Jehová, no retengas de mí tus misericordias;
Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
-Salmos 40:11
¿Cómo podemos vivir y perseverar en la vida cristiana, sin un continuo e infinito caudal de misericordia para nosotros?
No podemos.
Pablo amonestaba a los Gálatas por tratar de vivir su vida cristiana, amparándose en su propia bondad y obediencia a las leyes ceremoniales judías. Estas leyes fueron cumplidas en perfecta obediencia solo en Jesús y atribuidas a cuenta nuestra. Sin embargo, nuestra nueva capacidad para nuestra obediencia imperfecta no son la base por lo cual nuestra salvación es efectuada.
El reprende al apóstol Pedro en Antioquía con palabras severas que nos recuerdan cuan cerca debemos estar de la misericordia y verdad de Dios:
"No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo."
–Gal 2:21 (RV1960)
La vida cristiana descansa en un hecho pasado:
Dios salva a pecadores a través de Jesús. Específicamente en el hecho histórico de la cruz Él intercambió su Justicia por nuestra injusticia y por medio de la fe otorgada a nosotros como un regalo, nos hace receptores ahora de su gracia continua hacia nosotros. Ahora siendo adoptados cómo hijos, heredando todas las promesas en Él.
Efesios 2:4-5 dice así:
"Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)"
Dios por su misericordia, nos dio vida en Cristo para comenzar esta carrera, no nos dejará a nuestras propias expensas para continuar y perseverar hasta el fin.
La vida cristiana descansa en un hecho presente:
"Mas buscad primeramente
el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas.
Así que, no os afanéis por el día de mañana,
porque el día de mañana traerá su afán.
Basta a cada día su propio mal."
-Mateo 6:33-34 (RV1960)
Si bien los afanes de la vida parecen morder nuestra capacidad de descansar en la gracia presente, Jesus nos habla del cuidado que él tiene para nuestra vida hoy.
Job lo dice muy bien:
“Me vestiste de piel y carne,
Y me tejiste con huesos y nervios.
Vida y misericordia me concediste,
Y tu cuidado guardó mi espíritu."
-Job 10:11-12
La vida cristiana descansa en un hecho presente, Dios continúa en su trono hoy, el Hijo sostiene todas las cosas con la palabra de su poder, intercediendo por nosotros y el Espíritu Santo nos transforma, nos enseña y capacita para todas las cosas hoy. Él es nuestra provisión y suficiencia.
La vida cristiana descansa en un hecho futuro:
La misericordia de Dios te hace vulnerable. Te recuerda de que somos polvo. Su Verdad te energiza, te da dirección, nos quebranta y nos establece. Interesantemente en la biblia hay un sin numero de alusiones a la misericordia y a la verdad juntamente y una de ellas es:
Jehová, no retengas de mí tus misericordias;
Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
-Salmos 40:11 (RV1960)
¿Podemos creer nosotros que el día de mañana, el Señor no retendrá de nosotros su misericordia y nos preservará con su verdad hasta el fin?
Sí. Creyendo específicamente todas las promesas que Dios destinó para nuestro presente y para nuestro futuro. La respuesta es por fe, (que se podría definir cómo creer a Dios para algo prometido por Él para el futuro.) Ciertamente la verdad y la misericordia nos seguirán todos los días, pero solo por que Dios las preparó para que te conserven. Estas son promesas de un Dios que no puede mentir. La fe no solamente es en un Salvador que realizo algo por ti en el pasado. Es de un Salvador que esta velando por ti en el presente y que promete Salvarte mientras continuas confiando y perseverando en Él para el futuro. Que tu fe no mengue hoy y que tu santidad descanse en su gracia, que es la misericordia y verdad que él mismo prepara, envía y usa para guardarte en Cristo Jesús.