La suma de tu palabra es verdad

La suma de tu palabra es verdad

-Salmos 119:160a (RV1960)

El Salmo 119 concluye que toda la palabra de Dios es verdad. ¡Qué gozo y privilegio tener tan cerca de nosotros y en nosotros las mismas palabras de Dios! ¿Qué importancia tiene la palabra de Dios para nuestra vida? Es más importante aun que el mismo alimento. El alimento nos sustenta por un momento, pero la voluntad de Dios es para toda la eternidad.

La palabra nos muestra más misterios sobre Dios de lo que somos capaz de comprender y aplicar en toda una vida. Es posible vivir asombrado y transformado bajo la suma de la palabra, pero es imposible vivir verdaderamente feliz, satisfecho y bendecido sin la palabra de Dios.

La Biblia no es como otros libros, pues ésta es una fuente inagotable de vida. Su palabra es de la boca del Autor de la Vida y el Autor de la Fe. Es la única que provoca en nosotros reverdecer con la presencia de Dios. Moisés contendía en oración con Dios: “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí” (Ex. 33:15). Donde está la palabra de Dios, su presencia también está. Y, donde fielmente se exponga la luz de la palabra, su radiante presencia se hace manifiesta pues Él prometió estar con nosotros hasta el fin.

Por otro lado, “la suma de tu palabra es verdad”, esto es, todo el consejo de Dios, no solo una fracción. No solo un pasaje o un capítulo que nos agrade, sino la totalidad de la Palabra revelada. Charles Spurgeon comentaba de este pasaje:

“Las Escrituras son tan verdaderas en Génesis como en Apocalipsis, y los cinco libros de Moisés están tan inspirados como los cuatro Evangelios”.

También la palabra es espada contra las tentaciones del sistema del mundo, de nuestras propias pasiones y de los dardos de Satanás. Estando Jesús en el desierto fue tentado por el diablo para convertir piedras en pan y su respuesta fue:

“Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios". (Mat. 4:4)

Para nosotros, así como para Jesús, la verdad de la palabra es nuestra defensa, hacer su voluntad es nuestra verdadera comida, y las palabras que salen de la boca de Dios son nuestra vida.

Que Dios te alumbre y te de ojos para ver la revelación inagotable en su Escritura y puedas disfrutarla, atesorarla y ponerla por obra para siempre.