Mateo 4:18-22 “Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19 Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. 20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. 21 Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 22 Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.”
Yo he conocido a personas que son apasionadas por la pesca. Ellos se desviven por la misma. Yo nunca he pescado. La pesca no es algo fácil. Se requiere mucha paciencia, arduo trabajo y muchas veces se trabaja mucho y se logra poco o nada.
En los tiempos bíblicos la región de Galilea era una rica en la pesca. Se habla de que habían 20 áreas dedicadas a la misma. La red que mayormente usaban era la que es circular de 20 a 25 pies a la cual amarraban plomo en los extremos para que al lanzarla al lago se desplegara y se hundiera atrapando a los peses en el camino.
En el pasaje que tenemos Jesús ha iniciado su gran ministerio en Galilea. Y de las primeras cosas que Jesús hace es escoger a aquellos que no solo van a ser sus discípulos sino también aquellos que van a llevar a todas partes el mensaje de salvación. Jesús vino a establecer el reino de Dios aquí en la tierra. ¿Cómo lo iba a hacer? No lo iba a hacer solo. Cómo lo hace. Jesús, el Rey, expande su reino por medio de discípulos totalmente comprometidos con él. A ellos él llama. Y ellos responden sin demora a su llamado.
Veamos en primer lugar el llamado.
I. Llamado
Mientras Jesús caminaba junto al mar de Galilea, llamado en la Biblia el mar de Cineret y el de Tiberias, el cual no es un mar sino un lago de aproximadamente 13 millas por 7, vio a dos pares de hermanos, a Simón llamado Pedro y a Andrés su hermano y a Jacobo hijo de Zebedeo y a Juan su hermano. Simón y Andrés echaban la red al mar porque eran pescadores. Y Jacobo y Juan remendaban sus redes, porque eran pescadores y las estaban arreglando luego haber pescado. Y ambos grupos de hermanos Jesús los llamó. Y les dijo: “Venid en pos de mí”. ¿Qué quiso decir Jesús con estas palabras? Lo primero que debemos entender es que éste no es un llamado general a la fe en Cristo. Ya estos hermanos conocían a Jesús posiblemente un año antes y habían sido convertidos. En Juan 1:40-42 se nos dice lo siguiente: “Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. 41 Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). 42 Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro)”. Y aunque conocían a Jesús ellos habían continuado con su modo de vida el cual era ser pescadores de profesión. ¿Entonces qué tenemos aquí en Mateo 4:19? El llamado de Jesús a estos discípulos lo es al ministerio de la Palabra, en este caso al apostolado y no solo al discipulado. ¿Por qué Jesús llama a algunos a ser apóstoles? Jesús, el Rey, ha comenzado a predicar el evangelio del reino. Él ha comenzado a llamar a los pecadores al arrepentimiento. El reino de los cielos se ha acercado con la venida de Jesús. La salvación ha llegado con la venida de Jesús y la respuesta correcta es arrepentirnos de nuestros pecados. Jesús vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Esa es la voluntad de Dios. Ese es el plan eterno de Dios realizado en la historia. Pero para llevar a cabo ese ministerio de expandir su reino Jesús escoge sus primeros discípulos y los hace ministros de la Palabra, apóstoles, para que ellos sean el medio primordial para la salvación de pecadores.
De este pasaje aprendemos que no todos son llamados a ser pescadores de hombres como ministros de la Palabra. El contexto del pasaje es el llamado que Jesús hace a ciertos discípulos a los cuales hace apóstoles. No todos fueron llamados a ser apóstoles sino dentro de los discípulos a solo 12 de ellos.
Hermanos, todo ministro de la Palabra ha sido llamado a ser pescadores de hombres. Han sido llamados a ser el medio principal para llamar a los pecadores a la conversión y salvación. De aquí hermanos cuán importante es ese ministerio. No es un ministerio inventado por los hombres. Fue Jesús mismo quien escogió a sus discípulos y los hizo ministros. Lo mismo pasa ahora. Jesús llama a algunos para ser sus ministros para la salvación de pecadores. Por eso Jesús les dice: “Y os haré pescadores de hombres”. Hermanos, solo Jesús hace ministros de la Palabra. Jesús es quien llama a algunos al ministerio de la Palabra. Es El quien les capacita con dones y gracias que los capaciten a servir. Y Él lo hace porque como Rey El expande su reino por medio de sus discípulos y especialmente por medio de sus ministros. Jamás despreciemos tal ministerio que es un ministerio que revela el deseo de Jesús de salvar pecadores.
Hermanos, el ministerio existe para evangelizar y discipular a los convertidos. Jesús les llamó para ser pescadores de hombres, es decir, para que se dediquen a evangelizar. El ministerio existe para la gloria de Dios, para que Dios sea adorado aquí en la tierra y luego en los cielos. Pero tal adoración no existe sin adoradores. Y nadie es adorador sino solo los convertidos. Por eso el ministerio existe para el ser medio para que Dios sea adorado aquí en la tierra por medio de los pecadores que son salvados. Jesús extiende su reino por medio de sus discípulos que Él llama a la salvación. Y especialmente extiende su reino por medio de sus ministros.
Vemos que Jesús nos enseña que la manera correcta de llevar a cabo este ministerio es seguir a Jesús. “Venid en pos de mí”. Lit.: “Sigue detrás de mí”. Y para ello debemos preguntarnos: ¿Mi pastor sigue a Jesús en su ministerio? ¿Lleva a cabo su llamado en imitación a Jesús?
Hay algo más. Jesús les dice que le sigan, y esto implica discipulado. ¿Qué es un discípulo? Un discípulo es un seguidor de Jesús. Uno que se dedica en cuerpo y en alma a aprender a vivir, a pensar, y a hablar como Jesús habló. Un discípulo es un creyente. No se puede ser creyente sin ser discípulo de Cristo. Todo ministro es un discípulo y un creyente. Y todo creyente es discípulo aunque no sea ministro de la Palabra. Pero no se puede ser creyente sin ser discípulo. Ha diferencia de los demás rabís o filósofos que los discípulos escogen su maestro, es Jesús quien escoge sus discípulos. Es El quien los llama así. Y es a ellos que El les da el privilegio de conocerle salvadoramente. Y ellos son sus discípulos. Ellos tienen la responsabilidad de aprender de Cristo. ¿Qué cosa? Todo lo que Cristo ha revelado en el Antiguo y Nuevo Testamento. O como Jesús dijo: ellos deben guardar todo lo que Jesús les ordenó que aprendieran. Como dice Mateo 28:19 “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”.
Y estos que Jesús llama responden al llamado de Cristo. ¿Cuál fue su respuesta?
II. Respuesta
¿Cuál fue su respuesta? Total dedicación al ministerio. V. 20 “Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.” Seguir a Cristo como ministro requiere total dedicación al ministerio. Para ellos conllevó el dejar su profesión segura y embarcarse en un trabajo arduo e inseguro. Conllevó cambiar totalmente su modo de vida para seguir el llamado de Jesús.
Pero hay algo más. El llamado de Jesús va por encima de trabajo secular y deberes familiares. V. 22 “Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.” Jacobo y Juan no solo dejaron al instante, con prontitud, sin demora, la barca, es decir, su profesión como pescadores sino dejaron también a su padre, a su familia con miras a seguir a Jesús. Fidelidad a Jesús requiere que lo pongamos a El por encima de nuestras relaciones personales. Claro está, ellos no lo hicieron alocadamente. Ellos no abandonaron a su padre y que Dios reparta suerte. Su padre Zebedeo pertenecía a la clase media baja porque nos dice Marcos 1:20 que Zebedeo tenía empleados bajo su cargo, “Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron.”
Hermanos, Jesús expande su reino por medio de discípulos totalmente comprometidos.
Iglesia de Cristo mira el amor de Jesús en su deseo de salvar a pecadores. Antes de ser cristiano tú eras como un pez en el agua. El agua era tu ambiente. Pero era un agua de pecado. Y cual pez nadabas en esa corriente de pecado. Y cual pez tu destino era ser pescado para ser matado y consumido, para ser destruido. Pero Jesús en su misericordia vino a pescarte. Pero no para matarte sino para darte vida. Y su misericordia sobre este mundo se ve que El llama todavía a discípulos como ministros para ser el medio por el cual los pecadores son pescados, son llevados al reino de Dios.
III. Aplicación
Jesús llama a cada uno de los creyentes a ser su discípulo. Discípulo y creyente son sinónimos en la Biblia. No se puede ser creyente sin ser discípulo. Tú eres un discípulo de Cristo y como discípulo Jesús te llama a un total compromiso con la extensión del reino. ¿Por qué? Porque Jesús extiende su reino por medio de discípulos totalmente comprometidos. Si tú no estás totalmente comprometido con extender el reino de Jesús estás faltando a Jesús. Porque Jesús llama a todo discípulo a un total compromiso con extender su reino. Esto no es solo de los ministros de la Palabra.
Antes de que Andrés fuera un apóstol él llevó a su hermano Pedro a los pies de Jesús. Ya lo vimos en Juan 1:41 “Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo).” De igual manera la mujer samaritana cuando Jesús se revela como el Mesías nos dice Juan 4:28-30 “Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: 29 Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo? 30 Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.” Cuando Cornelio mandó a buscar a Pedro para que le hablara el mensaje de salvación que un ángel le había dicho ¿Qué hizo? Fue diligente y mandó a buscar a toda su familia y amigos para que oyeran el evangelio de parte del apóstol Pedro. Hechos 10:24 “Al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y amigos más íntimos.” Podemos seguir multiplicando pasaje tras pasaje probando que Jesús extiende su reino por medio de discípulos totalmente comprometidos con el reino.
Por tanto hermanos, qué estás haciendo para extender el reino de Jesús. Jesús vino por amor a ti y dio su vida para salvarte. ¿Salvarte de qué? De la ira de Dios, de una justa condenación. Y él llama a discípulos como ministros para ser el medio principal para pescar a pecadores. Pero tú también tienes una responsabilidad de extender su reino. Da por gracia lo que por gracia has recibido. Esa es también tu responsabilidad. Sé como Andrés, sé como la mujer Samaritana, sé como Cornelio. Muestra el mismo amor salvador de Cristo a los perdidos que están cerca de ti. Jesús tuvo compasión de ti cuando estabas perdido. Es hora de que muestres esa misma compasión por los que se pierden sin Cristo.
Pero alguien me dirá: ¿yo no sé como hacerlo? Ni los apóstoles tampoco. Por eso Jesús les dijo yo os haré pescadores de hombres. Jesús les proveyó entrenamiento. Jesús los preparó para la tarea. Él les discipuló. Hermanos, esta iglesia provee preparación al mismo de muchas maneras. Cada vez que vienes a la iglesia eres expuesto a la enseñanza del evangelio por medio de la predicación, el estudio bíblico y la escuela dominical. Y esto te prepara para entender mejor el evangelio para poderlo compartir. El Espíritu Santo está en ti que te capacita para entender y amar a Jesús y su evangelio. Pero aparte de eso hay un ministerio de evangelismo en la iglesia que te capacita cómo hacerlo. ¿Qué vas a hacer al respecto? Honra a Jesús, demuéstrale tu amor y agradecimiento al ser un discípulo totalmente comprometido con expandir el reino de Jesús porque ese el medio que El utiliza. Nosotros somos el medio para salvación. No seas hallado falto para con Jesús. Nunca es tarde para poner por obra la voluntad de Dios.
Quiera Dios que podamos como creyentes hacer nuestras las palabras de Proverbios 11:30 “El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio.” No solo sabio. Es fiel a Jesús.