Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado;
He confiado asimismo en Jehová sin titubear.
—Salmos 26:1
Acaso no te sorprende cuando el escritor le dice a Dios; júzgame. Al Juez de toda la tierra, el salmista le dice; júzgame. No es por sus propios méritos en que David fue justo. Ni tampoco por tus propios méritos es que tu eres justificado. Si no que todo aquel que fue justificado en Cristo, creyendo en Él, tiene paz con Dios (Rom.5;1) y por lo tanto debe andar en integridad.
Integridad es una palabra que unifica. Es una palabra que apenas se escucha en la cultura salvo para el pan. Algo integro es lo mismo en todas las partes, es una sola pieza. Es hecho con los mejores y mas puros ingredientes, sin adulterar. Es sinónimo de sencillez, de algo completo o de alguien recto. ¿Puedes decir a Dios júzgame porque en integridad he andado? ¿O tu vida parece dividirse en pequeñas fracciones irreconocibles? ¿Puedes tu mirar al rostro de tu Amado y decirle júzgame por que yo he sido de una sola pieza?
Sabemos que andamos frágilmente en el mundo cuando el Señor nos dice "He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos" (Mateo 10:16 RV1960) Entonces, ¿No es nuestra integridad mas que un frágil vestido de justicia en donde operamos delante de Dios y los hombres? ¿O es todo el corazón y la coraza, el ingrediente esencial y completo de un cristiano?
Fíjate amado, que integridad no quiere decir que David nunca hubiese pecado. Ciertamente el era un hombre con muchos defectos y pecados graves y sin embargo Dios lo exalta por la "integridad de su corazón" (1 Reyes 9:4). El secreto de David era que aún con sus faltas y pecados sabía a quien recurrir. Conocía y se refugiaba en el manantial inagotable de justicia y misericordia. Reconocía que solo podía volver a Él en cada momento.
Ahora, de la misma manera el salmista dice: "he confiado asimismo en Jehová sin titubear", lo que significa "he confiado con integridad delante de Dios sin dudar" y esto hermano es de la esencia amorosa de la fe. Creer, amado no es tan solo que andes en el regalo de tu integridad otorgada, delante de Dios y de los hombres. Es confiar en tu Dios sin titubear en el regalo otorgado de tu integridad.
Quiera Dios que hoy atesores más razones para confiar en Él sin dudar y que te imparta su gracia para perseverar y esperar en Él en integridad.