Mas allá de la muerte

 

Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre;

Él nos guiará aún más allá de la muerte.

-Salmos 48:14 (RV1960)

¿Podemos tener confianza en Dios para después de la vida?

Cuán grande es Dios que podemos tener confianza no solamente para las cosas de esta vida sino para la vida eterna.

La muerte no es normal

La historia bíblica afirma que la condición original de los humanos era diferente:

"Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron."

-Romanos 5:12

No importa cuánto la normalicemos; la muerte no es normal. Entro al mundo y pasó a todos los hombres y mujeres, pero no era parte del mundo original y por eso nos afecta y nos duele. No es solamente por qué no encontramos razones para su existencia. No es solamente por qué parezca arrebatarnos lo que más amamos. Es por ser grotesca en su naturaleza, por ser destructora en esencia. Anormal. Y no importa cuánto queramos naturalizarla, nuestra alma parece distinguir nuestro propósito de ser eternos en Dios. (Ec 3:11)

Dios se glorifica más allá de la muerte

Parece haber una barrera impenetrable entre vivos y muertos. Es así. Mas sin embargo, la muerte que nos habla la biblia es mucho más profunda que una muerte física:

“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,”

Ef 2:1 (RV1960 Strong)

Para cometer delitos y pecados hay que estar al menos vivo para pecar. Es así que describe nuestra condición el apóstol Pablo "estabais muertos" y ninguno muerto puede resucitarse a sí mismo. Sin embargo, Él nos dio vida aun cuando estábamos muertos espiritualmente.

La resurrección tiene un precio

Los efectos del pecado y la muerte son implacables. Enfermedad, degeneración, perversión, decadencia, letargo. Todo el que ha visto de cerca uno de los suyos morir, reconoce que la muerte es un imperio. Es una larga cadena de sucesos, o un mal repentino. Sin embargo, hubo uno quien con toda su vida y obediencia perfecta, no solamente obtuvo satisfacción para los requisitos de la vida eterna, sino que también paga el castigo de la muerte con su propia vida obteniendo resurrección ( ¡Vida después de la muerte!) y garantizó así la relación viva con su pueblo que venía a salvar pues:

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.”

-Juan 3:36 (RV1960)

¿Está la ira de Dios sobre ti con los efectos nocivos de la muerte? ¿O ya has creído y descansa en Jesús tu castigo y ahora tienes los beneficios de su vida en la tuya, para siempre?

La muerte de la muerte, en la muerte de Jesús

Dios destruye a la muerte y sus efectos en la vida, muerte y resurrección de Jesús. Puede ser que lo veas ahora parcialmente, amado, pero será seguro como salida del sol. La muerte de la muerte, es definitiva en Jesús:

“De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción.”

-Oseas 13:14a

Nuestro eternamente y para siempre

Tenemos un Dios que es eterno y por tanto nos vive eternamente. El salmista podía decir: "Este Dios, es Dios nuestro" y con esto no quería decir que Él era un objeto suyo, sino que mutuamente se pertenecían. ¿Puedes decir hoy, mi amado es mío y yo soy de mi Amado? ¿Puedes decir que ese es el Dios tuyo y que tú le perteneces ?

Pero este Dios no es solo por un ratito, no es ni tan siquiera por la duración de esta vida tan corta de 80 o 85 años como mucho. “Este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre”.¡Eternamente y para siempre!

Él nos guiará aun más allá de la muerte.

Que bella es esta promesa, y cuanto descanso da a nuestra alma. Este, el Dios eterno que me pertenece y yo le pertenezco a Él. Este, que ha enviado a su hijo a morir y a devorar la muerte por mí. Este, que me ha dado vida aún cuando estaba muerto en delitos y pecados. Es Él, que no solo nos guiará por esta vida corta, hostil, compleja, marcada por los efectos de la muerte, es quién nos guiará atravesando aún la muerte porque solo es Él quién ha podido vencerla. No temas.