregunta del catecismo Menor de Westminster y el pasaje que tenemos como base. La segunda pregunta y respuesta del catecismo Menor es: ¿Qué regla ha dado Dios para enseñarnos cómo hemos de glorificarle y gozar de El? La Palabra de Dios contenida en las Escrituras del Antiguo y Nuevo testamento es la única regla que Dios ha dado para enseñarnos cómo hemos de gloricarle y gozar de El.

            Pablo, luego de señalarle a Timoteo, el recipiente de esta carta, que Toda la Escritura es inspirada por Dios, le dice a él y a nosotros que ella es útil. Útil para qué: para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia. Con miras a qué: a fin de que el hombre de Dios [es decir, en primer lugar, el ministro] sea perfecto [completo], enteramente preparado para toda buena obra.

            Fíjate bien lo que Pablo nos dice: las Escrituras por el hecho de que son inspiradas por Dios son útiles. Su utilidad se basa en el hecho de que han sido dadas por inspiración. Es porque son inspiradas que son útiles. ¿Qué quiere decir el apóstol con que ella es útil? La palabra útil en el griego significa: útil, beneficiosa y ventajosa. Es decir, sirve para el propósito para el cual ha sido dada. Lo primero que nos dice Pablo es que la Escritura es útil para enseñar. Tú Timoteo el cual eres un pastor joven tienes que utilizar las escrituras del AT y NT para enseñar en la iglesia. Vas a usar las Escrituras porque, por ser inspiradas, ellas son útiles para enseñar. Solamente las Escrituras vas a utilizar para enseñar en la iglesia. Y por tanto sólo las Escrituras es lo que debemos usar para aprender la mente de Dios. ¿Qué instrumento vas a utilizar para enseñar en la iglesia? Sólo la Palabra de Dios. Lo que ha sido dado por escrito como Palabra de Dios porque sólo ellas son inspiradas por Dios mismo.

            De esto hermanos podemos ver que las Escrituras son necesarias. Son necesarias, no para Dios, quien es omnipotente y no hay nada difícil para El. Son necesarias para nosotros, su pueblo. Pero, ¿Por qué son necesarias? Por varias razones:

1. Por causa de la debilidad de la mente humana. Somos prestos a olvidar las cosas. Nuestra mente no tiene la capacidad de retener, en la conciencia, toda la información que viene a nuestras mentes.

2. Por causa del pecado que todavía hay en nuestros corazones. Somos prestos a tergiversar lo que se nos dice. Que Dios dijo eso, Ja, no lo creo. Estás seguro. No será que lo malentendiste.

3. Por la malicia de Satanás. Satanás y sus secuaces odian la verdad. Procuran oponerse a la misma en todo momento. El se viste como ángel de luz para confundirnos. De aquí que el tener la Palabra de Dios por escrito nos da una mayor seguridad para estudiar la mente de Dios.

4. Para el mayor consuelo de la iglesia. Al tener la Palabra de Dios al alcance de su mano Dios hace que su Palabra more más claramente entre nosotros. Allí podemos consultar la mente de Dios una y otra vez y otra vez. Y deleitarnos una y otra vez en sus promesas, y buscar guía para nuestras vidas en todo momento.

            Por tanto, Timoteo, las Escrituras son necesarias para que puedas cumplir fielmente tu vocación como pastor. ¿Qué vas a enseñar? Únicamente la Palabra de Dios. Es por eso que las Escrituras del AT y NT son la única regla de fe y conducta. Timoteo vas a utilizar únicamente la Biblia para enseñar en la iglesia. Ella es tu única regla de fe.

            De esto podemos señalar el porqué las iglesias protestantes rechazamos los libros apócrifos o deuterocanónicos de la iglesia católica. ¿Por qué no los utilizamos en la iglesia? Porque no son inspirados por Dios y por tanto no son útiles para establecer la verdad. Son útiles como lo son cualquier libro de historia que utilizamos. Tienen valor histórico. Pero no tiene utilizad en la iglesia para ser nuestra regla de fe y conducta por no ser inspirados.  Pero, ¿Cómo sabemos esto? La iglesia protestante y la iglesia judía rechazan los libros deuterocanónicos de la iglesia católica por no ser de inspiración divina por lo siguiente:

1. Aparecieron cuando se reconoce que no había voz profética entre el pueblo de Dios. Entre Malaquías y Juan el Bautista hubo un período de silencio profético. Dios no levantó ningún profeta entre el pueblo de Dios. Por tanto, esos libros no gozan del sello de la inspiración.

2. El pueblo judío a quienes Dios les llamó a ser protectores de las Escrituras del AT no los reconocen como Palabra de Dios. El AT que usan los judíos es el mismo que nosotros usamos.

3. Dios reveló su palabra en el AT en la lengua hebrea y estos libros deuterocanónicos fueron escritos en griego.

4. La iglesia católica los reconoció oficialmente como inspirados en el siglo 16 en la controversia contra los protestantes. Entre otros argumentos.

            La Biblia es la única regla de fe y conducta. Pero, ¿Qué significa que la Biblia es la única regla de fe y conducta? Significa que sólo lo que se enseña la Biblia y podemos probar que lo enseña la Biblia es lo que debemos creer y obedecer. ¿Tú crees que Cristo es Dios? Sí. ¿Y por qué? Porque así lo enseña la Biblia y ella es mi única regla de fe. ¿Tú crees que solamente la sangre derramada de Jesucristo te puede salvar? Sí. ¿Por qué? Por que así lo enseña la Biblia. ¿Tú crees que todos los seres humanos en este mundo son pecadores y merecen el infierno? Sí, porque la Biblia lo enseña así. ¿Y crees que el único Salvador y Redentor de la humanidad lo es únicamente Jesucristo? Lo creo con todas las fuerzas de mi corazón porque Dios, quien no miente, así lo enseña en las Escrituras. ¿Y crees que podemos ser salvos por nuestras buenas obras, nuestras buenas acciones? Claro que no. La Biblia no enseña eso. Si deseas que crea en algo pruébamelo por las sagradas Escrituras.

            De esto se desprende hermanos que, si la Biblia es la única regla de fe, tenemos que concluir qué no hay más revelaciones. Dios se ha revelado y nos ha dejado en la Biblia todo lo que necesitamos saber para la gloria de Dios, para nuestra salvación, nuestra vida y nuestra fe. No hay más profetas, no hay más apóstoles, no hay más revelaciones. La revelación especial ha cesado.

            Para nuestra tristeza muchos grupos cristianos creen que todavía hay revelaciones nuevas. Creen que todavía Dios habla por nuevos profetas, por sueños, es decir, por nuevas revelaciones que no están contenidas en las Escrituras del AT y NT. Para tristeza nuestra tenemos que decir que eso no es correcto. Hermanos lo decimos con respeto de sus personas. No estamos diciendo que no son cristianos. Sólo Dios conoce los suyos. Solamente decimos que esa posición que dice que todavía hay nuevas revelaciones no es bíblica. ¿Por qué nosotros no hablamos en lenguas ni decimos que hay profetas y que Dios me lo reveló? Por que la Biblia nos enseña que sólo las Escrituras del AT y NT son inspiradas por Dios y útiles, y por tanto los medios por lo cuales Dios reveló su voluntad han cesado. Yo espero que todos me hagan la pregunta que espero. ¿Puedes probar por la Biblia que lo que dices es bíblico? Claro que sí. Veamos.

1. Hebreos 1:1-2Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo.” El escritor de Hebreos distingue la manera en cómo Dios se reveló a su pueblo en el AT. En el AT Dios se reveló, es decir, habló muchas veces. No habló una sola vez sino que habló muchas veces a su pueblo.  Pero también habló de muchas maneras: a través de profetas, sueños, visiones, las piedras del Urim y Tumim; a quiénes, a los padres [iglesia] por los profetas. Pero, mira el contraste, en estos postreros días [los días del NT] Dios nos ha hablado por su Hijo. Ya Dios no nos iba a hablar muchas veces ni de muchas maneras. En los días del NT Dios nos ha hablado por su Hijo. El tiempo del verbo “nos ha hablado” es importante. Se encuentra en tiempo aoristo. Y esto denota que la acción se ha alcanzado. La revelación ha llegado a un punto histórico. Se ha logrado lo que Dios se proponía. ¿Qué era? Darnos una revelación final y definitiva por medio de Jesús. Es decir, Cristo Jesús es la revelación final de Dios. Para eso él vino, para revelar a Dios y darnos a conocer su voluntad. Esa era la esperanza del pueblo, que cuando el Mesías viniera él nos enseñaría todas las cosas. Juan 4:25 “Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas.” V.26: “Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.” Es decir, Yo soy el Cristo y vine a declarar todas las cosas, toda la revelación de Dios, todo el mensaje de salvación. Jesús es la revelación final de Dios.

2. Juan 17:4, 8 “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. V.8 porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.” Juan 15:15bYa no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.”

3. Apocalipsis 22:18 “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.” El Apocalipsis es tanto Palabra de Dios como los evangelios y las cartas de Pablo. Por tanto, la prohibición de añadir a las palabras de este último libro de la Biblia nos enseña que la revelación de Dios ha cesado.

            Cuando buscamos palabra de Dios fuera de la Biblia negamos que la Biblia sea nuestra única regla de fe y conducta. Proclamamos que ella no es suficiente, que no es completa, que no es suficiente para dirigir nuestras vidas. Pero tal no es el mensaje de Pablo en este pasaje. Pablo le dice a Timoteo que la Escritura es suficiente para prepararte, para equiparte para toda buena obra, no para algunas cosas, sino para toda buena obra. Para buscar una esposa, la Biblia es nuestra única guía: que sea creyente, que busque resolver los problemas bíblicamente, que siga el orden bíblico, etc. Para dirigirnos a buscar un trabajo, la Biblia es nuestra guía: que sea lícito, que sea un medio para proveer para los míos, que no afecte la asistencia a la iglesia, etc. Pero cuando buscamos “profetas” que nos digan con quien me debo casar buscamos un conocimiento de Dios fuera de la Biblia y ese “conocimiento” se convierte en nuestra regla de fe y conducta. Y por tanto rechazamos la Biblia como nuestra única regla. Pablo nos dice que toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para capacitarnos para toda buena obra. Ella es completa no le falta nada.

            Esto implica en último lugar que la Biblia es perspicua, es decir, ella es clara.  Si Dios ha revelado su palabra El desea que la entendamos. Por tanto, si ella es nuestra guía es porque puede ser entendida, ella es clara, ella es perspicua. Aclaro, ella es clara en todo lo que debemos creer y obedecer para nuestra salvación. Todos los que se dediquen a leer con seriedad la Biblia sabrán lo que es necesario creer y obedecer para la salvación. Hay cosas difíciles en la Biblia, no lo negamos, pero lo que es necesario saber para la salvación es dado con claridad en las Santas Escrituras. La Biblia no es un libro oscuro, es un libro claro. Salmo 109:105, 130 “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino. V.130 La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples.”

            Ella es útil para enseñar y para reargüir, significa reprender. Ella reprende nuestro pecado. Nos muestra en qué cosas no andamos bien. Debemos utilizar la Biblia como nuestro espejo a través del cual veamos si estamos bien vestidos de las cosas de Dios.

            Ella es útil para corregir, o mejorar. No solamente la Biblia nos dice en que estamos mal, sino que también nos enseña que debemos hacer para mejorar. Nos señala lo negativo y nos muestra lo positivo.

            Ella es útil para entrenar o disciplinar en la justicia. Ella no solo nos muestra el camino correcto para servir a Dios sino también para servir a los hombres. La Palabra de Dios es una guía completa. Te capacita para toda buena obra. Ella es la regla del buen vivir.

 

Aplicaciones:

1. Ya que la Biblia es nuestra única regla de fe y conducta es tu deber obedecer la misma. Es Dios quien habla a través de la Biblia y desobedecer sus mandamientos es desobedecer a Dios. Yo he escuchado a personas que dicen no importa lo que dice la Biblia yo no voy a hacer eso. Que la Biblia dice que no debes mentir. Pues no, hay que mentir a veces. Que el domingo es el día del Señor el día en que debe estar en la iglesia y no faltar. Pues no, hay que faltar. Que el hombre es la cabeza de la esposa, Ja, eso era en los tiempos del pasado, papito estamos en el siglo 21. Pero, el mandato es para todos los tiempos. Los tiempos cambian, pero no su Palabra.

            Cuando pensamos así rechazamos, no la voz mía, sino la voz misma de Dios. Nos hacemos nosotros mismos la regla de fe y obediencia en nuestras vidas. Nos hacemos nuestros propios señores. Nos hacemos nuestros propios amos. Entonces hacemos lo que Dios nos prohíbe que hagamos quietarles a las Palabras de Dios. Deuteronomio 4:2 “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordene.” Cuando no obedecemos le quitamos a la Palabra de Dios.

2. Aunque la Biblia es perspicua, clara, hay cosas difíciles de entender. Es por eso que Dios instituyó el oficio de ministro en la iglesia. Los pastores han sido llamados por Cristo mismo para ser los maestros oficiales de la iglesia. Ellos reciben el entrenamiento para capacitarles a ser intérpretes de las Escrituras. Es por eso hermanos que debemos asistir a la iglesia sin fallar. Es aquí donde recibirás el pan que alimentará tu vida. Es por eso que debes orar por los maestros de la iglesia para que Dios les ayude a entender correctamente la Biblia y así puedan enseñarla fielmente.

3. No olvidemos que el último intérprete de la Biblia lo es la Biblia misma. Si no entendemos algo debemos comparar un pasaje oscuro con un pasaje claro. La Biblia se interpreta así misma.

4. La Biblia es el Juez Supremo. Toda doctrina, toda enseñanza debe ser examinada a la luz de las Escrituras. Cuando no hacemos esto le añadimos a la Palabra de Dios. Dios nos prohíbe esto. No aceptes ninguna persona como maestro que no procure probar por las Escrituras su enseñanza. Pero para ello debes tú conocer la Biblia para poder examinar. Estudia la Biblia diariamente. No seas como aquellos que proclaman ser cristianos y no la leen. Sé un fiel estudiante de Cristo porque para eso somos sus discípulos para ser enseñados por El. 

Sermón: 2 Timoteo 3:16-17 La Biblia, nuestra única regla de fe y conducta

2 Timoteo 3:16-17 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

 

            Dios nos ha creado con un propósito. Y ese propósito es que le glorifiquemos. El merece que toda criatura le alabe. ¿Por qué? Porque Él es digno en Sí mismo. Él es perfecto en todo Su ser y perfecciones. Él nos ha creado y no nosotros a nosotros mismo. Él es el centro de todo. Porque Él es Dios. Y no solo eso. Él nos ha salvado de la condenación eterna. Por eso las Escrituras nos enseñan que todo lo que hacemos, aún las cosas que nos parecen triviales y cotidianas debemos hacerlo de tal manera que Dios sea exaltado. Como pregunta nuestro Catecismo Menor de Fe de Westminster en la pregunta y respuesta número 1 ¿Cuál es el fin principal del hombre? El fin principal del hombre es el de glorificar a Dios y gozar de El para siempre. Y la base bíblica es 1 Corintios 10:31 “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”.

            Pero, se levanta una pregunta: cómo yo hago esto. ¿Qué guía hay que me pueda enseñar cómo glorificar a Dios y disfrutar de El para siempre? ¿Es esto algo que yo lo hago según mi parecer, según mis buenas intenciones, según yo considere que es bueno? Y la respuesta es que Dios nos ha dado una guía sobre cómo hacerlo. Pero antes de seguir exponiendo sobre este tema veamos cómo el Catecismo Menor de Fe de Westminster en su pregunta y respuesta número dos nos instruyen en esto. P. 2.  ¿Qué regla ha dado Dios para enseñarnos cómo hemos de glorificarle y gozar de él?  R.  La Palabra de Dios que se contiene en las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento, es la única regla que ha dado Dios para enseñarnos cómo hemos de glorificarle y gozar de él.

            Obviamente aquí hay mucha tela que cortar. Así que hoy nos vamos a limitar a considerar la primera parte de la contestación de esta pregunta. Que dice así, ¿Qué regla nos ha dado Dios para enseñarnos cómo hemos de glorificarle y gozar de Él? ¿Cuál es la respuesta? La Palabra de Dios y punto. Hay una sola regla para enseñarnos, para dirigirnos sobre cómo hemos de glorificar a Dios. ¿Cuál es ese regla? Su Palabra y nada más. Y esa Palabra es nuestra única regla de fe y conducta. Y para exponer este tema vamos a contestar tres preguntas: ¿Qué es la Palabra de Dios?, ¿Qué significa que la Palabra de Dios es la única regla?, ¿Qué implicaciones tiene esto para mi vida? Veamos cada una de ellas.

I. ¿Qué es la Palabra de Dios?

            La Palabra de Dios es la revelación de su voluntad. Hermanos, Dios se ha revelado. Dios se ha dado a conocer. Lo ha hecho en las obras de creación y de providencia. En primer lugar, Dios se ha revelado por medio de la revelación natural. El Salmo 19:1 “Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia las obras de sus manos”. Si te das cuenta, el salmista nos dice que la creación no es muda. Ella habla. Bueno, no habla por sí misma, sino que como es la obra de Dios, la obra de sus dedos, como dice el Salmo 8, inevitablemente revela las marcas de su Creador. Así como cuando hacemos una obra, ésta revela nuestras características y habilidades, de igual manera, la creación revela a su Hacedor. ¿Qué revela?  Romanos 1:20 nos dice lo que revela: Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. La creación revela que Dios existe. Revela su eternidad, su poder omnipotente. Revela su deidad. Revela que es un Ser que tiene raciocinio y voluntad. Y revela que Él es la fuente de toda clase de vida que existe: sea material o espiritual. Por tanto, nadie tiene excusa de decir yo no sé si Dios existe o no. ¿Por qué? Porque Dios se ha revelado por medio de todo lo creado de tal manera que somos confrontados todos los días con la revelación de Dios. Cada vez que abrimos nuestros ojos vemos la creación y ésta nos revela que Dios es. Por tanto, no tienen excusas si no le adoran ni le sirven.

            En segundo lugar, Dios también se ha revelado por medio de una revelación especial. Se ha revelado proposicionalmente, es decir, en lenguaje y con un mensaje que es entendible por la mente humana. En Hebreos 1:1-2 “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo. Dios ha hablo muchas veces y de muchas maneras. Muchas veces significa que lo ha hecho más de una vez. Y de muchas maneras: por medio de sueños, en voz audible, por medio de profetas y por medio de escritos. Dios escribió los diez mandamientos con su “propia” mano. Como dice Deuteronomio 9:10 “y me dio Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios. Fue Dios mismo quien inició el dejar por escrito Sus Palabras. Unas frases constantes en el AT que expresa la idea de revelación son: “Así dice el Señor”, “La Palabra del Señor vino a mí”, etc. Un ejemplo entre cientos lo es Éxodos 9:1 “Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Y Génesis 15:1 “Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. Dios se ha revelado proposicionalmente, en un mensaje entendible.

            En tercer lugar, Dios también se ha revelado personalmente en la Persona del Señor Jesucristo. De tal manera que Jesús podía decir, como le dijo a Felipe en Juan 14:9 “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. Y es Jesús quien es según Colosenses 1:15 “Él es la imagen del Dios invisible”. Y Juan 1:18 “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. La frase “le ha dado a conocer” es una sola palabra en griego: “ἐξηγήσατο”, de donde proviene la palabra exégesis que significa explicación, interpretación. En otras palabras, es Jesús quien nos explica e interpreta quién y cómo es Dios. Nuestra doctrina de Dios depende de lo que Jesús ha revelado acerca de Dios y no lo que nosotros podamos creer o imaginarnos qué y quién es Dios.

            Entonces, a la luz de todo lo anterior podemos decir que la Palabra de Dios es la Voz misma de Dios. Y esto es importante. Repito: la Palabra de Dios es la Voz misma de Dios. La única diferencia es que la Biblia es la Palabra escrita de Dios. Su voz, Su revelación, Sus palabras han sido dejadas por escrito. Sea escrito o sea audible es la misma Palabra. De tal manera es la igualdad que hay entre la Palabra de Dios y la Escritura que la Biblia nos enseña que lo que la Biblia dice es lo que Dios dice. Por ejemplo: Romanos 9:17 “Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.” “Porque la Escritura dice”. Pero esas palabras a Faraón fueron dichas por Dios mismo por medio de Su profeta Moisés. Otro ejemplo en Gálatas 3:8 “Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones”. Pero quien le dice esas palabras a Abraham fue Dios mismo. ¿Por qué esa identificación? Porque las Escrituras, la Biblia es la Palabra de Dios. Lo que la Biblia dice Dios lo dice. ¿Qué es la Palabra de Dios? Es la revelación de su mente y voluntad para nosotros. Es la Voz de Dios es lenguaje humano, pero es la Voz de Dios y no deja de ser la Voz de Dios porque Dios busque comunicarse en lenguaje humano su voluntad.

II. ¿Qué significa que la Palabra de Dios es la única regla de fe y conducta?

            Significa que como la Biblia es la misma Voz de Dios es ella exclusivamente la que debe determinar nuestra teología y nuestra forma de vivir.

            En primer lugar, nuestra teología. Hermanos, todo lo que necesitamos conocer y creer para conocer a Dios se encuentra solamente en la Biblia. Esta es la enseñan misma de los autores de la Biblia. Dios le dijo esto mismo a Moisés en Deuteronomio 4:2 “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno. Nuestra guía es exclusivamente lo que Dios reveló sin necesidad de añadirle nada más. Los profetas dijeron lo mismo. Isaías 8:20 “A la ley y al testimonio, sino hablaren conforme a esto es porque no les ha amanecido”. Toda doctrina tiene que estar basado exclusivamente en lo que Dios ya ha revelado. Si no, no hay luz en nuestras mentes, no hay sabiduría.

            Esto no solo fue la fe de todos los autores de la Biblia sino también de Jesús mismo. Constantemente vemos a Jesús citando solo la Biblia como la base del por qué Jesús hace lo que hace y cree lo que cree. Sus frases constantes fueron: “Porque está escrito”, “Qué dicen las Escrituras”. Su fe descansaba exclusivamente en lo que Dios había revelado.

            Por eso Pablo podía decir que la iglesia se fundamenta exclusivamente en lo que Dios ha revelado en las Escrituras. Efesios 2:20 “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”. El fundamento teológico y doctrinal de la iglesia descansa en las Escrituras de los apóstoles y los profetas.

            Esto significa que es Dios quien se define a Sí mismo. Que es Dios quien define el todo de nuestra vida. Nuestra fe es verdadera solo cuando se conforma a lo que Dios ha revelado. Dios entonces nos define quién es El; lo que es la Verdad; nos define lo que es la vida, cuando ésta comienza y cuándo esta termina. Nos define qué es el matrimonio; cómo debemos criar a nuestros hijos; cómo debe ser organizada nuestras familias con el hombre como cabeza del hogar, etc.

            En segundo lugar, nuestra forma de vivir. O hermanos, cuán importante es esto. Nosotros no nos mandamos a nosotros mismos. Estamos bajo autoridad, la autoridad de Dios daba en la Biblia. Y Dios nos enseña que nuestra manera de pensar y vivir se tiene que extraer exclusivamente de la Palabra de Dios. Nuestros pensamientos deben seguir los pensamientos de Dios. Y te pregunto: ¿regulas tu vida por la Palabra de Dios? ¿Es la Palabra de Dios la que guía tu forma de ser? ¿Puedes decir que tu posición sobre la eutanasia es la posición bíblica? ¿Y qué del uso recreacional de la marihuana, y qué del homosexualismo, y qué del aborto, y qué de la convivencia, y qué de las relaciones sexuales antes del matrimonio o fuera del matrimonio, y qué de la pornografía, qué de los chismes, etc.? Hermanos a veces pienso que la Iglesia de Cristo actúa igualmente que los judíos antes del cautiverio. Pensando que como somos el pueblo de Dios no importa cómo vivamos Dios está con nosotros y nada malo nos pasará. Por eso perseguían a los profetas que les decían así no deben vivir. Dios nos va a castigar por vivir así. Pero no le hicieron caso y sufrieron por eso.

III. ¿Qué implicaciones tiene esto para mi vida?

            Si la Biblia es la revelación de la voluntad de Dios entonces ella es especial. Ella no es cualquier libro. Ella es el libro de los libros. Su contenido no es cualquier cosa: es la revelación de la mente de Dios. Y como ella es la Palabra de Dios ella nos enseña la Verdad. Y no solo la Verdad, sino que la Verdad de Dios tiene que ser por necesidad por encima de todo lo que existe. Todo lo que el hombre venda como verdad que contradiga la Verdad de Dios dada en la Biblia es falsedad. ¿Por qué? Porque nadie sabe más que Dios, o Dios no es Dios. Hermanos, esto es todo o nada.

            ¿Qué implicaciones tiene esto para mi vida? Tiene varias implicaciones. Si la Biblia es la Palabra de Dios entonces, en primer lugar, va por encima de la opinión pública. La Palabra de Dios va por encima de la opinión pública. Hermanos, la Verdad no se determina por voto popular. La Verdad no se determina por el voto del 50% más 1. Eso puede ser una decisión democrática, pero eso no establece que eso es la Verdad si contradice la Biblia. A veces tendemos a pensar que como todo el mundo cree esto, es mi deber creer lo mismo. Eso no es así. Pensar así no es correcto. ¿Por qué? Porque si lo que la opinión pública dice que es la “verdad” y esa “verdad” contradice la Verdad de Dios, entonces la opinión del mundo es mentira. Y no debemos seguir la mentira, no solo porque moralmente no es correcto, sino racionalmente tampoco es bueno. Por ejemplo, quién creó este universo: Dios. Por tanto, Él sabe cómo este universo funciona mejor que todos los ingenieros de la Nasa juntos y revueltos. Quién creó el cuerpo humano: Dios. Por tanto, Él sabe mejor que nadie cómo funciona. Quién instituyó el matrimonio, el trabajo, las relaciones paterno-filiales, etc., Dios. Por tanto, es El quien determina cómo estas deben funcionar y trabajar armoniosamente.

            En segundo lugar, la Palabra de Dios va por encima de la sicología. Hoy día se habla de la sicología como si fuera la última coca-cola del desierto. Si lo sicólogos dicen que esto es normal tiene que ser aceptado como normal. Si los sicólogos dicen que la disciplina corporal es mala, entonces la gente tiene que aceptar que es mala. Si los sicólogos dicen que tiene que haber una absoluta igualdad entre los hombres y las mujeres así debe ser. ¿Pero quién conoce la mente humana más que Dios? ¿Quién estableció las relaciones interpersonales sino Dios?

            En tercer lugar, la Palabra de Dios va por encima de mis opiniones. Cada uno de nosotros tenemos nuestras opiniones sobre las cosas. Pero si la Palabra de Dios es la Voz de Dios y Dios es Dios entonces nuestras opiniones tienen que ceder a la Verdad de Dios. No a la opinión de Dios porque Dios no tiene opiniones. Dios habla la Verdad. Y Su Verdad va por encima de nuestras opiniones. A muchos puede que no le guste que en esta iglesia se diga que el marido es la cabeza de la esposa, y que ella es llamada a someterse a su marido, pero esa es la enseñanza bíblica. A algunos puede que no le guste que aquí se diga que la convivencia no es un matrimonio y los que así viven pecan contra Dios, pero eso lo que Dios enseña en su Palabra. A otros puede que les moleste que aquí digamos que el homosexualismo es una práctica pecaminosa y ningún homosexual mientras lo sea va a heredar el reino de los cielos, pero así lo enseña la Biblia clara y explícitamente. Nuestro deber como iglesia no es inventar doctrinas a nuestra conveniencia. Nuestro deber es ministerial y declarativo, es declarar lo que Dios dice que es la Verdad y punto. Si añadimos a la Biblia seremos condenados, de igual manera si le quitamos y si la tergiversamos. ¿Por qué? Porque al así hacerlo tiramos por tierra la Verdad de Dios, Su autoridad sobre nosotros y mentimos en nuestras funciones ministeriales.   

            En cuarto lugar, la Palabra de Dios va por encima de cualquier revelación nueva. Hermanos, la Biblia es la Palabra de Dios. Y ella es su revelación final. Es una revelación completa. Y si completa no le falta nada. Ya Dios ha finalizado su época de revelación. Toda la revelación que Dios ha querido que la Iglesia tenga para saber cómo glorificarle y gozar de Él está completa en la Biblia. Y si completa, entonces no debemos esperar nuevas revelaciones de parte de Dios. Dios ha sellado su profecía. Los medios que Dios utilizaba para revelarse han cesado con la revelación de Jesucristo. Esa es la enseñanza de la Biblia y debemos ser celosos con esta enseñanza.

            Eso es lo que nos enseña Pablo en 2 Timoteo 3:16-17 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. En el contexto el “hombre de Dios” se refiere al ministro. La Palabra de Dios es suficiente para prepararlo totalmente para toda tarea ministerial. Para que sea perfecto o completo, enteramente preparado para toda buena obra. Y si la Biblia puede preparar totalmente, completamente para todas las diversas y complejas tareas del ministro cómo no hará lo mismo a todos los creyentes. La Biblia es una revelación suficiente. Y si suficiente no necesitamos más revelación ya que todo está depositado en la Biblia.

            Es por eso que el último libro de la Biblia finaliza con las siguientes palabras en Apocalipsis 22:18-19 “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.” Nadie tiene el derecho de añadir ni quitar de la revelación que ya Dios ha dado. Por tanto, la Palabra de Dios va por encima de cualquier nueva revelación, o aparente nueva revelación. Los profetas cesaron, los apóstoles cesaron y todo medio utilizado para conocer la revelación de Dios ha cesado.

            Y, en quinto lugar, va por encima de la opinión de los artistas. Sabemos que los artistas tienen su forma de vivir. Y se ufanan de la manera tan perdida en que viven. Pero ellos no son el estándar de cómo debemos vivir ni pensar. Sus vidas están llenas de vanidad, profanidad, libertinaje sexual, drogadicción, alcoholismo, paganismo, irracionalidad, depravación de todo tipo y en grandes cantidades. No hay temor de Dios en sus vidas. Y sus vidas corren ligero y sin freno al infierno.

            Creo que las siguientes palabras de Deuteronomio son tan pertinentes hoy como lo fueron hace tres mil años atrás.  Deuteronomio 12:29-32 “Cuando Jehová tu Dios haya destruido delante de ti las naciones adonde tú vas para poseerlas, y las heredes, y habites en su tierra, guárdate que no tropieces yendo en pos de ellas, después que sean destruidas delante de ti; no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: De la manera que servían aquellas naciones a sus dioses, yo también les serviré. No harás así a Jehová tu Dios; porque toda cosa abominable que Jehová aborrece, hicieron ellos a sus dioses; pues aun a sus hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a sus dioses. Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás”

            Si queremos conocer la voluntad de Dios, ésta se halla en las páginas de la Biblia. No en la opinión pública, no en la opinión de la sicología, no en mis opiniones ni en nuevas revelaciones, ni en la farándula, ni en los horóscopos, ni en las cartas del tarot, ni en la lectura de la palma de la mano, ni en la ouija, ni en los muertos sino exclusivamente en la Palabra de Dios, las Sagradas Escrituras, es decir, en la Biblia.

 

 

 

Sermón: Colosenses 1:21-23 Permaneced Fundados y Firmes en la Fe

Colosenses 1:21-23 “Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.

 

            Desde que el mundo es mundo, los padres tenemos una participación directa en el desarrollo y crecimiento de los hijos. Desde antes de nacer los padres y especialmente las madres hacen todo lo que está a su alcance para lograr que su bebé crezca saludable en su vientre. Por eso ellas visitan a su ginecólogo desde las primeras semanas del embarazo, evitan consumir bebidas alcohólicas, procuran comer alimentos saludables, tomar su ácido fólico, en fin, seguir las directrices del doctor con miras a que su bebé se desarrolle y crezca sanamente.

            Pero ese cuidado antes del nacer o cuidado pre-natal no finaliza allí. Los padres nos preocupamos del crecimiento de nuestros hijos. Y buscamos cuáles son las cosas que debemos hacer para ayudar que a nuestros hijos crezcan bien. Este crecimiento que desean ver en sus hijos no solo se limita al crecimiento físico sino también a un crecimiento emocional, social, educativo. Lo que hoy día se llama un crecimiento holístico, integrado, balanceando todas las áreas.

            Luego de que el hijo crece, él o ella se preocupan también de su propio crecimiento. Queremos ser tan altos como los demás, fuertes como los demás, etc.

            Sabemos que ese crecimiento depende, entre otras cosas, de una buena nutrición. Hay que darles o debemos consumir una dieta balanceada para poder crecer. La meta es crecer saludablemente.

            Eso mismo sucede en la vida cristiana. Para poder crecer saludablemente debemos tener una dieta balanceada. Debemos comer los alimentos espirituales que nos ayudarán a crecer y madurar bien en nuestra fe. Nuestra meta es crecer para la gloria de Dios. Y no solo eso. Es importante saber qué hacer para crecer. Hay que saber cuáles son los alimentos fundamentales para tal crecimiento. De eso Pablo habla en este pasaje. El nos habla de un deber que Dios requiere de nosotros. Pero también nos habla de cómo debemos llevar a cabo ese deber. Veamos lo que Pablo dice. Mira el deber y observa cómo lo podemos llevar a cabo. Dice el versículo 23 “si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe”. Pablo nos dice que debemos permanecer firmes en la fe, ese es nuestro deber. Pero Pablo también nos dice cómo podemos permanecer firmes en la fe. Él dice que la manera por la cual permanecemos firmes en la fe es cuando permanecemos fundados en la fe. Fíjate cómo lo dice: “permanecéis fundados en la fe”.  En otras palabras, para poder estar firmes en la fe hay que estar fundados en la fe. Si estamos fundados en la fe entonces estaremos firmes en la fe. Así que hay un deber: permanecer firmes en la fe y la manera para lograrlo es permanecer fundados en la fe. Veamos ambos puntos de cerca.

I. Es el deber de todo cristiano permanecer firmes en la fe

            ¿Qué quiere decir Pablo con que debemos permanecer firmes en la fe? ¿A qué fe se refiere? Por fe debemos entender la fe que mora en nuestro corazón. La fe que Dios ha implantado en nuestras vidas. La fe que el Espíritu Santo ha producido en nuestro corazón. Hermanos, la fe salvadora es un don de Dios. Es algo que Dios produce en nosotros y que nosotros no podemos producir.

            Pero esa fe debe madurar y puede madurar. Y madurar implica que hubo un momento en que no era madura, era débil, no era firme sino inestable. Cuando una persona se convierte es normal que su fe sea una débil. Digo normal porque no todos los casos son iguales. Como cuando nace un niño ese nuevo bebé es frágil de igual manera una persona recién convertida posee, normalmente una fe frágil, débil e inmadura.

            Pablo nos dice: esa fe debe madurar. Nuestras convicciones deben de ir creciendo más y más. Nuestra fe debe ir fortaleciendo cada día. Nuestros pasos al caminar la vida cristiana deben ser cada vez más firmes, más estables más sólidos. Ese es nuestro deber.

            Es el deber de todo creyente el crecer en su fe cristiana. Si nuestros niños crecen raquíticos es señal de que algo no está bien. De la misma manera si pasan los años y un creyente no crece, no madura en su fe, su caminar no es firme ni consistente, hay algo que no está bien. ¿Por qué? Porque es el deber de todo creyente el crecer en su fe, en su convicción de la fe.

            Eso es lo que nos enseña la Biblia. En Hebreos 5:11-14 “Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.” El autor de Hebreos reprende a sus hermanos porque habiendo pasado tiempo desde que se convirtieron ya debían ser maestros en el conocimiento de la verdad. Pero al hacerse tardos para oír, lentos en aprender, todavía son niños en la fe con necesidad de leche espiritual y no alimento sólido. Hermanos, es una reprensión que el autor de hebreos les da a estos hermanos. ¿Por qué? Porque debieron haber crecido en su fe y no lo hicieron. Ese era su deber. Su deber era crecer.

            La misma idea la tenemos presente en 2 Pedro 3:18 “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén”. Y yo te pregunto cómo está tu crecimiento espiritual. ¿Puedes ver en tu vida mayor crecimiento? ¿Has madurado en tu fe?

            ¿Cómo yo lo sé? ¿Cómo yo sé si estoy creciendo en la fe? Bueno, pregúntate cómo es tu caminar en la vida cristiana. ¿Cuán consistente eres en tu vivir, en poner en práctica lo que sabes? Cuando vemos a un niño de 10 años que mide 3 pies de alto sabemos que su crecimiento se ha estancado. Algo no está bien. Cuando mides el tiempo que has profesado tu fe en el Señor, ¿cuán alto te percibes? ¿Cuán robusta es tu fe?

            Nuestro deber es permanecer firmes en nuestra fe, firmes en nuestras convicciones, maduros en la fe. Pero cómo yo hago esto.

II. Hay que permanecer fundados en la fe

            Ahora bien. La fe de la que habla Pablo en Colosenses no solo se limita, según el contexto, a la fe subjetiva producida en el corazón por el Espíritu Santo. El contexto demanda que la palabra fe signifique también: las verdades doctrinales de la fe cristiana. Debemos crecer en el conocimiento de la verdad. Debemos crecer en el conocimiento doctrinal de la verdad. Que esto es una correcta interpretación lo podemos ver por el contexto.  Pablo en Colosenses está combatiendo falsas doctrinas acerca de la Persona de Jesús y su Supremacía sobre todas las cosas, acerca de la vida cristiana, acerca de los ángeles, acerca de la santificación. Y el remedio que Pablo da a los errores es: hay que crecer en la teología bíblica, sobre todo en la Cristología, en la doctrina de la Persona y Obra de Cristo. Veamos Colosenses 1:9-10 “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios”. El énfasis es en el conocimiento de la voluntad de Dios, en la sabiduría e inteligencia espiritual. Y los versículos del 15 al 20 Pablo trata de la Persona y la Obra de Cristo, pura teología. Así que cuando Pablo habla de fundados en la fe sin lugar a dudas incluye el conocimiento doctrinal.

            En otras palabras, cómo podemos permanecer firmes en la fe, cómo podemos crecer en la fe, cuando estamos fundados en la verdadera doctrina cristiana.

            Si alguien preguntara qué debo hacer para crecer y madurar como cristiano. ¿Cuál sería la respuesta? Estudia la doctrina cristiana. Conoce la teología bíblica. Sumérgete en el conocimiento doctrinal de la verdad. Esfuérzate en entender todas las doctrinas fundamentales del cristianismo. Procura no solo entenderlos sino creer en ellas. Procura que cada una de las doctrinas de la fe cristiana moldeen tu forma de pensar. Que creen en tu vida un entendimiento de la vida misma, de la realidad, del mundo, de la vida diaria, de la vida cristiana que sea consistente con esa verdad. Hermanos, solo así creceremos en la vida cristiana. Y solo así creceremos en una vida cristiana balanceada.

            No solo eso. Eso es lo que Dios desea. Todo lo que Dios hace lo hace para producir hijos y una vez hechos, El procura hacernos crecer y busca que nosotros crezcamos en la fe cristiana.

            Él envió a Cristo para hacernos nacer. El evangelio es el evangelio del Señor Jesucristo. Y es por medio de la predicación del evangelio de Cristo que nosotros nacemos de nuevo. Santiago 1:18 dice: “El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.” La palabra de verdad es el evangelio de Jesucristo. Y el evangelio es Cristo mismo. Y luego de hacernos nacer Dios procura que crezcamos a la imagen de Cristo. Hemos sido predestinados para ser conformados a la imagen de Cristo. Él es el fin y meta de nuestro crecimiento. Dice Romanos 8:29 “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.” Y como ser como Cristo es nuestra meta todo lo que Dios hace en nuestra vida es con miras a que lleguemos a esa meta: de ser conformados a la imagen de Cristo. Por eso Dios nos dejó el ministerio de la Palabra para que por ella nos dice Pablo en Efesios 4:15 “crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo”. Por eso Dios ha instituido los sacramentos para que al usarlos dignamente por medio de la fe y la obra santificadora del Espíritu Santo comamos y bebamos del cuerpo y sangre de Cristo para nuestra alimentación espiritual. Para eso Dios instituyó la oración para que por medio de ella crezcamos en nuestra fe. Esa fue la oración de los apóstoles a Jesús en Lucas 17:5 “Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.” Esa fue una oración, es decir, una petición directamente a Cristo para que Cristo mismo por Su poder y deidad les aumentara su fe en Dios.

            Solo cuando estamos bien fundados en la doctrina cristiana es que podemos crecer. Hay algunos cristianos que no crecen porque no conocen la teología bíblica. Una planta que no está bien arraigada en la tierra no puede crecer. Solo cuando conocemos bien las doctrinas bíblicas somos preservados del error. Hermanos, hay cientos de errores doctrinales en las iglesias, incluso enseñados por pastores. Tristemente enseñados por pastores, que se espera sean lo conocedores de la teología bíblica. Pero lamentablemente no es así. Pero cuando cada uno de nosotros conoce bien la verdad y está bien fundado en las doctrinas bíblicas será preservado de todo error. Y entonces podrá evaluar todo lo que se enseña, no en base a su opinión personal sino en base a la verdad revelada en la Biblia. Y cuando así las conocemos nos dice Pablo seres creyentes maduros y no niños y seremos creyentes firmes, estables en nuestra vida cristiana. Fíjate cómo lo dice en Efesios 4:11-15 “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,”. Solo cuando seguimos la verdad en amor, es decir, la recibimos con fe y mansedumbre es que podemos crecer en todo, en toda área de la vida cristiana y creceremos en Cristo Jesús, nuestro varón perfecto. Solo cuando conocemos la verdad y la creemos con una firme convicción es que estaremos preparados para poder sufrir por la verdad y soportar por la gracia de Dios la persecución. Y seguiremos firmes y adelante como soldados de Cristo cantando alabanzas a Dios aun cuando lleven nuestros cuerpos a la muerte.

 

            Y por último hermanos, cuando crecemos en nuestra fe alegramos a nuestro Dios, agradamos a nuestro Dios. Porque qué desea todo padre, ver a sus hijos crecer, madurar como hombres y mujeres de bien. ¿Y qué desea Dios? Que crezcamos en la imagen de Su Hijo. Y solo podemos crecer cómo Cristo si nos alimentamos de Cristo. Y nos alimentamos de El por medio de la verdad doctrinal y los medios alimenticios que Cristo mismo ha instituido en Su Palabra. Permaneced firmes en la fe y la manera de hacerlo es estar bien fundados en la verdad.