Sermón: Mateo 6:10a Venga tu Reino

Mateo 6:10a “Venga tu reino”.

            Continuamos con nuestro estudio de la oración del Señor, mejor conocida como el Padre nuestro. Y en nuestro estudio hemos visto que Jesús no solo nos enseña cómo pensar correctamente sino también cómo orar correctamente. Alguien pudiera preguntar: por qué estamos dedicando tanto tiempo a estudiar una oración tan corta y sencilla. Y la respuesta es bien sencilla: en esta brevedad está contenido un océano de enseñanza tan vasto que nosotros tan siquiera estamos boyando en la superficie. Además, hoy verás que aunque sabemos en parte lo que Jesús enseña aquí, yo mismo sabiendo lo que se enseña muchas veces me quedo súper corto de lo que Jesús nos enseña debemos incluir en nuestras oraciones.

            Ahora bien, Jesús nos dice que antes de pedir por nuestras necesidades, antes de pedir por aquellas necesidades básica y esenciales en la vida (comida, bebida y vestido), la santificación del nombre de Dios debe ser la prioridad número uno en nuestras vidas. Y juntamente con ello, debe ser también su reino.  Y yo te pregunto de saque: ¿Es Dios la prioridad número uno en tu vida? ¿Son las cosas divinas lo más importante para ti? ¿O son ellas plato de segunda mesa?

            Jesús nos dice que en nuestras oraciones debemos incluir también orar porque el reino de Dios venga. Hay tres cosas importantes que tener presente: (1) ¿Qué significa aquí la palabra reino? (2) ¿Qué es lo que pedimos cuando oramos que tu reino venga? (3) ¿Por qué esto es importante?

I. ¿Qué significa aquí la palabra reino?

            Para poder contestar a esta pregunta debemos tomar toda la Biblia como nuestra guía. ¿Sabes por qué? Porque Jesús tiene presente todas las dimensiones que abarca este término en la Biblia. ¿Qué significa el reino de Dios? A la luz de la Biblia los teólogos hablan de tres reinos de Dios. Vamos a verlos brevemente porque todos están íntimamente relacionados e incluidos en esta oración.

            Hablamos en primer lugar del:

            A. El reino de poder

                        Jesús como Dios es el Creador de los cielos y de la tierra. Todo ha sido creado por El y para su gloria. Pablo nos dice en Colosenses 1:16-17 “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. 17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;” Y Juan 1:3 “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” El Hijo es el Creador de todas las cosas al igual que el Padre y el Espíritu Santo.

            Pero El no solo ha creado todas las cosas como Dios. El también como Mediador gobierna todo este vasto universo con su presencia y con su poder. El está sentado a la diestra del Padre dirigiendo este mundo sometiendo a todos sus enemigos bajo el estrado de sus pies, guiando y protegiendo a su iglesia. El emplea a sus ángeles como espíritus ministeriales para el servicio de los herederos de la salvación. El controla y restringe a los demonios. Y gobierna todos los negocios de todas las naciones. Y los corazones de los hombres están bajo su control.

            En segundo lugar, la Biblia habla de…

            B. El reino de la gracia

                        Dentro de este reino de la gracia distinguimos entre el reino en su aspecto invisible y su reino en su aspecto visible.

                        El reino en su aspecto invisible es la iglesia invisible. Y esta consiste de todos los que le han recibido en sus corazones y vidas como su Rey. A ellos Dios les ha trasladado del reino de Satanás al reino de su amado Hijo Jesucristo. Cada genuino creyente tiene a Jesús como el objeto de reverencia, amor y obediencia. Ellos confían en El para su protección, claman auxilio de Él. Son leales a Jesús por encima de cualquier lealtad. Son soldados de Cristo y le sirven en promover su reino de día y de noche. Jesús es su misma vida. Su gozo es amarle, disfrutar de Él, tener comunión con Dios por medio de Él. Viven para Él. Este es el reino de la gracia en su forma invisible.

            El reino de la gracia en su aspecto visible consiste de la iglesia visible de Cristo. La iglesia invisible de Cristo, que consta de todos los regenerados y que han nacido de nuevo, se hace visible por medio de su profesión y confesión de fe. Está compuesto de todos los que profesan la verdadera religión junto con sus hijos. A esta iglesia visible, instituida por Jesús mismo, Dios les ha dado su Palabra como la ley suprema de verdad, les ha dado las ordenanzas para la edificación de la iglesia y les ha dado oficiales o líderes permanentes llamados y comisionados por Cristo mismo. ¿Con qué propósito? Para el bienestar espiritual de todos los que son de Cristo. O como lo dice Pablo en Efesios 4:12 “a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”.

            En tercer lugar, la Biblia habla del…

            C. El reino de gloria

                        El reino de gloria no es otra cosa de los cielos mismos en donde habita Dios, los ángeles y las almas de los justos hechas perfectas en santidad.

            Cuando Jesús venga por segunda vez entonces se inaugurará la plena manifestación del reino de gloria que consiste únicamente de los redimidos, en cuerpos glorificados, adorando y sirviendo a Dios por toda la eternidad. Conociendo como fuimos conocidos. Creciendo en el conocimiento de Dios y su gracia. Disfrutando de la beatífica visión, ya que veremos a Dios cara a cara en la Persona del Hijo de Dios.

            Cuando Jesús nos dice que en nuestras oraciones debemos orar por el reino de Dios, El desea que pidamos constantemente por estas tres dimensiones o aspectos de su reino.

II. ¿Qué es lo que pedimos cuando oramos que tu reino venga?

            Cuando oremos debemos incluir peticiones por cada una de estas dimensiones del reino de Dios. Así que debemos incluir las siguientes peticiones:

            1. Que el evangelio se propague por todo el mundo. 2 Tesalonicenses 3:1 “Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros,”. Y en conjunto con ello:

                        a. que los judíos sean llamados a la fe en Jesús. Romanos 10:1 “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.” Aquí yo diría que estamos bien faltos. Deberíamos tener esto presente. Ellos no son el pueblo de Dios. Son rebeldes ante Dios. Pero Dios todavía tiene promesas de salvación para ellos. Romanos 11:25-26.

                        b. que la plenitud de los gentiles sean introducidos en el reino. Juan 17:9, 20 “Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, 20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,”.

            2. Oremos por la iglesia visible. Pidamos que Dios les dé todos los oficiales de la iglesia: buenos pastores, ancianos y diáconos. Ellos son necesarios para el bienestar y edificación de la iglesia. Mateo 9:38 “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” Y en conjunto con ello:

                        a. que Dios purifique a su iglesia de todo error y toda corrupción. Hay muchas iglesias que enseñan el error. Y hay iglesias que se han convertido en sinagogas de Satanás. Oremos por su purificación. Sofonías 3:9 “En aquel tiempo devolveré yo a los pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el nombre de Jehová, para que le sirvan de común consentimiento.”

                        b. que la iglesia sea protegida por el gobierno. 1 Timoteo 2:1-2 “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; 2 por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.” ¿En qué sentido? En que el gobierno no se oponga a la iglesia y a la predicación del evangelio. Que sus leyes no se opongan a la tarea de la iglesia de predicar todo el consejo de Dios y de llamar a los pecadores al arrepentimiento.

            3. Oremos porque Jesús apresure su segunda venida. Apocalipsis 22:20 “El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.”

                        a. suplicarle que Cristo gobierne en nuestros corazones cada día más. Efesios 3:14-20.

                        b. suplicarle que Dios ejerza el reino de su poder en este mundo de la mejor manera que conduzca a estos fines. Isaías 64:1-2 “¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes, 2 como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a tu presencia!”

III. ¿Por qué esto es importante?

            Esta petición es importante porque este es el propósito principal por el cual Dios hace todas las cosas. Dios hace todas las cosas para que su nombre sea glorificado en la salvación de pecadores. Dios salva por medio de la predicación de la iglesia. El controla todas las cosas en su providencia para que la iglesia cumpla su misión de predicar el evangelio a todas las naciones. Y por medio de esa predicación El establece su reino en los corazones de los hombres. Y son ellos los que eventualmente serán glorificados.

            Este es el propósito principal de Dios. Y si este es el propósito principal de Dios debe ser también tu propósito. ¿Por qué? Porque tú eres de Él. Eres su hijo. Y como hijo buscas honrar a tu Padre celestial. Deseas que su nombre sea santificado. Y su nombre es santificado en primer lugar en la iglesia. Nada da más gloria a Dios en este mundo que su iglesia. Efesios 3:21 “a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.”

            Por tanto Jesús te llama a que ames su reino, su iglesia. Que ores por ella, trabajes por ella, sirvas a Dios al servir a los hermanos, que seas celoso en tu adoración a Dios en la iglesia. Que no te canses de servirla. Que ores por sus líderes. Que sigas sus consejos aun cuando muchas veces no lo dicen con la dulzura que deberían. Que la sostengas con tu dinero. La apoyes con tu presencia en todas sus actividades. Trabajes en ella y por ella. Que no te alejes de ella por razones triviales. Que te esfuerces en entrar a la membresía de la iglesia y una vez dentro lucha por permanecer. Que ores y trabajes por el evangelismo de la iglesia. Dios te ha puesto como una luz en el candelero para que alumbres a todos los que están en la casa. Evangeliza a tus hijos, a tu cónyuge. Y si son cristianos ayúdense mutuamente a perseverar en amor edificándose mutuamente, estudiando juntos la Palabra, orando juntos motivándose a servir al Señor cada día más.

            Así que hermanos, cuando oremos en nuestras casas no nos olvidemos de orar que el reino de Cristo venga cada día, en primer lugar, en nuestros corazones, en nuestras familias, en nuestra iglesia, en nuestra comunidad, en nuestro Puerto Rico y en el mundo entero.